Poco faltaba para que finalizara el partido que mandó a Ñublense a Primera B, cuando en la Tribuna Andes, el ex dirigente de Ñublense Harry Sepúlveda, se desplomaba en las gradas ante la atónita mirada de los hinchas que estaban en ese sector.

La Cruz Roja asistió al infartado en primera instancia, pero poco podían hacer. Un paro cardiorrespiratorio tenía al borde de la muerte a quien estuviera como presidente de la comisión fútbol del Rojo en los años 90.

La llegada de una ambulancia demoró, y además, cuando lo bajaban en una camilla, se cayó de ésta. En la explanada de la zona andes, personal del SAMU le aplicó técnicas de reanimación, y al cierre de esta edición se encontraba estabilizado -pero grave- en el Hospital Herminda Martín.

Esta situación dejó al descubierto una falla en el Plan Estadio Seguro, que se preocupa de la seguridad de los hinchas en el estadio, pero carecen de personal idóneo para atender este tipo de casos.

La situación vivida por este hincha y ex dirigente del equipo reflejó la rabia e impotencia que albergó a los más de 9 mil espectadores que llegaron al Nelson Oyarzún, quienes reflejaron su molestia a través de las redes sociales.

El alcalde de Chillán y ex presidente del club, Sergio Zarzar, también se refirió al descenso, recociendo que "la dirigencia ha venido cometiendo errores tras errores. Jugadores que llegaron para ser una salvación y nunca jugaron. Siempre lo he dicho, es mejor poco, pero bueno. Acá había mucho jugador, y pocos de buen nivel", remató.