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Gendarmes evangélicos dan testimonio de la rehabilitación de los internos

CHILLÁN. A propósito de congregarse en la ciudad para participar de Congreso Nacional, los funcionarios compartieron experiencias complejas que han debido enfrentar, solo con su Biblia y la Oración.
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Con la sigla APAC "Amar al Preso es Amar a Cristo" se identifica en la actualidad a un módulo o dormitorio que alberga exclusivamente a internos o internas practicantes del credo evangélico, que existen en contados centros penitenciarios de Chile. Y no es casualidad que la cárcel de Chillán sea una de las pocas que cuenta con este privilegio, porque del total de la población actual de reos que asciende a los 700, ochenta y cinco de ellos aseguran profesar la mencionada religión.

De hecho, un informe realizado por el Instituto de Derechos Humanos, INDH, en 2013, y que contiene un diagnóstico del cumplimiento de los estándares internacionales en relación al ámbito de los recintos que albergan a personas privadas de libertad, realizado sobre la base de visitas realizadas a 44 unidades penales del país, dio cuenta de esta destacada característica del Centro Penitenciario chillanejo.

En estos recintos el régimen es totalmente diferente al del resto de la población, incluso visualmente estos módulos se muestran ordenados y aseados, e incluso decorados de manera uniforme con el objeto de distinguirse del resto de la población. En estas áreas, pese a que tienen funcionarios encargados de custodiar, quienes controlan su funcionamiento son los mismos presos, guiados por pastores externos, todos quienes estructuran su día sobre la base de oraciones, cánticos y trabajo.

En este contexto, en el que la cotidianeidad de la cárcel de Chillán destaca por sobre otras a nivel país, hace unos días precisamente esta capital fue escenario del XVIII Encuentro Nacional de la Iglesia Evangélica en Gendarmería (Igegen), un evento que congregó a centenares de gendarmes provenientes desde las distintas regiones, quienes viajaron junto a sus familias para tener en la capital de Ñuble su reunión anual.

Actividades

En el marco de esta reunión, los funcionarios cumplieron un intenso programa de actividades, entre los cuales destacaron visitas a unidades policiales de Carabineros y de la Policía de Investigaciones, así como al Regimiento N° 9 de Chillán, e incluso al Cuartel General de Bomberos, para compartir en todos ellos su experiencia de trabajar "en un lugar con tanto dolor, pecado y una serie de complejidades, con la identidad de ser cristianos", según lo relevó Adiel Morales, el presidente nacional del Igegen.

La ocasión sirvió también para hacer presentes las diversas carencias que aún se mantienen en el Sistema Carcelario de nuestro país, donde pese a estos esfuerzos efectuados como en las últimas décadas para disminuir el nivel de hacinamiento en las cárceles mediante la construcción de nuevos recintos penitenciarios, una parte importante de la política de seguridad ciudadana se ha centrado en endurecer las penas asignadas a los delitos, haciendo de la pena de cárcel su principal herramienta, esto según lo detalla el mismo informe del Instituto de Derechos Humanos.

Así y todo, varios integrantes del Igegen concuerdan en señalar que formar parte de la Iglesia Evangélica les ha permitido desempeñar su labor de mejor forma y ha cambiado sus vidas, de la misma forma que ha cambiado el estilo de vida de muchos reclusos quienes incluso fueron procesados, juzgados y condenados por delitos tan graves como homicidios, robos con intimidación y tráfico de droga, entre varios otros.

Uno de estos ejemplos corresponde a Jorge Muñoz, suboficial de Gendarmería, quien cumple labores al interior de la Cárcel de Chillán y quien aseguró que "el Señor hace mucho tiempo me llevó a su encuentro, y hoy puedo dar cuenta de todas las maravillas y bendiciones que Dios me ha entregado en la vida, además de llevarles la experiencia a los internos donde el primer milagro es la sanidad interna de nuestros reclusos y luego que ellos mismos ahora estén evangelizando", confirmó el funcionario.

Testimonio

Otro testimonio que impacta y emociona a la vez es el del cabo Elías Yévenes, de la Cárcel de Menores en Talca, quien comenta que como gendarme ha tenido la oportunidad de trabajar en varios centros penitenciarios del país, tales como Antofagasta, la Ex Penitenciaría de Puente Alto y Santiago 1.

"Allí he visto el poder de Dios manifestado varias veces, en los patios, en las guardias, en la cárcel se ve mucho el amor aunque resulte difícil creerlo, de parte de internos a funcionarios y de funcionarios a los internos", contó el gendarme.

Eso sí, para Yévenes una experiencia que lo marcó tuvo lugar en Antofagasta, especialmente en patio N°1. "A esa cárcel le llamaban la Caldera del Diablo, donde otro colega evangélico vaticinó que algo sucedería esa noche y se cumplió, se trató del motín de 2010, donde nos encomendamos al Señor a pesar que volaban bancas, estoques y hasta cocinillas prendidas por los pasillos donde circulábamos tratando de calmar a los internos, nada nos causó daño o herida alguna", compartió este cabo.

Para Jorge Pavés, suboficial mayor de Gendarmería, quien por años ha misionado entre los gendarmes jóvenes y a los mismos internos, si bien su labor en la Cárcel de Vallenar es gratificante, hay momentos en que se ha tornado bien difícil. "Es que el mundo está lleno de demonios, pero en las cárceles se acumulan todos y por eso vivimos reprendiendo esos demonios y dando testimonio de la Palabra de Dios", acotó Pavés.

Con todo, el mismo informe emitido por el Instituto de Derechos Humanos da cuenta que solo poco más de diez mil presos en 44 recintos del país se declaran evangélicos y de ellos el 68 por ciento asegura que ejerce libremente su culto.

En este sentido, el documento afirma que se evidencian restricciones, especialmente en los módulos que albergan a internos de mediano o alto compromiso delictual, en relación con las posibilidades de asistir regularmente a ritos o ceremonias religiosas, aduciendo a razones de seguridad; además de existir solamente capillas improvisadas, ya sea porque los recintos no cuentan con iglesia ecuménica o por las mismas restricciones de seguridad mencionadas.

Todos los gendarmes consultados han dado testimonio de que la religión también es un arma poderosa para la reinserción social de quienes cometen delitos graves, muchos de los cuales logran rehabilitarse gracias a la conversión.

"Cada vez que siento la necesidad de compartir mi testimonio con mis compañeros o los internos, lo hago y les hablo de las maravillas que Dios ha obrado en mi vida"

Pedro Guajardo, cabo de Gendarmería-Chillán

"Ser Gendarme Evangélica es muy especial, pero resulta complejo en especial con tantas internas jóvenes y rebeldes".

Carla Moreno, gendarme de Rancagua

"Aunque se piense lo contrario, en los penales es posible apreciar muchas manifestaciones de Amor entre gendarmes e internos".

Elías Yévenes, gendarme de Talca

5 funcionarios que se desempeñan en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Chillán se declaran pertenecientes a la Iglesia Evangélica en Gendarmería, Igegen, y participaron del Congreso.

44 recintos penitenciarios del país formaron parte del estudio que dio cuenta del panorama que presentan las cárceles de Chile, en relación al cumplimiento de estándares internacionales.