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Vivir con VIH: el drama entre la discriminación y la aceptación

CHILLÁN. Cerca de 39 mil personas tienen el virus en el país. Ángel es uno de ellos, por esto cuenta lo difícil que es vivir con esta enfermedad, los riesgos y la discriminación.
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Constanza Velasquez

"En mis brazos han partido chicos desde 14 y hasta 62 años, todos con la misma pregunta, ¿si yo hubiese sabido?". Así comienza su relato. Ángel, de 50 años, es un hombre común y corriente, vive en Chillán, tiene su casa, familia, amigos, sale a veces en las noches a distraerse y trabaja en el día, tiene problemas como todos, sin embargo algo lo hace diferente, una sigla que muchas veces provoca que te traten diferente: Ángel vive con VIH.

A sus cortos 12 años ya se sentía distinto. Oriundo de Valparaíso, Ángel comenzó a darse cuenta que su condición era algo opuesta a la de los demás, que era más delicado en algunos aspectos. "Cuando yo veía una mujer me daban ganas de maquillarla y de peinarla, y no de darle un beso, y eso de todas maneras era raro", contó riendo Ángel.

Cuando llegó a sus 17 años decidió contarle a su familia que era homosexual, de ahí en adelante comienza su historia de discriminación, amor y reconocimiento. "Ahí está quizá la diferencia con mis pares, muchas veces a ellos los rechazan, a mí mi familia me acogió cariñosamente y eso es impagable", dijo.

Pero como todo, no siempre es felicidad. Después de muchos años de apoyo incondicional y buenas amistades, el año 2001 una situación marcó su vida. Tras una serie de exámenes se entera que tiene VIH, noticia que lo golpeó duramente y que lo hace escalar por un sinfín de altos y bajos que finalmente logró comprender y aceptar.

"Uno lee los decálogos de lo que era antes la Conasida y ahí dice que existe primero un impacto, como segunda etapa un rechazo y luego el período de aceptación, sin embargo la realidad dista bastante de estos tecnicismos. Lo primero que hace una persona al ser notificada es aislarse, eso nos pasa a todos, es como cuando te enteras que eres homosexual, uno empieza a recriminarse, a decirse a sí mismo soy el único, soy raro, todos cacharon, pero finalmente uno se da cuenta que no es tan así y ahí viene la aceptación, pero es un proceso complejo", dijo, y agregó: "Finalmente uno lo entiende, lo único que hace la diferencia entre una persona viviendo con VIH y otra que no, son las pastillas retrovirales y un condón".

Historia

Pasados los años Ángel se fue a estudiar a Santiago la carrera de Psicología, y en un momento se da cuenta que lo que quería realmente era viajar, irse del país, por esto planea un viaje al extranjero, a Alemania específicamente.

"Cuando quise ir a Alemania, cuando tenía como 38 años, un amigo mío quiso sumarse a esta travesía, Francisco, que tenía 28 años en ese entonces. Ya estaba decidido, así empezamos a preparar viaje, y él me dice que sus padres nos habían invitado a un asado como de despedida en Chillán, y yo dije ok, voy. Él se fue antes, yo unos días después", contó Ángel.

Sin embargo, lo que sería un viaje para buscar nuevos horizontes se transformó en un viaje de recogimiento y sanación. Cuando Ángel llegó a Chillán encontró a Francisco tirado en una cama con una crisis de salud terrible: tenía VIH.

"Él no se había pesquisado, no se había tratado. Lo agarró primero una bronquitis, después un trastorno neurológico, y ahí ya nada que hacer. En ese momento viví una situación que me marcó, mi percepción de la vida cambió en el momento en que el padre de Francisco se para a los pies de su cama y le dice que lo peor que le podía pasar era tener un hijo homosexual y con Sida, y así se fue y nunca más lo volvió a ver", contó Ángel.

Francisco quedó internado en la sala d aislamiento del Hospital Herminda Martín, con un diagnóstico claro, solo 10 días de vida. "Yo no me movía de su lado, pero era súper duro escuchar los rumores de pasillos que hablaban del maricón que se queda cuidando a otro maricón" (sic), dijo Ángel.

Al día siguiente entró en la habitación la enfermera supervisora y le dijo a ángel que tenía que salir; él se negó y le contó de su promesa, luego ella se fue.

"Esto fue como al mediodía, y como a las 5 de la tarde veo que se abre de a poco la puerta y yo pensé: me van a querer sacar a la fuerza, ¿qué hago?, me amarro a la cama. Mientras pensaba eso la veo entrar a ella, a la enfermera, María Eugenia, venía con una silla y un par de frazadas, me mira y me dice: toma hombre, para que no pases frío; eso me llenó el corazón", relató.

Francisco estuvo 8 días hospitalizado, tenía 10 días de vida, y vivió 1 año 8 meses. "Todo gracias al amor y al sacrificio, pero no gracias a sus padres lamentablemente", enfatizó Ángel.

Cuando muere Francisco sus amigos de Santiago lo vienen a buscar, pero él decidió quedarse en Chillán.

Discriminación

La reacción del padre de Francisco marcó a Ángel, sin embargo este asegura que no fue la primera ni la única vez que vivió la discriminación.

"Una vez entré a urgencias del Hospital de Chillán, tengo un par de hernias y síndrome de músculo periforme. Se me indicó tratamiento sistemático del dolor, eso significaba estar hospitalizado varios días, permanentemente con suero, con visitas periódicas de neurólogo y otros especialistas, todo bien hasta que se conoció mi patología de base", contó Ángel.

Según relata, al momento en que se supo que tenía VIH el tratamiento sistemático del dolor cambió drásticamente a un tratamiento ambulatorio en el domicilio con solo un medicamento. "Eso es discriminación abierta, discriminación descarada", señaló, y agregó: "El equipo se portó maravillosamente bien, pero uno no es tonto, cuando se ponían a los pies de tu cama y se miraban y se pegaban con el codo y hablaban entre dientes diciendo: mira lo que dice en la ficha, lo que tiene. Entonces uno entiende que todo lo que te pueda ocurrir va a tener que ver con tu patología de base, no eres igual, eres diferente, o al menos para ellos yo lo era".

En otra oportunidad, Ángel cuenta que vivió una situación muy particular. Él y otras personas con VIH se encadenaron ante los tribunales en Santiago para poder conseguir un tratamiento inclusivo, una ley que ahora existe y en ese momento se tomó una fotografía que dio la vuelta al mundo. "Carabineros con guantes tratando de levantarnos del suelo, ¡con guantes!, una ignorancia tremenda", enfatizó Ángel, y añadió: "El tema del VIH se trata muchas veces con desconocimiento. La sarna se pega, el resfrió se contagia, el VIH se adquiere, ese es el término correcto".

Tratamiento

En Chile actualmente existen más de 39 mil personas que viven con Virus de Inmunodeficiencia Humana. Al año se registran alrededor de 2 mil casos nuevos y en la región del Biobio la propagación de la enfermedad ha ido en aumento.

El total de notificaciones realizadas el año 2014 en el Biobio fueron 214. De ellas, 60,7% corresponden a VIH y el 39,3% a etapa SIDA. El sexo predominante es el masculino, sin embargo, el año 2014 se produce un aumento del sexo femenino de un 47,6%, correspondiente a 10 casos respecto al año anterior. Por segmento etáreo el año 2014 se registraron 15 casos en personas de 10 a 19 años; 170 casos en población de 20 a 44 años; 28 casos en el segmento de 45 a 64 años; y uno de 65 a 79 años. El año pasado, en Ñuble, se notificaron 25 casos (menor a los 28 notificados en 2013).

El tratamiento antirretroviral se le entrega a las personas en determinada condición, no todas las personas lamentablemente pueden empezar el tratamiento con este medicamento. Teniendo una cantidad menos importante de virus en el cuerpo se puede. El VIH es un virus que se desarrolla de forma distinta en cada persona, siendo un solo virus que adquiere un millón de formas", comentó Ángel

"El primer mes de tratamiento es terrible, existe un rechazo total al medicamento, me sentí muy mal, las personas se descompensan, no se retiene el esfínter, vómitos, es dolorosísimo, pero luego se pasa, de a poco", contó Ángel.

Antes el medicamento para VIH era tan caro y tan complejo que prácticamente tenía que morir una persona para que se pudiera empezar el tratamiento en otra, hoy gracias a varios esfuerzos, no es así.

Ángel hizo un llamado a las nuevas generaciones, pero no un llamado de atención, sino más bien un llamado a quererse, a aceptarse y a cuidarse. "Nadie está libre de esto, lo importante es informarse, para luego evitar hacerse esa odiosa y triste pregunta que me ha tocado tanto escuchar: ¿si yo hubiese sabido?", concluyó.

Ley 19.779: la ley del VIH

El año 2001, y luego de una larga lucha, se promulga la ley 19.779 que defiende los derechos de quienes viven con el virus del VIH. Según esta ley, "el Estado deberá velar por la atención de las personas portadoras o enfermas con el virus de inmunodeficiencia humana, en el marco de las políticas públicas definidas en los artículos 1° y 2° de esta ley. En todo caso, deberán proporcionarse las prestaciones de salud que requieran los beneficiarios de la ley N° 18.469, de acuerdo con lo previsto en dicho cuerpo legal". Además se señala que no podrá haber discriminación de ningún tipo para entregar el tratamiento oportuno a quienes contraigan esta enfermedad.

39.000 personas en Chile viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) , de ellos la mayoría son hombres de entre 25 y 40 años.

214 casos de gente con VIH se registraron el año pasado en la región del Biobío; de ellos 25 casos corresponden a la provincia de Ñuble, 3 menos que el 2013.

2.000 casos nuevos de VIH se presentan aproximadamente al año en nuestro país. Se han realizado diferentes campañas para disminuir este número, sobre todo promocionando el uso del condón.

DAVID VON BLOHN/ Archivo AGENCIA UNO
DAVID VON BLOHN/ Archivo AGENCIA UNO
Ángel, un portador con vih que reside en Chillán, relató los episodios de discriminación que ha sufrido desde que fuera diagnosticado con la enfermedad el año 2001.
MATIAS DELACROIX/ AGENCIAUNO
MATIAS DELACROIX/ AGENCIAUNO
En la provincia de Ñuble, se registraron 25 casos de VIH en 2014.
MARIBEL FORNEROD/AGENCIAUNO
MARIBEL FORNEROD/AGENCIAUNO
La campaña dEl uso del condón busca reducir los casos en el país.
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