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La enfermedad que acabó con la vida de Don Vicente Méndez U.

Últimos días. A sus 62 años, después de haber dejado el cargo y desechando ofrecimientos partidistas de continuar con una carrera política, Don Vicente volvió a trabajar su hacienda y molino en Bustamante durante los ocho años siguientes, los que solo fueron interrumpidos por una fatal apendicitis aguda.
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Una vez entregado su cargo en la Intendencia, Don Vicente Méndez Urrejola se retiró nuevamente a su hacienda de Bustamante y a sus labores particulares. El 20 de enero de 1921, a pocos días de haberse alejado del cargo, el Diario El Comercio informaba en sus principales titulares que:

Agregando en dicho artículo que en la mañana del día anterior, mientras Don Vicente se dirigía desde su hacienda Bustamante a Coihueco en una cabrita dirigida por su cochero Don Juan Bustos, al llegar a Coihueco, producto de un grupo de gente que iba por el camino en un cortejo, había hecho que la briosa yegua de la cabrita se asustara y comenzara a dar de coces en contra de sus dos ocupantes.

El accidente le causó a Don Vicente una fractura en una pierna y al cochero una grave fractura expuesta, pero de no haber sido ayudados de inmediato por los que marchaban por el camino, habrían fallecido producto de más coces recibidas, siendo llevados hasta la estación para ser trasladados en el tren que venía de El Recinto hasta el Pensionado del Hospital de Chillán, lugar donde fue necesario realizarle una amputación de urgencia al Sr. Bustos, encontrándose Don Vicente fuera de riesgo vital.

Después de este episodio Don Vicente volvió a realizar su vida normal en la casa patronal de Bustamante, en la cual cuatro años después, el 6 de noviembre de 1926, se realizó el matrimonio civil entre mi abuela Olimpia -de 25 años- y mi abuelo Victoriano, de 31 años, administrador de la hacienda Bureo que quedaba en la vecindad. Como testigos fungieron Don Agustín Méndez Urrejola, hermano menor de Don Vicente y el sobrino de ambos, Don Raúl de la Barra Montané, por parte de la abuela y Alfredo García Gana, esposo de Doña Teresa Méndez Zañartu, hermanastra de Don Vicente y Don Héctor Zañartu Urrutia, dueño del vecino fundo San Ramón, correligionario político conservador y amigo del abuelo durante toda la vida, por parte de él.

Casi tres años después del matrimonio de mis abuelos, el día sábado 23 de marzo de 1929, a ocho años de haber dejado la intendencia, los dos diarios locales, adjuntando una franja negra de luto, anunciaban en sendos artículos el lamentable deceso de Don Vicente, entregando los detalles de cómo esto había ocurrido.

(correcto, integro)

Por su parte, ocupando toda su portada, el diario La Discusión informaba:

Se le ha erijido una severa capilla ardiente en la iglesia del Hospital. Hoy se le dirá una misa a las 10 A.M. Los funerales se efectuarán mañana. Concurrirá todo el pueblo.

Se ha extinguido una de las personalidades más destacadas e interesantes de Chillán y de toda la provincia.

La noticia del fallecimiento del respetable y distinguido caballero don Vicente Méndez Urrejola ocurrido anoche a las 12 ha causado en todos nuestros círculos profundo sentimiento de pesar".

LA ENFERMEDAD

Sin pérdida de tiempo el ilustre enfermo fue trasladado al Pensionado del Hospital de Caridad.

LA OPERACIÓN

El domingo último don Vicente Méndez fue sometido a una delicada operación de apendicitis por el hábil cirujano doctor don Jerónimo Alvarado Wall, quien actuó ayudado por varios facultativos. La operación duró poco más de una hora, resistiendo el enfermo con toda lucidez el tratamiento pues se le administró anestesia local.

Se hizo más difícil la operación a causa de que por los días transcurridos se habían producido algunas complicaciones que el paciente pudo resistir gracias a su fortaleza física.

Después de la operación don Vicente Méndez experimentó una ligera mejoría, haciendo renacer la esperanza de salvarlo.

NUEVA COMPLICACIÓN

En los días siguientes se acentuó la fiebre, lo que obligó a la atención permanente del enfermo por parte de varios facultativos.

En el día atendían a don Vicente Méndez los doctores señores Alvarado Wall, González Laura, Torres Cuevas y Binimelis y en la noche se turnaban los doctores señores González Laura y Torres.

Vino a continuación una nueva complicación: ataques cardíacos con mucha frecuencia, que empeoraron en forma grave la salud del enfermo.

EL DESENLACE FATAL

El jueves recién pasado los ataques cardíacos y la fiebre aumentaron notablemente, siendo la opinión de todos los facultativos que atendían a don Vicente Méndez que el desenlace fatal se acercaba en forma inevitable.

Ayer viernes se perdió toda esperanza, pues el corazón del enfermo comenzaba a debilitarse. Sin embargo el enfermo pudo resistir durante todo el día y parte de la noche, empezando la agonía más o menos a las 11 P.M. El fallecimiento, como dijimos al comienzo se produjo a las 12 P.M.

A LA CABECERA

Durante todos los días de su enfermedad permanecieron a la cabecera del enfermo los facultativos que lo atendían y los miembros de su familia venidos especialmente de Santiago y Concepción. También concurrieron numerosos amigos del distinguido paciente a informarse del estado de su salud.

AUXILIOS RELIGIOSOS

El sábado 16, cuando fue trasladado al Pensionado, don Vicente Méndez, como fervoroso católico cumplió con los sacramentos de la confesión que le fueron administrados por el Ilustrísimo Señor Obispo de la Diócesis, Monseñor don Martín Rücker Sotomayor.

El jueves recibió la sagrada comunión y la extremaunción. El distinguido enfermo recibió todos los auxilios religiosos con mucho fervor y devoción.

UNA VERDADERA ROMERÍA

En el transcurso de la enfermedad desfilaron por el Pensionado del Hospital todas las familias de nuestra sociedad que iban diariamente a informarse del estado de salud de don Vicente Méndez.

Anoche estuvieron al lado enfermo todos los doctores que lo atendían y sus hijos, los cuales acompañaron a su padre en los últimos momentos.

Hasta sus últimos momentos don Vicente Méndez conservó perfecta lucidez dándose cuenta de todo lo que ocurría a sus alrededor. Al expirar no hizo ningún movimiento, conservando perfectamente su fisonomía sin la menor alteración.

SEVERA CAPILLA ARDIENTE

Anoche mismo se erigió una severa capilla ardiente en la Iglesia del Hospital, para velar allí los restos del ilustre hombre público fallecido.

Hoy a las 10 A.M. se dirá en dicha capilla una solemne misa por el descanso del alma del extinto. La familia doliente nos ha pedido invitar a todas sus relaciones y amigos.

LOS FUNERALES

Los funerales que se llevarán a efecto mañana, a la hora que anunciaremos en nuestra edición próxima, darán ocasión a una sentida demostración de duelo de parte de todo el pueblo por el sensible fallecimiento de unos de sus más preciados hijos, que dio a esta tierra el don de sus mejores energías y entusiasmos y que supo llevar a la práctica obras de verdadero adelanto y beneficio para la colectividad".