Fueron casi 30 minutos del terror los que vivió la familia Martínez Roa, quienes sufrieron un violento asalto por parte de tres delincuentes, quienes ingresaron hasta su domicilio ubicado en el sector Quilamapu, para luego maniatarlos y agredirles verbalmente antes de llevarse distintas especies.
Según relataron los afectados, el hecho ocurrió alrededor de las 14 horas del martes, momentos en que María Santana, de 53 años, se encontraba junto a sus tres nietos, de 17 y 6 años, además de un lactante de nueve meses.
"Mi esposo (Segundo Roa) fue a dejar a otro nieto al jardín, cuando ingresaron por la cocina estos tres tipos con el rostro cubierto", relató María Santana, quien contó que en ese momento solo pensaba en sus nietos. "Me empezaron a a gritar y amenazar. Decían que no les mirara la cara y que así no me iban a hacer daño. Me llevaron al dormitorio de mi nieto de 17 años y ahí sacaron los cables del computador para amarrarme las manos", contó la afectada.
En ese momento, el menor de 17 despertó desorientado. "No entendía lo que pasaba. Uno me amarraba de pies y manos, mientras el otro hurgueteaba por toda la casa buscando especies de valor. Nos decía que sabían que teníamos plata y muchas joyas", contó el adolescente.
Al no poder encontrar el botín que ellos decían conocer, obligaron al menor a recorrer la casa para decirle dónde estaban los objetos más valiosos. "En ese momento no sentía miedo. Sabía que tenía que hacerles perder tiempo. Cuando distraje a los tipos, me fui a la pieza de mi mamá donde está el citófono para tratar de hablarle a alguien que estuviera afuera, pero me vieron y arrancaron todos los cables", relató el menor, quien realizó esta última acción con el fin de que su abuelo, Segundo Roa, se percatara de lo que estaba ocurriendo cuando regresara al domicilio. Pero eso no fue así.
"Cuando llegué, estaba todo abierto. Puse un pie adentro de la puerta y me los encuentro de frente. Empezaron a gritar y uno de ellos, el más violento, me hizo subir a empujones a una de las piezas, donde también me amarraron", contó Segundo Roa.
Toda esta situación se dio mientras el menor lactante se encontraba durmiendo y el otro menos, de 6 años, jugaba con su notebook.
No obstante, tras reunir la mayor cantidad de bienes, huyeron del lugar. Posteriormente, tras desamarrarse, los familiares llamaron a Carabineros, quienes empadronaron el lugar, pero no pudieron encontrar a los delincuentes.
Según comentó Fabiola Roa, madre de los menores, ayer pudo constatar que el perjuicio del robo asciende a los 3,5 millones de pesos. "Robaron joyas de plata que vendo; además de mis joyas, $50 mil en efectivo, un celular y un notebook", precisó.
Vulnerabilidad
Según señaló Fabiola Roa, este hecho los dejó "con una gran sensación de vulnerabilidad". Si bien ningún integrante del clan familiar resultó herido, "da la sensación de que las leyes están fallando. Aunque los capturen, salen nuevamente y delinquen, y no hay cómo detenerlos", recalcó Fabiola Roa, muy afectada.
Por instrucción de fiscalía, la Brigada de Robos de la PDI investigará este hecho. Según comentó el jefe de la unidad de la PDI, comisario Jorge Aguillón "En todo este año no habíamos tenido un robo de esta magnitud, ni que afectara a un núcleo familiar. Es una situación que nos preocupa porque no es normal que ocurra en Chillán", señaló Aguillón, quien indicó que trabajarán con las huellas dejadas por los malhechores para dar con su paradero. Según el relato de los afectados, los menores no tendrían una edad superior a los 23 años.