Ha quedado demostrada la incapacidad del Gobierno y del Ministerio de Salud para cumplir con las metas autoimpuestas por la propia Presidenta Bachelet en la construcción de Hospitales y de centros de salud.
Recordamos la promesa de los 60 hospitales (los publicitados 20 -20 -20) y los 132 nuevos Servicios de Alta de Resolución (SAR) a construir en 104 comunas del país anunciados por Michelle Bachelet en el discurso del 21 de mayo de 2014.
Este es el mejor ejemplo de una mala gestión. Es común que se justifiquen incumplimientos de obras por falta de recursos, pero en este caso, se cuentan con dineros suficientes para llevar adelante las inversiones señaladas.
¿Es lógico que faltando 3 meses para terminar el año, sólo se hayan utilizado el 13% de los dineros destinados al Ministerio de Salud?
¿Es lógico que la deuda de los hospitales se haya cuadruplicado en los 18 meses de Gobierno de la Nueva Mayoría?
Lo señaló el propio Ministro Secretario General de la Presidencia hace algunas semanas al calificar la gestión de salud de su gobierno como "mala".
A los incumplimientos y atrasos en la construcción y licitaciones de hospitales prometidos, se suman los Servicios de Alta Resolutividad (SAR) que beneficiarán directamente a miles de vecinos que podrán acceder de manera expedita y cercana a Consultorios dotados de mayores recursos técnicos y médicos para responder a emergencias y dar respuestas rápidas a estos episodios.
El atraso en la construcción de estos centros en Arauco, San Carlos, Tomé, Chillán, Chillán viejo, Concepción, Coronel, Curanilahue y Lota sólo profundizan la mala gestión de salud que sufren nuestros habitantes, con el agravante que existen los dineros disponibles para hacerlo. Y para qué hablar del recorte al presupuesto para el Hospital de Chillán. Claro, esa, esa es otra historia.
El problema no es el dinero. Es quién los administra.
Francisco Merino Fundación Avanza Chile. Red BioBío.