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La Vendimia hecha fiesta en Chillán

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El mes de marzo, cuando los veraneantes cuelgan sus toallas y los escolares vuelven a vestir de tradicional gris, en Chillán se prepara una de las celebraciones más tradicionales del año: la Fiesta de la Vendimia.

Se trata de una actividad que fue rescatada durante la administración del alcalde Sergio Zarzar, gracias a la mirada visionaria del ya fallecido director de Turismo comunal, Raúl Godoy Soto, quien logró posicionar a tal nivel el evento que fue incluido en el calendario oficial de las fiestas típicas dedicadas a la industria del vino a nivel país.

Sin duda, Chillán y Ñuble tienen méritos suficientes, con una historia centenaria que se remonta a la llegada de las primeras cepas traídas por los españoles hasta la consolidación de los mostos de Ñuble gracias a un trabajo dedicado de los productores e investigadores asociados a las universidades.

Representantes de la Asociación Gremial de Enólogos Productores Profesionales del Vino Valle del Itata (AGEPVVI) se reunieron recientemente con el alcalde Sergio Zarzar para manifestar su entusiasmo de cara a lo que será su participación en la Gala del Vino contemplada en la VI Fiesta Patrimonial de la Vendimia de Chillán, que constituye una puerta de entrada de los mostos de nuestra zona para que puedan ser incluídos en las cartas de los principales restaurantes de la provincia y, sobre todo, su capital.

Buena parte de lo que será este evento típico y gastronómico, que contempla además la participación de jóvenes en el proceso de selección de quien se convertirá en la nueva Reina de la Vendimia 2015, comenzó a ser planificado y delineado por su propio creado, Raúl Godoy, a mediados del año recién pasado, poco antes que su salud se deteriorara gravemente. Con antelación se definieron los aspectos más relevantes de la actividad, cuya responsabilidad en la gestión recayó en su sucesora, Sandra Wastavino, quien no ha cesado en su trabajo de mantener en lo más alto del sitial nacional esta fiesta.

Ya sea por tradición, por el crecimiento de la industria local, por la importancia de resaltar nuestras costumbres típicas, Chillán se merece mantener en el tiempo esta actividad para verla crecer cada año y, de esta manera, seguir posicionando a la ciudad como polo turístico emergente de la Región. Así también, quien fuera su principal impulsor, merece que en ésta o en futuras versiones se rinda un justo homenaje a su empuje, perseverancia y trabajo para dejar a Chillán entre las principales capitales vineras del país.

Vocación de ¿Servicio o servirse?

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Tras días intensos, y que de paso enlutaron un exitoso cierre legislativo para el oficialismo, el primogénito de la presidenta Bachelet presentó su renuncia al cargo de director Sociocultural de la presidencia tras el bullado caso referente a la solicitud de un crédito, concedido por una entidad bancaria, por 6.500 millones de pesos a la sociedad Caval, cuya propietaria es nuera de la actual mandataria. El préstamo tuvo como objetivo la compra de terrenos, en la comuna de Machalí, los cuales serían posteriormente vendidos en 9.000 millones dejando la friolera de 2.500 millones cash para las finanzas de la pareja. Todo lo anterior, que podría ser perfectamente percibido como una muy buena "pasada", se vio enlodado por la presencia de Dávalos en la reunión que sostuvo su mujer con Andrónico Luksic durante el período de campaña presidencial en el cual participó la entonces candidata Bachelet quien tenía las mayores chances de acceder a la Moneda cosa que, en la práctica, se concreto haciendo que, al día siguiente, Caval recibiera el crédito solicitado en sus arcas para la realización del negocio. Todo lo anterior, sumado a otros hechos que han puesto en jaque la credibilidad, confianza y mermado la relación entre políticos - ciudadanos, nos lleva a preguntarnos si finalmente el ejercicio de la política es una cuestión de vocación de servicio, hacia los ciudadanos, o de servirse, para fines y ambiciones personales.

Cuando Dávalos Bachelet comenzó su intervención realizando una escueta cuenta pública de su gestión, cabeza agacha y cual bólido de fórmula 1, entendemos que el personaje en cuestión no comprendió la gravedad del hecho que revolucionó las redes sociales, enmudeció a los principales defensores de la probidad en el oficialismo y le trajo más de una crítica tanto al interior de la Nueva Mayoría como desde Alianza que, dicho sea de paso, esta última dio cuenta de su tejado de vidrio y malentendido oportunismo propio del manejo en torno al caso Penta. Lo que se le cuestionó al hijo de la mandataria fue su proceder, su falta de sentido común en un gobierno que aboga por la igualdad y lucha contra la desigualdad como estandartes pero desde la comodidad del establishment bajo la lógica del "juntos, pero no revueltos" o "todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Pensar que no hubo ilícito en cuanto a influencias o uso de información privilegiada, entre otros, es pecar de ingenuidad o subestimar a ciudadanos cada día más empoderados y que cuentan con multiplicidad de canales informativos para la comprensión de su realidad. Incluso más, una de las grandes críticas emotivas hacia Dávalos fue la deslealtad hacia su madre, la presidenta de la república, mancillando su reputación en un control de daños.

Rodrigo Durán Guzmán