Li Keqiang y la Ruta Latinoamericana de la Seda
El Primer Ministro chino Li Keqiang concluyó en Chile su gira por Sudamérica, que incluyó Brasil, Colombia y Perú. Durante el viaje, en que fue acompañado por otras altas autoridades políticas, económicas y representantes de empresas de China, remarcó la determinación de su gobierno por consolidar los lazos con América Latina y el Caribe (ALC). Esta visita se suma a la que en 2014 realizó el Presidente y Secretario General del Partido Comunista de China, Xi Jinping, quien visitó Venezuela, Argentina, Brasil y Cuba, aunque en un tono más político.
En esta ocasión, el premier chino manifestó a las élites políticas y empresariales de los cuatro países que China desea consolidar la relación económica con la región, diversificando los productos e industrias involucradas para generar beneficios mutuos, utilizando los avances tecnológicos de China y ayudando a desarrollar la región con cadenas de valor que generen empleo a nivel local.
Con ello, China busca responder a las críticas emergidas en ALC respecto a una primarización de las economías locales. Con el término del súper ciclo de commodities y la ralentización de su economía, Beijing ha propuesto proyectos que generarían beneficios a largo plazo.
Estas propuestas van en línea con las reformas económicas impulsadas por el gobierno dirigido por Xi y Li, y que buscan dar un nuevo aire a la economía asiática más allá del modelo exportador y de fuerte inversión en infraestructura. Continúan vigentes entonces, algunos principios del proyecto del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y su extensión marítima, que Beijing anunció en los últimos meses, y que se concentra en fuertes inversiones en transporte e infraestructura en Asia Central, el Sudeste Asiático y el Océano Índico.
Aunque los anuncios previos a la gira indicaban que las miradas se las robaría el plan del tren bioceánico que busca conectar puertos en Brasil y Perú, los acuerdos anunciados por el primer ministro chino en Chile han abierto oportunidades que podrían convertir a Santiago en la plataforma de servicios financieros con uso de Renminbi en América Latina. Esto, sumado a otros acuerdos anunciados, permitiría a Chile finalmente recibir capitales de inversión chinos, que hasta ahora han sido esquivos.
Las exportaciones agrícolas han tenido un gran crecimiento desde la firma del TLC con China, en 2005, y la consolidación de una clase media y alta en China demandará una mayor cantidad de productos agrícolas ricos en proteínas y con un alto estándar de calidad sanitaria. No obstante, como lo reconoció el ministro de la cartera, Carlos Furche, es necesario invertir con fuerza en logística, tecnología e investigación para aprovechar las posibilidades del nuevo escenario, incluso ofreciendo servicios a nuestros países vecinos, generando precisamente cadenas de valor.
Álvaro Etchegaray
Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China (CELC).