Chile, tierra de volcanes activos
Resultan sorprendentes las imágenes del volcán Villarrica, en la Región de la Araucanía, en pleno proceso eruptivo, el que se inició hace algunos días cuando las autoridades decretaron la primera alerta e iniciaron un monitoreo más minucioso de la actividad del macizo hasta que este detonó su furia la madrugada de ayer.
La reiteración de las imágenes de lava ardiente que desciende sobre el volcán provocan un inmediato impacto y, por cierto, temor en la población. No obstante, no muchos tienen conciencia de que nuestro país está asentado junto a una red considerable de más de mil volcanes, de los cuales recientemente el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) informó -en mayo de 2014- que 43 de ellos se encuentran activos. Esta realidad debiera hacernos pensar en qué tan preparados estamos como comunidad ante una emergencia de esta naturaleza.
La respuesta a nivel local es decepcionante. En Pucón y Villarrica no sólo existían planes de contingencia ante una eventual actividad eruptiva del volcán, sino que la población ya había generado simulacros de evacuaciones preventivas, que les permitieron responder con tranquilidad y seguridad ante la amenaza que les interpuso la naturaleza.
En Chillán tenemos muy próximo el complejo de tres volcanes conocido como Nevados del Chillán (donde se incluye al Nevado, al Nuevo, y al Viejo), el cual se ubica séptimo en el ránking de volcanes con mayor actividad del país, de acuerdo a su nivel de actividad más reciente, que se encuentra cerca de centros poblados y que representa un riesgo para las personas o la infraestructura pública y privada.
Hipotéticamente, si hoy entrara en erupción este complejo de volcanes, los habitantes de Las Trancas, Pinto o Coihueco no tendrían la certeza de cómo reaccionar, a raíz de que ninguna de estas comunas cuenta con un plan vigente de contingencia para enfrentar este tipo de calamidades. Expertos en el tema han puesto de relevancia esta situación que pone en un inmediato peligro a la ciudadanía y que, por cierto, más allá de la contingencia actual, es necesario remediar y preparar a la comunidad con la debida antelación. Pinto al menos ha avanzado en la materia y se apresta a socializarlo. Pero en este trabajo no sólo tienen responsabilidad inmediata los municipios, también la Gobernación de Ñuble, los expertos de Sernageomin y el Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur, que mantiene una vigilancia permanente. Debiese ser práctica permanente tanto en la cordillera, como en la costa -por el riesgo de tsunamis- que la comunidad conozca las vías más seguras de evacuación y sepa como enfrentar la emergencia.