Entre los concejales de Chillán se ha establecido la inédita costumbre de criticar cada nombramiento que ha realizado el alcalde Sergio Zarzar a medida que va completando los nombres de los nuevos jefes de servicios vacantes de la Municipalidad de Chillán y así mantener el ritmo de trabajo que debe caracterizar a dicha función.
Primero le correspondió ser blanco de las críticas al nuevo jefe de la Dirección de Desarrollo Comunitario, Mauricio Gutiérrez, a cargo de una de las reparticiones más sensibles para la ciudadanía local, pues entre otras materias es la encargada de repartir ciertos beneficios gubernamentales y que en los últimos años se ha visto salpicada por irregularidades en la confección de la Ficha de Protección Social.
El ex seremi de Economía del Bio Bio, en el gobierno de Sebastián Piñera, cercano a Renovación Nacional y con una vasta experiencia en el área pública, ha sido foco de cuestionamientos de ediles de Nueva Mayoría por desvinculaciones de funcionarios tras su llegada, lo que el propio jefe de Dideco atribuyó a ajustes en su equipo de trabajo.
Posteriormente le siguió el concurso público con que Susana Baeza pasó de encargada del Secpla a ser la nueva jefa de Administración y Finanzas, cargo que se mantuvo en subrogancia por cerca de tres años tras el sumario que le costó el puesto a Mario Pérez, a raíz de las deudas no cobradas por el municipio a particulares y que ascendían a $6.500 millones.
Posteriormente fue el turno del nuevo jefe de Cultura, Edgardo Venegas, cuyo nombramiento nuevamente llegó seguido de críticas de parte de concejales opositores. Similar caso ocurrió con el reciente anunció del alcalde de designar en la Dirección de Aseo y Ornato al militante radical Víctor Fernández. Aquí las críticas llegaron de parte del concejal de la UDI, Joseph Careaga, quien repudió el que un cercano al ex alcalde Aldo Bernucci ocupara un cargo de confianza del alcalde aliancista. Zarzar ha defendido su decisión en su posición política "transversal" que busca mantener durante su gestión.
Como es sabido, el 2014 fue duro para el círculo interno del alcalde. A la abrupta renuncia de su jefa de Comunicaciones, Maritza Sepúlveda, en medio del bullado caso de filtraciones de correos de funcionarios; a los rumores de renuncia de su jefa de gabinete, Paola Becker, se sumó el fallecimiento del jefe de Turismo, Raúl Godoy, y luego, en diciembre, la salida del Administrador Municipal, Iván Badilla.
Ha sido complejo para el alcalde rearmar su equipo entre tanto cuestionamiento que poco se comprende al ser cargos de confianza del jefe comunal, y que solo distraen finalmente la tarea de ordenar la casa.