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Los cambios y desafíos de la Avenida Vicente Méndez Urrejola

urbanismo. Mayor afluencia y tráfico a la altura de Santa Elvira, proyectos inmobiliarios y educaciones, aumento de los servicios junto con un estudio de prefactibilidad para ensanchar esta vía que conecta con Coihueco, generan deseos de darle un realce patrimonial y comercial.
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El sueño del ex intendente Vicente Méndez Urrejola empieza a cobrar vida.

La avenida que lleva su nombre y que sirve de nexo entre la capital de Ñuble y Coihueco gradualmente se ha transformado en una arteria que concentra servicios clínicos, restaurantes, tiendas, supermercados express, centros educacionales y proyectos inmobiliarios.

Los orígenes se remontan a la Cuarta Fundación de Chillán (1835), luego que el agrimensor Carlos Lozier fijara el trazado de la ciudad en cuatro avenidas.

De la intersección de Ecuador y Argentina surgió este camino de uso vecinal en el siglo XIX y que adquiere relevancia tras la consolidación del Barrio Santa Elvira después del terremoto de 1939, como sostienen Patricia Orellana y Máximo Beltrán.

El cruce con Quinta Agrícola (Paul Harris) le daría un nuevo impulso a mediados de siglo.

El desarrollo de obras viales en 1951, permitieron convertirlo en una nueva ruta hacia Coihueco, en reemplazo del camino que iba por la prolongación de Bulnes hasta lo que es hoy Andrés Bello, como indica el historiador Marco Aurelio Reyes.

El "Plan Chillán" consolidará a esta arteria con la creación de la Escuela de Agronomía (hoy sede de la Universidad de Concepción), en 1954 .

En décadas posteriores, a lo largo de esta vía, nacerán INIA-Quilamapu en los 70, el Colegio Concepción y la Villa Emmanuel en la década del 80; Barcelona y el Instituto Virginio Gómez en los 90 y el resto de los condominios hasta el cruce Cato en años más recientes.

ESTRATÉGICO

En la actualidad es una vía con un sello patrimonial, de servicio, gastronómica e inmobiliaria.

"En 18 años he visto el interés de colegas por instalarse acá, lo que le da plusvalía al barrio", señala Luis Arce, propietario y dueño de Comercial La Encina, en República con esta avenida.

30 metros más al sur está Decoranza, una tienda especializada en muebles con 6 años de antigüedad, que surgió por la mayor visualidad de quienes transitan en uno u otro sentido.

"La elección fue un lugar estratégico por la afluencia de público y de autos, principalmente del sector nororiente", dice Camila Cuevas, estudiante de Enfermería en la U. de Concepción.

Otro negocio es la "Bodeguita del Mar".

"En estos 4 años ha llegado a más gente y nuevos negocios", dice Marisel Mora.

Uno de los vecinos más nuevos es el Restaurant Le Bistrot.

"Estar cerca de una clínica y de centros de estudios nos llevó a instalarnos hace siete meses con servicios de comida rápida y gourmet", indica Estefanía Lerchundi.

Así lo refleja su cosmopolita clientela que llega en diferentes horarios.

"Son estudiantes, técnicos, profesionales y personal del regimiento", comenta.

MÁS SEGURA

Los arreglos en la intersección de Argentina con Ecuador ayudaron a agilizar el flujo vehicular.

"Esta más expedita, especialmente en las mañanas", afirma Camila Cuevas.

Otra de las cualidades de la avenida entre República y Diego de Almagro es la seguridad. Más allá de estar frente al Regimiento RI-9 Chillán, en general el barrio es considerado muy "tranquilo".

"A veces dejamos la puerta abierta y sabemos que no va a pasar nada", comenta.

Lo mismo piensan 100 metros más al sur.

"Quizá mayor iluminación por las calles traseras", señala Estefanía Lerchundi.

Para Marisel Mora una ronda de Carabineros de vez en cuando permitiría disuadir actos delictivos y mejorar el control del tránsito.

PATRIMONIAL O COMERCIAL

Esta avenida tiene su mayor apogeo a la altura de Santa Elvira.

La posibilidad de ser patrimonial o convertirse en un barrio comercial generaría un estudio urbanístico.

Pamela Conejeros, de la Unidad de Patrimonio (UPA) aclara que ese valor está dado por la importancia que los propios vecinos han entregado al lugar, ya que reconocen en él características únicas que lo diferencian del resto de los barrios de Chillán.

"Por ejemplo, espacios públicos como el Lavadero y el Arroyo son lugares de memoria con un alto valor de identidad para los vecinos de Santa Elvira y para el resto de la ciudad", dice.

El Barrio Santa Elvira no posee ningún tipo de declaratoria que lo proteja como Zona Típica (por el Consejo de Monumentos Nacionales) o Zona de Conservación Histórica (Plan Regulador).

"Sobre el Arroyo o Vertiente, ya se aprobaron los recursos que permitirán ejecutar el proyecto de recuperación de este espacio público con características de memorial, ya que fue esta fuente de agua la que abasteció a la ciudad después del terremoto de 1939", indica Pamela Conejeros.

Sin embargo, para los comerciantes sería importante alcanzar esa categoría.

"Si fuese patrimonial o comercial daría un plus a este sector", sostiene Camila Cuevas.

Un aspecto que para Estefanía y Marisel sería importante para generar espacios culturales y mayor afluencia de personas.

"La directiva de la Junta de Vecinos y la gente se han preocupado de este sector y ser patrimonial sería fantástico", dice Marisel Mora.

Si fuese comercial, estaría justificado por la importancia histórica, ser un polo de desarrollo y por la renovación urbana.

"Mientras más comercio haya, más se potencia el barrio", acota el comerciante Luis Arce.

Todos coinciden en que para mejorar este sector faltaría aumentar las áreas verdes y la limpieza, además de mejorar los accesos por calle Ignacio Carrera hacia Ecuador y Sotomayor, ambas como vías complementarias en dirección céntrica.

Eso implicaría reutilizar los adoquines, si fue patrimonial; o buscar una mixtura con el asfalto o pavimento, al ser comercial.

"Eso ayudaría también a descongestionar el tránsito si esas dos vías se habilitan", afirma Estefanía Mora.

Para ello se debería incluir también la calle lateral de la Avenida en ese tramo.

El proyecto de la segunda parte del Plan Maestro de Transportes también es bien visto, si considera el soterramiento del Canal de Luz, mejorar la iluminación y los elementos de seguridad vial.

"Hay que agregar ciclovías, ya que son muy necesarias para los que trabajamos y estudiamos acá", dice Camila Cuevas.

El ensanchamiento de pistas es otro anhelo en latencia.

"Se debería concretar pronto", señala Luis Arce, en momentos que la constructora Alcorp anuncia que construiría 4 edificios de departamentos aledaños a la Villa El Bosque, en los ex terrenos de la familia Rabié.

En ese sentido, el alcalde Sergio Zarzar recalca el aporte del GORE por $140 millones para el estudio de prefactibilidad.

El edil dice que esta avenida requiere una "cirugía mayor" y una mejor conexión con la avenida Andrés Bello, a la altura de Paul Harris.

"Beneficiaría a todos. Los que viven, los que estudian, los que trabajan o los que vienen a Chillán", añade Estefanía, tal como lo soñó el ex intendente Vicente Méndez Urrejola.

Sergio Zarzar

Alcalde