Mucho se ha hablado acerca de lo malo que son los empresarios, que intentan sacar el máximo provecho de los consumidores, cobrándoles por todo (lucrando, como dirían algunos), aprovechándose de todo. Quisiera precisar algunas ideas al respecto, ojalá sin generar tirrias innecesarias. Dejo en claro que no soy dueño de una firma, sino que sólo intento poner en perspectiva las cosas.
Primero, los empresarios son personas igual que el resto en el sentido que buscan obtener beneficios por lo que entregan a la sociedad, da igual si tienen un motivo egoísta o no, ellos entregan un bien valorado en el mercado, por el cual obtienen ganancias. Si no fuera así, nadie les compraría, sobre todo en un contexto donde existen alternativas. Si no me gusta la marca A, compró la B, ¡muy simple!
Segundo, debemos dejar de pensar como sociedad que las relaciones de intercambio son de suma cero. En otras palabras, si otro gana es porque yo perdí. Eso no es así. Si la relación de intercambio es libre, ambas partes ganan.
Nadie realizaría un intercambio si saliera perdiendo. Entonces culpar a otros - si quiere léase empresarios -, de mis propios problemas, deficiencias, expectativas no cumplidas, o lo que quiera, es pretender dar por sentado que no somos dueños de nuestras propias decisiones.
Tercero, el mercado libre es por lejos la mejor forma de organizar económicamente una sociedad, generando riqueza con eficiencia y siendo además un espejo de libertad de las personas.
Lo contrario es el control estatal de las actividades productivas, controles de precios (incluyendo gratuidades), y controles de quienes pueden o no estar en un mercado. La evidencia muestra contundentemente que eso no funciona para la mayoría (claramente sí puede funcionar para la minoría que vive de otros).
Pensemos un mundo sin empresarios, estaríamos bastante peor.
Félix Berríos Theoduloz Magíster Economía, PUC