El escalamiento del cultivo de la quínoa desde su uso como cultivo artesanal a un cultivo industrial es lo que se está logrando hoy gracias al interés de los productores, que participaron en el proyecto apoyado por Corfo, que involucró a Wageningen UR, INIA y Nestlé, con el objetivo de desarrollar nuevas variedades de este cereal para la elaboración de productos con valor agregado.
Hoy, el cultivo presenta una superficie nacional inferior a 1.800 hectáreas, con un bajo nivel tecnológico. Sin embargo, uno de los objetivos del proyecto fue el desarrollo de métodos de cultivo adecuados para la producción de quínoa en la zona centrosur de Chile, utilizando variedades de quínoa bajas en saponinas desarrolladas por Wageningen, lo que se mostró ante productores y personeros ligados a la industria alimenticia en un día de campo organizado por INIA Quilamapu para dar a conocer los resultados del proyecto.
Potencial
Manuel Pinto, director del proyecto, indicó que en cinco años se han probado variedades en distintas localidades para el estudio de la fisiología del cultivo, sus características agronómicas y su potencialidad para uso industrial.
"La finalidad de este proyecto fue precisamente trabajar este cultivo con técnicas modernas, podernos adaptar a una agricultura ya no de sustento sino a una más industrializada para satisfacer las demandas de importación y de la industria alimentaria nacional", comentó.
Pinto destacó que uno de los socios importantes de este proyecto fue la empresa Nestlé, que ha trabajado en todo este tiempo en el uso de la quínoa como ingrediente en alimentos para guaguas y personas de la tercera edad, además de otros alimentos preparados.
Resaltó que a través de este proyecto se pudo trabajar asociado a la industria y a los productores, para ofrecerles un paquete tecnológico.
"A través de él, les permite saber cómo sembrar, qué variedad, en qué suelo, la fertilización a usar, el control de malezas y plagas, y cómo cosechar tanto oportuna como eficientemente usando maquinaria, estableciendo una cadena de valor desde el productor hasta la industria de manera ininterrumpida, de tal manera que el suministro de la quínoa hacia la industria sea oportuna, en las cantidades adecuadas y con inocuidad alimentaria para tener alimentos de calidad", manifestó.
Pinto resaltó los logros del proyecto, que ha tenido un impacto muy grande a nivel de los productores.
"Podemos decir que Chile se está instalando como un productor moderno de quínoa, ofreciendo no solo alternativas de consumo en grano, sino para productos alimenticios elaborados", dijo.
Cultivo estratégico
La importancia de la quínoa motivó que el cultivo se incorporara a los programas de mejoramiento genético de INIA por considerarlo ahora un cereal estratégico, destacó el subdirector nacional de investigación y desarrollo de INIA, Iván Matus.
"Cada vez hay más interés y demanda por germoplasma, ya todos sabemos sus propiedades en lo nutricional; en los bancos de germoplasma tenemos una colección importante y cada vez más solicitudes de material. Ante esa demanda y por su importancia, tomamos la decisión de iniciar un programa de Mejoramiento Genético", explicó.
Matus indicó que hoy en Chile solo existe un programa privado de semillas Baer, por lo que se hace necesario el desarrollo de variedades.
"Pero el enfoque que se le va a dar, dependiendo de la zona, va a ser de mejoramiento genético asociado a las comunidades y con financiamiento Corfo, para que las comunidades que han sido guardadoras de este material genético patrimonial", comentó.
El Servicio Agrícola y Ganadero informa que desde hoy y hasta el 5 de noviembre, los productores de vid y arándanos podrán realizar las aplicaciones químicas para controlar la Lobesia botrana en los predios ubicados en el área de control de la Región de Bío Bío.
En el caso de los predios de vid el comienzo de los tratamientos contra la plaga se deberá iniciar cuando la variedad presente de manera mayoritaria escobajo o racimo separado, como se observa en las fotografías.
De esta manera, las aplicaciones deberían comenzar en las variedades más tempranas de los huertos de uva de mesa y de viñedo. Para predios de arándanos éstos deberán comenzar cuando la variedad a aplicar presente de manera mayoritaria el estado de inicio de cuaja.
En aquellos predios donde se implementen programas convencionales u orgánicos, se deberá realizar las aplicaciones necesarias para cubrir 30 días de forma ininterrumpida desde el inicio de la primera aplicación realizada, según los períodos de protección de cada insecticida.
Con el fin de que no existan momentos de desprotección en su cultivo, se sugiere iniciar las aplicaciones sucesivas un día antes que culmine el período de protección del producto anterior aplicado. La información sobre los períodos de protección de los plaguicidas se encuentra disponible en la página web del Servicio, www.sag.gob.cl.