La historia de esfuerzo y sacrificio de quienes juran hoy a la bandera
Chillán. Más de 300 efectivos militares cumplirán a las 11 horas con la actividad tradicional, la ceremonia más emblemática para la institución castrense.
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Isaac Parra es oriundo de Temuco. Durante su etapa escolar soñaba con convertirse en odontólogo, razón por la cual una vez que terminó la enseñanza media se matriculó para cursar la carrera. Sin embargo, se dio cuenta que no era lo suyo, pues prefería para su vida un trabajo más dinámico, que le diera la posibilidad de interactuar con más personas.
Hoy, siete años después, se apresta a realizar su tercer juramento a la bandera, la ceremonia más significativa para la institución, ya que en la ocasión los soldados juran rendir la vida por su patria si fuese necesario.
Isaac recuerda que no tenía pensado ser parte del Ejército, "sin embargo, me di cuenta que me gustaban las cosas en terreno por lo que finalmente decidí abrazar la vida castrense".
A la hora del análisis, Isaac confiesa que fue una decisión acertada. "Desde un principio fui un buen alumno, pues hacía lo que me gustaba, al contrario de lo que sucedía en la época escolar". No obstante, reconoce que "la vida al interior de la institución, como en todo trabajo, tiene momentos difíciles, pero es donde uno tiene que mostrar fortalezas y seguir adelante", señaló.
Giordano Tapia es cabo de Ejército y hoy tendrá su primer juramento a la bandera como clase (suboficial). Pese a que se inscribió como voluntario para efectuar el Servicio Militar a los 16 años, "no me arrepiento porque en la institución aprendí lo que es el amor a la patria, la responsabilidad y lo importante que es esforzarse en la vida", remarcó.
Hizo su Servicio en Punta Arenas, donde descubrió que el Ejército era su pasión, por lo que decidió postular y ser un soldado profesional. Su carrera lo ha llevado a diferentes partes de Chile, entre las que destacan, aparte de Chillán, la ciudad de Arica donde estuvo destinado por cuatro años.
VOCACIÓN
Bryan Fránquez ingresó a la institución ya que desde pequeño supo que la vida militar sería lo suyo, pues tuvo cercanía con el mundo castrense ya que tiene un tío en la institución. Por eso, al salir del colegio ya tenía claro que su camino sería el uniforme. Y a pesar de los tres meses que lleva en el Ejército, "ha sido una experiencia enriquecedora, y lo mejor es que he tenido el apoyo de mi familia", dijo.
Mientras estaba en el colegio, Sebastián González siempre quiso estudiar, pero comenzaron a pasar los años y nunca tuvo claro qué quería seguir. González reconoce que estaba en un periodo de indecisión cuando decidió inscribirse voluntariamente al Servicio Militar. "Aunque los primeros días fueron duros, ya no me veo haciendo otra cosa que no sea desempeñarme en el Ejército", precisó.
Abraham Díaz, cuando estaba en el colegio, pensó en algún momento convertirse en técnico electrónico, pero finalmente la admiración que siempre sintió por las Fuerzas Armadas inclinó la balanza, y optó por la vida militar. "A pesar que llevo solo tres meses en la institución, ya proyecto seguir con la carrera. Soy el primer integrante de mi familia que hace el Servicio, por lo que es un gran desafío para mí", explicó.
TRADICIÓN FAMILIAR
Con abuelo y padre oficiales de Ejército, el subteniente Nicolás Rayo nunca tuvo dudas que seguiría la tradición familiar, "aunque con el paso de los años mi gusto por la vida castrense terminó por inclinar la balanza definitivamente hacia las Fuerzas Armadas", reconoció.
Pese a estar haciendo lo que le gusta y apasiona, Rayo afirmó que "la carrera militar es desgastante, no tiene horarios, en cualquier momento hay que reaccionar frente a diversas situaciones".
No obstante a ser especialista en infantería, el uniformado también es paracaidista desde el 2011. "Lanzarse en el paracaídas es una experiencia que te entrega mucha adrenalina, pero mi deseo es continuar realizando más cursos", remarcó.
Para el conscripto Cristopher Bustamante, quien lleva tres meses realizando su Servicio Militar en el Regimiento N°9 de Chillán, "el Ejército es una muy buena alternativa para los jóvenes que no tienen la posibilidad de seguir estudiando, pues te cambia la vida, las prioridades", sentenció.
En su caso, Bustamante afirmó que una vez que concluya su Servicio Militar quiere seguir ligado a la institución, razón por la que le gustaría postular a la oficialidad.
"Sé que es un largo camino, pero con esfuerzo todo se puede conseguir", comentó.
En Chillán, la ceremonia de juramento a la bandera se llevará a cabo en la Plaza de Armas, frente a la gobernación de Ñuble, a contar de las 11 horas, y contará con la asistencia de autoridades civiles y militares. Durante la jornada, harán su respectivo juramento tres oficiales, 13 clases (suboficiales) y 286 soldados conscriptos.
Este juramento a la bandera rememora la hazaña heroica acontecida el 9 y 10 de julio de 1882 por los 77 soldados chilenos que se inmolaron en el Combate de la Concepción. Los compatriotas entregaron su vida tras una ardua lucha en suelo peruano.