Durante una conferencia de prensa, el director técnico de Juventus, Massimiliano Allegri, negó una presunta pelea con Arturo Vidal y también confirmó que el chileno no estará disponible para el duelo de hoy frente al Udinese por problemas físicos.

Allegri reiteró, como lo había dicho al finalizar el último encuentro del equipo, que "es normal que una persona se enoje por un reemplazo. Es parte del fútbol, es algo normal, pero no he tenido una aclaración con Vidal sobre eso porque no hay necesidad".

La polémica se desató durante el encuentro de la "Vecchia Signora" frente al Parma. Vidal sufrió una contusión en su rodilla derecha y abandonó la cancha a los 70 minutos, sin ocultar su malestar, para luego dirigirse directamente a camarines.

El viernes, el diario deportivo Tuttosport aseguró que existiría un supuesto quiebre entre el chileno y su director técnico, ya que Vidal quiere recuperarse el tiempo necesario, mientras que Allegri lo necesita cuanto antes. Finalmente, el adiestrador decidió que el seleccionado nacional no jugaría la próxima fecha de la Serie A.

Respecto a la publicación del citado medio, el DT manifestó que "me sorprendió leer ese título de que habría una pelea entre nosotros. El día después del partido ni siquiera hablé con él porque no se había entrenado, ya que se realizó una resonancia".

Allegri se refirió a los exámenes que realizó Vidal tras el encuentro con el cuadro parmesano. Los resultados descartaron una lesión grave en la misma rodilla que fue operada el 7 de mayo pasado, antes del Mundial de Brasil, y que causó bastantes dificultades al volante nacional en sus participaciones posteriores.

Sobre esta situación, el entrenador afirmó que "para él es un año particular. Se operó, pocos meses después jugó el Mundial y claro que la rodilla puede estar sufriendo".

En el duelo de ayer entre el Chelsea y el Manchester City por la Premier League se esperaba que se ampliara o redujera la diferencia entre el líder y su escolta.

Sin embargo, ambos equipos empataron a uno en el Stamford Bridge y mantuvieron su diferencia de cinco puntos en la cima de la tabla de la liga inglesa. Y con ello, el cuadro de Manuel Pellegrini vive momentos complicados en su lucha por el bicampeonato.

La acción se centró durante el final del primer tiempo, cuando llegaron los únicos goles del partido. El primero en abrir los fuegos fue el francés Loic Remy a los 41 minutos.

El argentino Sergio Agüero mostró su falta de ritmo tras su lesión y hasta se perdió un gol. Pero su tibia actuación no le impidió asistir a su compañero David Silva, quien lanzó un remate y puso la igualdad a los 44 minutos.

Si bien el segundo tiempo estuvo marcado por el suspenso y el ingreso de Frank Lampard para otorgar mayor emoción a la jornada, hubo menos intensidad y fricción. Los rivales no supieron concretar y el empate sentenció el encuentro.

Mientras en los "Blues" reinó la conformidad, ya que este empate no empaña su camino al título, los "Ciudadanos" perdieron la oportunidad de estrechar puntos y sufrieron las ausencias de Fábregas y Costa.

Con este resultado, el Chelsea domina la Premier con 53 puntos. Su escolta, el Manchester City, suma 48 unidades y deberá esperar un tropiezo del rival y ganar los siguientes partidos.

"intentamos ganar"

Tras finalizar el encuentro, Pellegrini manifestó su descontento por el empate. "No estamos contentos con un punto. Estoy contento con la forma en que mi equipo jugó", expresó.

"Jugamos un partido muy bueno. Un equipo quería jugar desde el principio. La única chance que tuvo el Chelsea fue anotar un gol hermoso. En el segundo tiempo defendieron muy bien, pero estoy orgulloso de nuestro equipo y que tenga la personalidad para venir aquí y tratar de ganar desde el primer minuto hasta el final", declaró el DT chileno a Sky Sports.

"Tomamos los riesgos e intentamos ganar. No quiero hablar de lo que el Chelsea intentó hacer. Queríamos ganar y tener la posesión", añadió el estratego.

Pellegrini tiene claro que su equipo debe rendir más para lograr el bicampeonato. "Tenemos que jugar 45 puntos más. El Chelsea está cinco puntos por delante. Quizás ellos están felices. Nunca estoy feliz cuando dejamos caer los puntos", finalizó el entrenador.

Serena Williams ganó ayer su título número 19 de Grand Slam y el sexto del Abierto de Australia, con otra exhibición de dominio sobre la rusa Maria Sharapova.

Resfriada y afectada por ataques de tos, la estadounidense festejó antes de tiempo en un par de ocasiones, hasta que finalmente se impuso por 6-3, 7-6 (5) en la Arena Rod Laver.

En su tercer punto de partido, Williams soltó la raqueta al pensar que había logrado un ace, pero de inmediato escuchó que la pelota había tocado la red.

"Estaba decepcionada, porque Maria estaba jugando muy bien. Pensé que iba a tratar de conseguir un 'winner' en ese momento, que iba a jugársela en el punto de partido", relató la número uno del WTA.

"Me siento muy honrada por estar aquí y levantar este trofeo 19", comentó. "Francamente, jamás pensé que ocurriría tan rápido, pero es una gran sensación", añadió Williams, quien empleó el saque como su mejor arma para batir a su contrincante.

el duelo final

Williams y Sharapova no se topaban en una final del Abierto de Australia desde 2007, cuando la actual Top One se quedó con el título. En esta ocasión, Williams dominó el primer set, interrumpido durante 13 minutos en el sexto game para que se cerrara el techo por la lluvia. Volvió a la cancha un momento durante el receso, pero regresó a los vestuarios con una tos persistente.

Pero la tenista estadounidense supo dejar atrás sus problemas de salud. Regresó a la pista y asestó un ace para empezar una serie de seis puntos seguidos. Sharapova rompió su servicio cuando la estadounidense sacaba para el set, pero Williams no tardó en recuperarlo por tercera ocasión y se llevó la manga.

La estadounidense ganó los primeros seis puntos del segundo set y parecía encaminada a otra victoria desigual, hasta que Sharapova contraatacó y supo mantenerse hasta el tie break. Pero Serena Williams no dejó espacios durante su servicio y finalmente se quedó con el punto de campeonato.

Con 33 años, Williams se convirtió en la mujer de mayor edad que gana en Australia en la era de los abiertos, y quedó sola en el segundo puesto entre las tenistas con más trofeos de majors en la era moderna, superando a Chris Evert y Martina Navratilova y detrás de los 22 de Steffi Graf.