El hijo mayor de la Presidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, renunció ayer a su cargo como director sociocultural de la Presidencia, luego de varios días en que el Ejecutivo debió soportar una fuerte presión desde la oposición y del oficialismo por un negocio inmobiliario llevado a cabo por la esposa de Dávalos, Natalia Compagnon. Dávalos pidió perdón por efectos causados por esta situación.
"He decidido dar un paso al costado y renunciar a mi cargo de director sociocultural de la Presidencia", dijo Dávalos en La Moneda, poco después de las 17.00. En una comparecencia en la que no aceptó preguntas, se le vio nervioso y no miró a las cámaras al momento de leer su declaración.
"Deseo poner énfasis en que no he cometido ilícito alguno ni delito funcionario, como algunos medios (de comunicación) han sugerido", aseguró el primogénito de Bachelet al referirse a la operación inmobiliaria que le reportó a la empresa de su esposa una ganancia de $ 2.500 millones (cerca de US$ 4 millones).
"Entiendo el malestar que ha generado esta situación y asumo que el perjuicio provocado ha dañado a la Presidenta de la República y al Gobierno de Chile", dijo Dávalos en su declaración pública.
"No me queda más que pedir humildemente perdón por este amargo momento", agregó el hijo de la Mandataria.
Dávalos gestionaba siete fundaciones sociales, un cargo de confianza tradicionalmente ejercido por la Primera Dama, por el cual no recibía ninguna remuneración.
La Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), el regulador del sistema bancario, descartó irregularidades en la entrega del polémico préstamo tras analizar la operación.
La empresa de la esposa de Dávalos quería adquirir unos terrenos en Machalí destinados a desarrollo inmobiliario, y que vendió esta semana por un valor de $ 9.500 millones.
La empresa Caval, de la que la nuera de Bachelet participa en 50%, había solicitado el mismo crédito sin éxito a otras instituciones bancarias.
El hijo de la Presidenta rechazó lo que calificó de "información falsa" relativa a "supuestos comentarios realizados por mí u otro miembro de mi familia, los cuales perjudican la honra de esta".
Dávalos realizó su declaración en compañía de su jefa de gabinete, Érika Silva, y sin la presencia de ningún ministro del Gobierno.
Al finalizar dijo que se va con "una gran y profunda tristeza, pero también con la tranquilidad de saber que hemos realizado un gran trabajo".
En La Moneda, el vocero (S) de Gobierno, José Antonio Gómez, afirmó que "no es un momento grato para nosotros, pero sí queremos ser muy claros y precisos en que su gesto lo valoramos". Gómez agregó que "este hecho que no tiene ningún ribete de ilicitud, no existe ninguna información privilegiada, no existe ningún recurso involucrado".
tensión política
La oposición acusó durante varios días a Dávalos de "tráfico de influencias" por haber asistido a una reunión de su esposa con el controlador y vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic en noviembre de 2013, para gestionar el otorgamiento de un crédito de unos $ 6.500 millones (US$ 10 millones.
Su renuncia se produjo en medio de una fuerte presión del oficialismo, donde no ocultaron la incomodidad en que dejó la actuación de Dávalos al Gobierno.
El ex senador y actual candidato a presidir el Partido Socialista, Camilo Escalona, calificó ayer su situación como "inescapable" y apuntó a su "incapacidad de asumir frente a la opinión pública" las repercusiones de la polémica.
También el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, dijo el jueves que el Gobierno esperaba la "máxima transparencia" y que "toda la información esté a disposición del país" en relación a este tema.