Los desafíos del sector turismo
Sernatur ha proyectado para este 2015 una afluencia de unos 200 mil visitantes sólo en la región del Bio Bio, lo que significaría un incremento de hasta un 8% en las cifras de turistas comparado con la anterior temporada 2013-2014.
No obstante la atractiva oferta de camas que presenta la provincia de Ñuble -solo en Las Trancas se supera a la provincia completa- y a la inmensidad de atractivos de la zona, aún la falta de inversión pública y de una planificación de largo plazo para unir los principales territorios y su oferta es una deuda en la que las autoridades deben trabajar.
La millonaria inversión del MOP, el Gobierno Regional y de municipalidades y empresarios para mejorar el camino al centro invernal de Nevados y Termas de Chillán constituye un apreciable avance y un incentivo para incrementar el flujo de turistas hacia la cordillera. Hasta la temporada pasada, el mal estado de la ruta a Las Trancas impedía que los visitantes se entusiasmaran por recorrer a lo menos los cerca de 80 kilómetros que separan a Chillán del centro vacacional.
Este año, como un impulso adicional, Sernatur lanzó la temporada estival en Las Trancas mostrando la oferta de canopy, termas, piscinas, turismo cultural, entre otros, para quienes gusten del turismo lleno de naturaleza. ¿Qué ocurre sin embargo con la señalética turística o el anhelado desarrollo de otras zonas de la provincia, como Cobquecura, Ninhue, Coelemu o Quillón?
Cobquecura ha recibido sin duda mayor inversión en infraestructura, mientras que todavía se proyecta que una ruta costera dé el necesario auge que requiere el turismo costero, pródigo en una rica gastronomía, playas para la práctica de deportes como el surf, entre otras bondades.
Quillón, sin embargo, ha visto afectado su entorno por el estado de la ruta que conduce a Queime, pese a los constantes reclamos de vecinos y la autoridad comunal.
Lamentablemente ha faltado interés o ingenio de las autoridades para promover cicletadas turísticas patrimoniales por la provincia, visitas a los tesoros culturales que guardan las comunas, acuerdos para promover el patrimonio ferroviario local, apoyar el surgimiento de nuevas fiestas costumbristas.
A este ritmo, la futura región seguirá dependiendo exclusivamente del esfuerzo de emprendimientos visionarios como el centro de actividades Las Dos Antonias de Ninhue, el Bioparque o Parque Acuático de Quillón, o el observatorio astronómico del hotel montaña M-I Lodge, en pleno Valle de Las Trancas. Sin duda que ese ingenio es un motor necesario para la industria sin chimeneas, así como también del decidido apoyo de las autoridades comunales y regionales.
