Bettina Perut e Iván Osnovikoff son responsables de algunos de los documentales más fascinantes y arriesgados de la cinematografía chilena. Cuatro años después de "La muerte de Pinochet", regresan con "Surire". Esta es la nueva apuesta de MiraDoc, programa que vela por la difusión del documental nacional a lo largo de todo el país.
Los documentalistas se instalan ahora en el Salar de Surire, ubicado en el altiplano chileno a 4.300 metros sobre el nivel del mar, en la frontera con Bolivia. En sus alrededores vive un puñado de ancianos, los últimos sobrevivientes de la cultura aymara en el área. Como telón de fondo, la maquinaria de una faena minera que deambula por el paisaje, entremezclada con flamencos, vicuñas y llamas.
La película retrata este espacio único y fascinante en el que conviven la belleza natural, el absurdo humano y el ocaso cultural.
"El rodaje fue muy exigente"
La idea de Surire nació en mayo de 2008 cuando los directores buscaban locaciones para noticias. "Buscando un salar con flamencos fuimos a dar a Surire", señalan. "Nos alucinó el paisaje, el silencio, el aislamiento, las transformaciones que experimentaba el lugar en pocos minutos, los animales y plantas, la aparente virginidad de lo que nos rodeaba. 'Qué ganas de instalarse a hacer una película aquí', comentamos. Ahí partió la idea, de una fascinación por el lugar".
Allí se encontraron con una serie de personajes. "Al primero que conocimos fue a Dardo Aguilar, el guardaparques de CONAF. Llegó a Surire a trabajar en la mina cuando recién se estaba instalando y era un todo muy duro. Ahora está casado con una lugareña y, además de ser personaje, su ayuda fue muy importante para nuestro trabajo. A través suyo llegamos a Clara, que vive en Paquisa, un bofedal y laguna que su familia ocupó desde inicios del siglo XX".
Perut y Osnovikoff reconocen que el proceso no fue para nada fácil y constó de muchas horas de arduo trabajo. "El rodaje fue muy exigente. Cada vez que llegábamos, los tres primeros días eran muy duros, sobre todo en las noches: la falta de oxígeno no te deja dormir por la taquicardia, el dolor de cabeza, etc. Además estaba la desconexión total, sin teléfono, televisión ni radio, nada. Después nos fuimos acostumbrando a eso, pero siempre fue duro. Cuatro veces quedamos atrapados con la camioneta en la nieve o el lodo, y dos tuvimos que pasar la noche a la intemperie, bajo lluvia torrencial, con rayos cayendo a pocos metros, terrible".
Experiencia
Sobre la experiencia de enfrentar el filme, los realizadores confiesan: "Mucha gente que ha visto la película nos comenta que es un verdadero viaje: que los transporta e instala en Surire junto a sus personajes, con una cercanía que los sorprende. Para nosotros eso lo resume todo".
De hecho, lo que buscaban los realizadores del documental era transmitir su mirada sobre este lugar que los alucinó, pero que el propio espectador sea el que tenga la posibilidad de entrar este mundo de manera autónoma, como si fuese el mismo el protagonista del viaje. Un viaje que no sólo es en el espacio, sino que también es en el tiempo.
Exhibición en chillán
Surire ya se ha exhibido en nuestra ciudad, pero aún quedan funciones para los amantes del cine arte. Por lo mismo, pueden disfrutar de la difusión del filme en Cine Club The Oz (Av. Libertad 723), los días 15, 16, 22 y 23 de octubre, a partir de las 19:15 horas.
El valor de la entrada es de $1.000 público en general y estudiantes pagan $500.
Datos
Chillán La película será exhibida el 15, 16, 22 y 23 de octubre, en el Cine Club The Oz de nuestra ciudad, ubicado en Avda. Libertad 723.
Valores La entrada tiene un precio muy módico. El público en general paga mil pesos y estudiantes $500.