Empresas
Las grandes empresas de toda índole, implementan para su funcionamiento ideal, una estructura administrativa con los mismos parámetros que los partidos comunistas han implementado, en los países que para desgracia de sus habitantes, ellos gobiernan.
Lo primero es contar con una administración centralizada, donde el líder o el propietario concentra su omnipotente poder, para decidir como un ser supremo, sobre todo lo que sucederá en el presente y el futuro de ese emprendimiento independiente de los daños que pueda provocar. La segunda meta es destruir todo lo que se pueda interponer en la ejecución del proyecto, sin aceptar competencia alguna y pasando por sobre todos los derechos existentes o posibles de existir en el futuro relativos al medio ambiente, la salud y los derechos sociales de las personas.
Toda la pirámide administrativa asumirá los deseos del líder como una religión y procurara su cumplimiento, independiente de los caminos que se usen para su concreción, siendo solo importante el logro final, que es el lucro desbocado a cualquier costo para el crecimiento de la fortuna del propietario del proyecto.
Cualquier error que cometa un subalterno, en el logro de este fin, será la muerte laboral, y tendrá que unirse a todos los desempleados que hayan quedado en el camino, ya que no hay una alternativa laboral en ese rubro, concentrado en una mano.
En la medida que crezca una gran empresa con estos ideales, todas las instituciones políticas se acercaran a ofrecer sus servicios, esperando las retribuciones de rigor.
Finalmente, nada de lo aquí descrito, podrá suceder, con pequeñas empresas locales, que den oportunidades a mucho emprendedores, con capacidades diversas pero que deben estar sujetas a un margen de crecimiento, que no permita los monopolios, que no elimine la competencia y que no permita un crecimiento que elimine con coimas las funciones de personas e instituciones del Estado.
Enrique Steinbrecher.
Sindicato
Somos del Sindicato de Pensionados y estamos votando la paralización de faenas para ver si obtenemos un bono de termino de conflicto de - al menos - un tercio del que obtuvieron nuestros empleados del Banco de nuestro Estado.
Solo aspiramos al tercio porque ellos están un poco mas arriba en la escala de eficiencia que nosotros.
¡Qué quiere que digamos! ¡Vergonzosamente impresentable a los ojos y oídos de la ciudadanía! ¿Habrá una "peguita" para nosotros en tan rentable y buena empresa?
Víctor M. Volante Leonardi.
Evo Morales suma y sigue
¿Qué no hay nadie en Chile con tribuna internacional, talla de líder, conocimientos y personalidad que le aclare al mundo la verdad de lo que originó la Guerra del Pacífico y la real participación que tuvo Bolivia en ello, que a la larga le trajo tan desastrosos resultados que hasta el día de hoy le penan, su apuesta militar del siglo XIX fracasó estrepitosamente, por lo que hoy el presidente boliviano Evo Morales debe asumir sus consecuencias, honrando en pleno el tratado de 1904 firmado por sus antepasados con nuestra patria, cualquier intento de tergiversar los hechos ante la opinión mundial para generar sentimientos de victimización, deben ser oportunamente aclarados por nuestras autoridades sin demora, los miles de chilenos inmolados en aquellas gestas militares se lo merecen con creces?
Luis Enrique Soler Milla.
La presión de la PSU
El currículum escolar tiene como uno de sus principales propósitos el desarrollo de habilidades para la comprensión de lectura en distintos niveles, ya sea informativos, científicos o estéticos y, por otra parte, el desarrollo de habilidades para potenciar el pensamiento lógico, mediante la resolución de problemas matemáticos contextualizados. Entonces, resulta lógico pensar que un instrumento de evaluación estandarizado como la PSU, lo que debería medir es justamente eso.
No obstante, aún predomina en nuestro sistema una concepción del aprendizaje como la acumulación y reproducción de contenidos, cuya adquisición está limitada a una relación directamente proporcional entre cantidad acumulada de materia y el tiempo que se dispone para "pasarla". Aquello es, por decir lo menos, preocupante y alejado de uno de los principios pedagógicos más elementales: nuestra diversidad y variados ritmos de aprendizaje, propios de cada persona.
En este contexto, lo menos apropiado sería transferirles la angustia por la PSU y por lo que no se alcanzó a revisar en dos meses, porque en realidad aquello que no se aprendió significativamente y en profundidad a lo largo de la escolaridad, ¿cómo podría lograrse, siquiera una mínima parte, con o sin dos meses de clases? A no ser que a un embutido de información de último momento, se le conciba como una medida compensatoria de aprendizaje, que nos deje tranquilos a todos. Pero aquello no hace más que responsabilizar y segregar a los jóvenes por su mal desempeño y bajo puntaje en la PSU. Qué ironía ¿no?
Mireya Ramos Jiménez, Profesora de Lenguaje USS.