Advertencia ciudadana
La democracia es el mejor sistema de convivencia social. Los políticos son las personas que tienen capacidades para dirigir el entramado que pone en actividad el sistema democrático.
Hay políticos intachables, capaces de cualquier sacrificio en aras de conseguir las mejores condiciones generales de vida de los ciudadanos. Pero también hay alguno que es oportunista, inescrupuloso aprovechador, que ve en el servicio público una oportunidad para conseguir beneficios personales.
El poder es un factor importante para avanzar en las propuestas elegidas por esas mayorías. Pero, a la vez, puede convertirse en una vía de enriquecimiento fácil, consecución de prebendas y privilegios, vedados para los demás.
Cuando el poder corrompe, la sociedad en su conjunto se enferma. Es entonces cuando la propia sociedad se sacude y es capaz de extirpar de raíz el mal que la aqueja.
España es un ejemplo con aquel movimiento llamado "Indignados" en primera instancia y que pasó a denominarse después "15 M", recordando como hito la gigantesca manifestación popular del 15 de mayo de 2011.
Ahora comienza a gestarse en Chillán un creciente movimiento de indignación por lo que está ocurriendo en la política nacional. Hechos de corrupción que avergüenzan, coberturas que pretenden ocultar la basura bajo la alfombra, complicidad también delictiva, son hechos que despiertan la indignación de la gente que trabaja honestamente, de quien inculca valores y principios a sus hijos. Indignación del que aporta cada día con mirada de patriota.
Chillán es una bella ciudad de provincia. Y su gente tiene deliciosas costumbres de sencillez ciudadana. Pero ha tenido la capacidad y grandeza de lamer sus heridas cada vez que la naturaleza le ha atacado. Se ha levantado enrabietada para seguir caminando hacia el progreso y la equidad, con solidaridad generosa.
Y ahora lo quiere demostrar una vez más. Por eso, a mediados de marzo va a salir a la calle en una gran manifestación de personas silenciosas, con una única bandera -la chilena- ondeando al cielo, con una sola pancarta exigiendo limpiar la política, barrer a los corruptos, eliminar a los que corrompen y a los que se dejan corromper. Vestir de blanco transparente la democracia y alzar la voz indignada que quiere advertir a los malos políticos que la fortaleza radica en el pueblo y que es el mismo pueblo el que les extirpará, sacándole brillo a su sistema de convivencia, para seguir avanzando hacia un futuro mejor.
Miguel Ángel San Martín