El Hospital de Chillán va...¡de todas maneras!. Hace sólo unos días vimos nubes en el horizonte cuando supimos que las autoridades habían dejado fuera del presupuesto 2016 la partida correspondiente al nuevo hospital para nuestra provincia, próxima a ser Región.
Las protestas y peticiones de reconsideración surgieron espontáneas desde los más diversos estamentos. Incluso, desde esferas de la Nueva Mayoría. Fue una protesta transversal, exigiendo el cumplimiento de tantos anuncios, y sin mayores dilaciones.
En los últimos días, los Ministros de Hacienda y Salud comunicaron la decisión de reconsiderar todo lo relacionado con la construcción de los 20 hospitales prometidos por el actual gobierno, unos que inician su construcción de inmediato y los otros quedarán en tal proceso al final del periodo presidencial.
Entre estos últimos, figura el Hospital de Chillán. Para ello, se va a ir entregando las cantidades presupuestarias año a año, de acuerdo a las necesidades del proceso constructivo. Esta vez, se adjudicará el diseño y la obra en un sólo paquete y, tras el complejo proceso administrativo y técnico, se calcula que en el 2022 entrará el hospital a prestar servicios integralmente. Y todo, pagado gradualmente, a medida que avanza la obra encomendado.
La oposición ha señalado que las cuentas no salen, que deben sincerarse las cifras para la magnitud de las obras prometidas. Incluso se señala que el Gobierno debe dejar de hacer anuncios sin tener claridad desde dónde se sacarán los recursos para cubrirlos. Y se llega a acusar al gobierno de "faltar a la verdad, porque los nuevos recursos anunciados en salud no alcanzan para construir el Hospital de Chillán".
En fin, para no aburrir, como consecuencia de la polémica anteriormente descrita, me permito hacer dos comentarios, solamente: por una parte, el Gobierno ha reaccionado bajo la presión generalizada, sobre un tema social muy sensible que había sido dejado de lado. Y eso demuestra que los tecnócratas se imponen a los razonamientos políticamente correctos y se actúa después reactivamente, dejando sensación de improvisación.
Y el segundo comentario es que hay políticos que le siguen buscando las cinco patas al gato, enredando las cosas y confundiendo a la opinión pública, buscando réditos menores. Eso es, precisamente, lo que desprestigia a la política. A todos les digo, en nombre de la cordura democrática, que el tema del Hospital es transversal, que la salud es un derecho de todos y que con ella ¡no se juega!.
Miguel Ángel San Martín Periodista.