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Masiva certificación de trabajadores, microempresarios y cesantes en empredimiento, supervisión y administración

sence. La inversión en capacitaciones, gratuita para los participantes, superó los $44 millones, quienes además contaron con un seguro de cesantía.
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Más de un centenar de personas de la región y capacitados a través del Bono Empresa y Negocios, Trabajador Activo y el Fondo de Cesantía Solidario, recibieron sus diplomas en especialidades.

Las capacitaciones se realizaron en las áreas de logística administrativa, montaje electromecánico, supervisión de operaciones de ventas en tiendas por departamento, operaciones de caja bancaria, formulación y planificación de proyectos de emprendimiento y operación de grúa horquilla.

En una emotiva ceremonia el director del Sence Bío Bío, Daniel Jana, dijo que estas 102 personas se capacitaron gratuitamente a través de los Bonos de Capacitación Trabajador Activo, Empresa y Negocios y el Fondo de Cesantía Solidario.

En la oportunidad el Director felicitó a cada uno de las participantes, destacando el hecho que la capacitación marca la diferencia entre las personas que pueden ser más y aquellas que podrían quedar estancadas.

Jana indicó que la inversión en estas personas fue de $44.505.000, que incluyó además contaron con un seguro de cesantía.

El Programa Bono Trabajador Activo, tiene por propósito aumentar la empleabilidad y movilidad laboral de trabajadores que no se benefician de la Franquicia Tributaria ni de los programas sociales del Sence, a partir de mayor acceso a programas de capacitación pertinentes y de calidad.

Este programa está dirigido a hombres y mujeres, entre 18 y 65 y 18 y 60 años de edad, y trabajadores con remuneraciones imponibles promedio no superior a $ 600 mil mensuales.

Un milagro interior motivó a yumbelina a emprender en chillán viejo

esfuerzo. La necesidad económica y su familia fueron los alicientes de María Fuentes para atreverse a emprender y hoy destaca junto a su pequeña de 3 años.
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Si bien, la vida de María Fuentes Matamala ha estado llena de altos y bajos hoy sueña con tener su propio local de ventas en "un lugar más céntrico" de la ciudad.

Oriunda de Yumbel, llegó a vivir a Chillán Viejo hace 26 años, en calle Barboza 796 -detrás del Colegio Darío Salas Básico-, donde formó su familia junto a su esposo y su hija mayor Carla de 23 años, Carlos de 21 años y la menor Angélica de tan sólo 3 años.

NECESIDAD

Todo marchaba muy bien hasta que su marido quedó desempleado y fue entonces cuando decidió emprender.

"Mi emprendimiento surgió por una necesidad económica y por eso tomé un curso en enfermería en Prodemu y ahí me di cuenta que podía ganar mi dinero", comenta María al relatar que al poco tiempo empezó a elaborar su propio negocio.

De eso ya han pasado más de cinco años.

"Nos vimos realmente desesperados ante la falta de ingresos, así que nos sentamos y pensamos en la forma de generar dinero. Fue entonces cuando decidimos vender plantas", recuerda

Lentamente empezó a ir bien, lo que le permitió con apoyo de otra institución social -Fosis- visitar Cañete para exponer sus trabajos en el año 2012.

"Recorrí varias ferias del sur", recuerda.

EXPOSICIONES

En los últimos meses, María Fuentes expone en distintas ferias en el Paseo Arauco, Precisamente, entre las verdes hojas que adornan su puesto, vislumbró en la reciente feria navideña organizada por Fondo Esperanza

"Primero compramos un carrito. Después nos empezó a ir bien e invertimos en un triciclo. Hoy, tenemos un vehículo para trasladar las plantas y un invernadero donde cultivamos algunas de ellas", relata.

María Fuentes destaca que su negocio nació de la mano de Fondo Esperanza.

"Recuerdo muy bien cuando el año 2008 me invitaron a sumarme. La persona que me llevó lo hizo sabiendo que yo atravesaba una situación económica muy compleja. Pero he respondido muy bien a esa confianza que tuvieron en mí, ya que en todo este tiempo jamás me he atrasado en un pago", enfatiza.

Durante el tiempo que lleva como integrante del Banco Comunal "San Bernardo", asegura que se ha empapado de ansias por superarse.

"Me atreví a tener un segundo emprendimiento: confección y venta de bisutería. Es un trabajo que me encanta y que me permite desplegar toda mi creatividad", cuenta entusiasmada.

Para ella, es importante expresar su agradecimiento a la institución de desarrollo social. "Mi experiencia ha sido tan buena, que donde voy promuevo mi Fondo Esperanza. Sobre todo, porque el apoyo que nos dan es una realidad. Además, nos enseñan a valorarnos, a dejar de lado las penas y a ser personas positivas", finaliza.

NUEVOS SUEÑOS

Esta semana, María se encuentra trabajando en una feria en el Parque Monumental de Chillán Viejo, en uno de los 15 stands autorizados por el municipio local.

"Nos instalamos después de las 5 de la tarde y trabajos con toda mi familia y mi chiquitita que es la más empeñosa", resalta.

María dice que no es muy tecnológica y que la promoción de sus trabajos lo hace de boca a boca o por comentarios de las personas que le han comprado y que le piden que les haga "cosas a pedido".

"No tengo mail ni Facebook. No me manejo mucho con la tecnología solo con mi celular", aclara esta emprendedora.

María quiere seguir en este rubro, que le gusta y al que aspira a crecer.

"Mi gran sueño es llegar a tener un local propio en el lugar más céntrico que pudiera", afirma la emprendedora nacida en Yumbel y quizá el santo de esa ciudad le ayude como lo han hecho muchas instituciones sociales.