Mostrar los cambios que genera el emprendimiento en la vida de las personas e invitar a otras personas a atreverse a dar el salto y potenciar su emprendimiento es el objetivo de la campaña iniciada por Fondo Esperanza (FE), que busca posicionar el importante apoyo que entrega la institución de desarrollo social desde Arica a Chiloé.

La campaña apela a la confianza y a la creatividad para que las(os) emprendedoras(es) de FE y potenciales microempresarias(os), se puedan ver reflejados en esta manera de emprender con dignidad.

Con casi 13 años de trayectoria se encuentra trabajando por cumplir el sueño de 100 mil emprendedoras(es) de 240 comunas.

FE es una institución de desarrollo social que tiene como objetivo apoyar el sueño de mujeres y hombres emprendedores de sectores vulnerables, mediante servicios microfinancieros, capacitación y redes de apoyo. Cuenta con 53 oficinas en el país, entre ellas Chillán.

CAMPAÑA

Durante agosto, la institución tendrá un activo protagonismo que quedará plasmado en la publicación de avisajes, entrevistas, notas periodísticas, comerciales, frases radiales y testimonios de vida, los cuales darán forma a la propuesta comunicacional.

Con la recopilación de historias viralizadas en las redes sociales como Facebook, Twitter y Youtube, la acción publicitaria dio sus incipientes pasos -en marzo- con el lanzamiento del primer viral -de un total de seis- donde participantes de la comunidad de emprendimiento solidario más grande Chile entregaron sus secretos de superación.

El comercial es protagonizado por el periodista y conductor televisivo de La Red, Ignacio Franzani, quien junto a otros, apoyarán esta cruzada.

Los Altos de Guarilihue, a 9 kilómetros al sur de Coelemu, atesoran no solo una tradición centenaria. También albergan los secretos de generaciones, que por 150 años han producido vinos en este "terroir" en el Valle del Itata, y hoy empiezan a convertirse en leyenda.

Una historia que comenzó con las primeras cepas País y Moscatel de Alejandría derivadas de los primeros varietales traídos por los jesuitas en 1590 y que en la actualidad se complementan con Cabernet Sauvignon, Cinsault y Pinot Noir en las más de 20 hectáreas extendidas entre lomas y quebradas, en plena Cordillera de la Costa.

Desde comienzos del nuevo siglo, "Viña de Neira" se reimpulsó a través de su dueño, el químico, docente y post doctorado en Alemania, José Neira, y de su esposa y académica de la Universidad Católica de Santísima de Concepción, Elizabeth González.

Una tradición que se proyecta en las nuevas generaciones: sus hijos Víctor (ingeniero y académico UCSC) y Felipe.

"La tradición comenzó con mi bisabuelo -Víctor- que producía vino a granel, el famoso pipeño, que lo llevaba en carretas a Concepción y Tomé", cuenta Felipe Neira González, ingeniero industrial y próximo a terminar su magíster en Gestión Industrial con Mención en Gestión Financiera en la Universidad de Concepción.

Felipe dice que al principio producir vino era un "hobbie", pero la dedicación les permitió ser premiados en Coelemu y Ránquil. No obstante, desde el año 2010, su madre y los consejos del afamado enólogo chileno Claudio Barría, los motivó a la producción de vinos más finos.

"Claudio nos guió para hacer cambios sutiles en el proceso, manteniendo nuestra tradición vitícola", recuerda para la primera partida experimental de 300 botellas de vinos espumantes de la cepa de uva negra de origen francés Cinsault y la centenaria Moscatel, usando el método "champenoise".

Así surgió una producción que logró el primer lugar en la Categoría Zona Sur, y "Premio a la Innovación al Vino Chileno 2012" de las revistas del Campo y Wikén de Diario El Mercurio.

Al año siguiente, la revista "Descorchados" del periodista y experto en vinos Patricio Tapia los calificó con 90 puntos, de un total de 100 puntos; además de medallas de oro en el Concurso de Vinos de Ránquil. A estos premios sumaron otros también de revistas especializadas.

Para lograr estos resultados fue vital también el apoyo externo. Innova Biobío financió con $5 millones el proyecto de vinos espumantes experimentales, mientras que Sercotec aportó $10 millones para los procesos de vinos secos de cepas negras.

BANDIDOS "BUENOS"

Sin duda que otro gran acierto de esta familia viñatera ha sido la marca "Bandido", asociada a un antepasado en los albores de la Independencia: José Miguel Neira, más conocido como el "Bandido Neira", un bandolero, guerrillero y militar que luchó junto a Manuel Rodríguez.

Felipe dice que "la parte buena" de esa familia emigró a Guarilihue, dedicándose a la agricultura y la producción vitivinícola. "Cuando nos premiaron con nuestros vinos, de alguna forma se reivindicó el prestigio el apellido Neira", comenta.

Sin embargo, reconoce que la marca del vino se potencia con la leyenda que hay detrás, algo similar como ocurre con "Casillero del Diablo" de Concha y Toro.

Felipe dice que en esta temporada se logró una producción de 10 mil botellas que han empezado a distribuir a Santiago, Concepción, Chiloé y Puerto Varas, con la intención de encontrar un distribuidor a nivel local. "Aún nos falta posicionar más al Valle del Itata en Chile y el extranjero. Ya tenemos tres Denominaciones de Origen y solo se puede lograr asociándonos", afirma Felipe, mientras espera concretar otro proyecto para aumentar la producción a 23 mil litros, casi un 50% más que la actual.