Institucionalidad para emergencias
Chile es una país que ha debido sobreponerse a las consecuencias de los golpes de la naturaleza durante toda su historia. El propio Chillán, en sus albores, fue afectado por inundaciones que causaron su reubicación. Sin duda, una de las tragedias más grandes para la comunidad local sigue siendo el terremoto de 1939. Tras la destrucción de Chillán, el gobierno del Presidente Pedro Aguirre Cerda se movilizó en ayuda de la reconstrucción, dando inicio a la Corfo.
Fue otro terremoto ocurrido en La Ligua en 1965 el que marcó otra etapa de la organización gubernativa para hacer frente a este tipo de catástrofes. La gravedad de las consecuencias del terremoto motivó al Presidente Eduardo Frei Montalva la creación de una oficina centralizada para tratar con las emergencias. Así nació la ley de reconstrucción (16.282), que permitía al presidente operar por medio de decretos supremos en caso de terremotos, y otros desastres naturales y calamidades públicas. En 1971, Salvador Allende organiza una comisión que proponga a los ministerios del Interior y Defensa un Plan Orgánico, que estandarice la respuesta a las emergencias naturales y otras catástrofes. Nace así Onemi.
Tras el terremoto de 2010, el Presidente Sebastián Piñera dio una nueva organización a la Onemi, tras la experiencia que dejó la inefectiva coordinación con el SHOA (Servicio hidrográfico y oceanográfico de la Armada) y organismos internacionales, y la pérdida de cientos de vidas humanas a causa del tsunami que abarcó las costas chilenas.
Hoy, el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet impulsa una nueva modificación que reemplazará a la Onemi por un Sistema Nacional de Gestión de Riesgos, que considera además un comité de ministros para la gestión de riesgos y emergencias, y una comisión consultiva interinstitucional que integrarán científicos y servicios como Centro Sismológico Nacional, SHOA, Sernageomin, Bomberos, Cruz Roja, Meteorología, entre otros. Una novedad es la figura del "jefe de emergencias", que será responsable técnico-operativo de la puesta en práctica de los lineamientos de respuesta y recuperación, tal como ocurre en países desarrollados en la materia.
Lo importante es que en base a esta nueva organización se irán creando mapas de riesgo, planes provinciales de emergencias, sistemas de alerta temprana que deberán involucrar a municipios y organizaciones civiles. De esta manera se podrá avanzar en dar certeza a la población de que existirán medidas conocidas y consensuadas que podrán a la larga salvar muchas vidas.