INIA estima en más de 60% los daños en el potencial productivo cerecero
ÑUBLE. Seremi de Agricultura anunció apoyo a productores a través de Indap, entre ellas, facilidades de pago para insumos.
Estimaciones de terreno de diversos especialistas de INIA Quilamapu indican que el daño potencial productivo de la región oscilaría a un 60% a 65%. Así lo corroboró el titular del agro en la región del Biobío, Rodrigo García, quien en compañía de expertos de Indap realizó una visita en terreno a los productores de cereza de la provincia de Ñuble.
En Quillón dieron a conocer los resultados de un estudio técnico a cargo del INIA, donde se consideraron las zonas en que se concentran las mayores superficies de cultivo de este popular fruto.
El seremi de Agricultura precisó que en el estudio elaborado por el equipo regional de emergencias agrícolas y gestión del riesgo agroclimático Inia-Quilamapu, se consideraron las mayores superficies de cultivo en la región.
"En Ñuble, que concentra 1.075 hectáreas, y la provincia de Biobío, con 208 hectáreas, se constató un daño variable pero en unos sectores de un 60%, por lo cual la Seremi a través de Indap tomó dos medidas, por una parte dar facilidades de pago a los agricultores y también facilidades de crédito para que puedan comprar insumos en lo que queda de temporada", sostuvo.
García destacó que la importancia de resguardar el control técnico de los cultivos y llamó a los agricultores a realizar las respectivas aplicaciones de fungicida en las fechas que corresponde.
"Nos interesa que lo que queda de producción esté en buenas condiciones porque así van a poder obtener mejores precios y de alguna manera recuperar parte de las pérdidas de fruta por los mayores precios que se puedan obtener", señaló.
Cristian Balbontín, experto en berries del INIA Quilamapu, explicó las causas que provocaron los graves daños, específicamente en las plantaciones de cerezo.
"Una alta carga hidráulica producto de las precipitaciones, que dañaron las flores y redujeron la actividad de insectos polinizadores. En segundo lugar, las bajas temperaturas que, unidas a las precipitaciones en la floración y durante los estados pequeños de desarrollo del fruto, comprometieron cerca del 60% de la producción.
Informe sobre situación en la zona
El estudio del INIA concluye que aunque no existe una evaluación sistemática del daño producido por los episodios de bajas temperaturas y de alta pluviometría ocurridos durante los meses de septiembre y octubre del presente año, estimaciones de terreno de diversos especialistas indican que el daño puede estimarse en un 60% a 65 % del potencial productivo de la región.