El 11 de septiembre marca una fecha en la Historia de nuestro país que recuerda uno de los quiebres más oscuros de nuestra sociedad. La polarización que dividió, incluso, a familias, nos llevó a una danza mediocre en que la tragedia marca un paréntesis de dolor, de estancamiento, de vergüenza. Pero también, de recuerdos imborrables, donde la consecuencia de unos y el honor de muchos, prevaleció por sobre la locura que se abatió sobre nuestra bella tierra. Quien no recuerda su Historia corre el riesgo de repetirla, dijo alguien certeramente. Y todos debemos recordar para no repetir. Los errores cometidos, la reacción salvaje, la división brutal de un país de hermanos, no puede ni debe volver a ocurrir. La autocrítica es necesaria. Pero debe ser honesta, con altura de miras. Pero sin olvido. Pero sin perdón. Porque perdonar atrocidades tan enormes, demostraría una grave debilidad en una sociedad que pretende avanzar por los caminos del progreso, de la igualdad, de la fraternidad y la paz. Olvidar significaría también actuar con la irresponsabilidad de los oportunistas. Y con injusticia con los que cayeron en la marcha en busca de un ideal común, con los que se quedaron en aquella danza irracional que nos envolvió en la oscuridad sin esperanza. La confrontación social ha de ser con ideas, con planteamientos de futuro social, con mirada ancha y generosa de país que quiere ser grande, que merece ser grande y, además, respetado. Si tengo ideales y tú también, busquemos las convergencias para acercarnos lo que más se pueda a uno amplio, pensando en el bien general. Vivimos momentos de tensión, donde las polarizaciones comienzan a vislumbrarse en el horizonte nuboso. Y en medio de la agitación, una clase política que se hunde en el desprestigio y ocupa los vagones de cola de los respetos sociales. Las miradas se alejan, en vez de converger. Las palabras sacan más palabras, y las ideas se diluyen en la ofensa. Los minimalistas actúan a sus anchas y el posibilismo político se aleja entre avasalladores argumentos de grupos o, incluso, de personas. La mirada corta se pierde en el polvo de las confrontaciones y perdemos el norte de las esperanzas. Estoy convencido de que es necesario volver al positivismo argumental, para encontrar de nuevo la clave para alcanzar nuestro desarrollo humano.

Miguel Angel San Martín Periodista

Hace 3 años | 11 de septiembre de 2012

Monto de multas a casinos demoran ordenanza

Las interrogantes sobre el monto de las sanciones a la que se exponen los dueños fue la principal traba para que el concejo municipal no aprobara la ordenanza que regula a los "minicasinos" en Chillán. De esta forma los polémicos negocios asociados al rubro de los juegos siguen generando polémica en la ciudad.

Hace 2 años | 11 de septiembre de 2013

Evalúan restricción vehicular por contaminación

La medida, que se aplicaría en ciertos lugares y horarios, fue incluida por los vecinos en plan de descontaminación. El seremi de Medio Ambiente informó que desde octubre se aplicará nueva norma para venta de calefactores a leña. La iniciativa nació en los talleres organizados por la Seremi de Medio Ambiente.

Hace 1 año | 11 de septiembre de 2014

Preocupación por salud de exalcalde J. San Martín

En estado de extrema gravedad, en la sala de Observación de la Unidad de Emergencias del Hospital Regional Guillermo Grant Benavente de Concepción, continuaba internado el director regional del Senama, y exalcaldede Chillán Viejo, Julio San Martín. La autoridad sufrió un paro cardiorespiratorio que lo mantiene grave.

Cuarenta y dos años del Golpe de Estado de 1973 se cumplen este viernes y la fecha es recibida con una sensación contradictoria entre los familiares de las víctimas de violaciones a los Derechos Humanos en la provincia de Ñuble. El análisis de las estadísticas judiciales que manejan los abogados vinculados a las causas de Derechos Humanos indica una pobre cifra de condenas contra los encausados y que se detallan en que de 9 fallos condenatorios, por parte de magistrados, finalmente en solo seis de ellos, la Corte de Apelaciones de Chillán terminó confirmando la sentencia. Finalmente de estas últimas, en solo tres procesos se logró una condena efectiva de cárcel para los efectivos de las Fuerzas Armadas que participaron de violaciones a los Derechos Humanos. Un dato no menor es que del total de sentencias de primera instancia, en tres de ellas se aplicó el cumplimiento de la condena en libertad por la aplicación de la medida de prescripción, medida que busca ser subsanada por los abogados querellantes con la eliminación de este punto y de esta forma evitar subterfugios legales para evitar la obtención de Justicia. Uno de los temas que mencionan los familiares de las víctimas de violaciones a los derechos humanos es el lento actuar de la Justicia y puntualmente de los ministros de la corte de Apelaciones de Chillán a quienes acusan de no confirmar las sentencias condenatorias a las que han arribado jueces de los tribunales de primera instancia. En este sentido, y a cuatro décadas de los hechos que aún dividen al país, sería relevante que la Justicia comenzara a agilizar los procesos que aún están pendientes o que se ha decido archivar con la finalidad de dar tranquilidad a los familiares de las víctimas y terminar con años de estancamiento judicial en los que prácticamente los procesos durmieron en las salas de los tribunales. No se trata, por cierto, de reabrir heridas o generar una polarización política en un país que busca crecer y avanzar no solo desde el punto de vista económico y hacia el desarrollo, sino también que pretende reencontrarse pero partiendo de la base de la verdad y la justicia. Más que un cuestionamiento a la labor de la Justicia, la mirada es otra: entender que estamos frente a la oportunidad, quizás la última, de entregar una verdad a madres, padres, hermanas e hijos, que han quedado en el camino esperando una respuesta.