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"Gato en el camino", el anticuento infantil de Parra para celebrar una antinavidad

"Gato en el camino" es lo primero que Nicanor Parra publicó en su vida, a los 20 años, en la Revista Nueva del INBA, donde trabajaba como inspector. La historia es parte de "Antiprosa" (Udp), libro que reunió su escritura no poética en una edición que estará lista en Navidad.
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cuando nicanor parra quiso publicar "Gato en el camino" en la "revista nueva" del INBA, fue rechazado por "absurdo". finalmente lo apoyó un dibujante del pasquiín y un inspector mayor.

Éste era un gato. Una vez se extravió. Venía por un camino, cerca de unos cuantos bosques. Por los alrededores abundaban los prados. En el camino estaban abandonadas unas cucharitas de té revueltas con trompos. El gato venía por este camino. Un vecino lo encontró y lo llevó a su casa. Su hijo se lo pidió, pero él no se lo quiso dar. Envolvió el gato en unos papeles y fue a entregárselo al dueño.

-Tome su gato.

-Muchas gracias. Enseguida voy a venderlo.

-No lo venda.

-Tengo que venderlo. Discúlpeme. Páseme mi sombrero.

Salió hecho una tromba. Se llevó el gato al mercado. Lo llevaba envuelto negligentemente en unos papeles.

-Vendo esto.

Pasó el Intendente, pero no quiso comprarlo.

-¿Quién compra un lindo felino?

-Yo quiero comprar uno para mi hijo que está enfermo del sarampión desde hace tres semanas -respondió el tabernero. A ver, muéstremelo.

-Aquí está el gatito.

-No puede ser. Yo no los compro así.

El dueño lo envolvió en unos papeles y se lo llevó a su casa. Por el camino compró naranjas. Allá le dijo a su mujer:

-La gente no quiere comprarlo. Ahí lo tienes. Te lo regalo.

Su mujer estaba sacando agua del pozo.

-Déjalo en la despensa -contestó ella.

Por la tarde vino un niñito a ver si se interesaba por el gato, pero éste le arañó la cabeza. Cuando llegó a casa su padre le dio de palos porque era un hijo testarudo.

Cinco días después el gato se extravió por unos caminos. En los recodos brillaban unas cucharitas de té revueltas con trompos. De los montones de piedras embarradas asomaban cogollos de trébol.

El hombre del lado lo encontró y pensó: se lo llevaré a mi hijo. Pero su mujer lo increpó:

-¿Te vas a quedar con el gato?

Por eso el hombre se fue donde su vecino y le dijo:

-Tome su gato.

-Muchas gracias.

La mujer del dueño estaba haciendo pan.

-Anda mañana al pueblo a vender este gato.

Mientras procuraba envolverlo, el gato se echaba hacia atrás. Varias veces se le cayó y, por lo demás, una vez le dio un pisotón. El gato gritó en forma desmedida. Al último el dueño no lo quiso recoger. Tenía jaqueca.

-Recoge ese gato -le dijo su mujer.

Pero él desobedeció. Además era flojo y mal marido. El fogonero lo pilló y se lo pasó.

-Gracias.

El gato estuvo a punto de arañar al fogonero. Mas, como era tolerante, se retuvo.

-Vendo este gato.

A intervalos se comía un pepino.

Pasó el Intendente. Pero se hizo que iba apurado. El dueño sintió despecho. Más tarde pasó el tabernero. Miró hacia un lado y sacó el reloj para ver la hora. Después se echó las manos a los bolsillos y aligeró el paso.

Entonces el dueño dejó el gato sobre una pequeña mesa y se fue para la casa. Cada dos cuadras se encontraba un diez.

Un niñito que iba a comprar calugas lo desenvolvió con toda clase de cuidados para después hacerle cariño. Pero el gato lo arañó. El herido pensó vengarse. Al rato lo había olvidado.

Después pasó un perro lanudo lleno de trunes. Olfateó al gato y enseguida se fue. En la esquina dobló para la plaza.

A los pocos días el gato se extravió por unos bosques. Empezaban a caer los primeros granizos. Más allá del puente había un molino. Los torrentes trizaban los amaneceres.

Parte segunda

Anda que te anda el gato llegó a Nicaragua. Como el camino estaba embarrado llevaba las patitas muy sucias. También las llevaba mojadas. A veces una chicharra se le paraba en los mostachos. Pero después se iba. Por el camino tuvo que atravesar varias chacras. Cuando llegó a Francia iba con mucho frío porque había hecho la caminata en pleno invierno. De vez en cuando se detenía a lamerse el pelaje. Perdida en los bosques encontró una posada alumbrada por media docena de faroles. En el jardín los chiquillos hacían unas pocas barbaridades. La señora lo vio por la ventana y en un principio no le hizo caso. Después salió cautelosamente y lo sorprendió pisando sobre unos guijarros. Miró para todos lados para cerciorarse que nadie la mirara y se guardó el gato.

Se lo mandaré a mis tías, pensó para sus adentros. Algunas horas más tarde les escribió un telegrama diciéndoles: Va gato. Saludos.

Lo mandó a la estación de postas con uno de sus hijos. Éste regañó pero no podía oponerse.

Al otro día echaron el gato en la diligencia. El cochero quedó un poco intrigado cuando vio el pequeño bulto. Después no se preocupó de eso. El gato quedó al lado derecho de unas gallinas. Se sentía humillado. Las gallinas no se fijaron en él.

Las tías lo encontraron flamante y contestaron: Recibimos conforme gato. Gracias. ¿Cuándo vendrás? Saludos.

El gato le tomó rencor a una tía. La hallaba muy relamida y lo pisaba a menudo. Además no le daba nunca pescado.

Pero el dueño echó de menos a su gato porque el Intendente quería comprárselo. Una vez llegó muy agitado a Francia. Ahí recuperó su gato. Se volvió satisfecho. El Intendente lo esperaba en la puerta con el sombrero en la mano.

-¿Cuánto pide por el gato?

-Ahí lo tiene.

-He venido a comprárselo. No me trate así.

Desenvolvieron el gato pero lo hallaron cojo. Por eso el Intendente se arrepintió de comprarlo. Subió a su caballo y se alejó al trote.

En esos mismos días la mujer del dueño dio a luz dos mellizos. La comadrona admiró mucho al gato. El dueño cerraba bien la puerta para que no le entrara frío a la parturienta. Afuera caía granizo sobre los pollos nuevos. El pasto no se alcanzaba a secar durante el día. Como hacía frío el gato sintió deseos de acostarse en la manta del dueño. Pero la halló con demasiado olor a sudor. Se habría acostado en la batea que había en el corredor, pero a última hora prefirió salir a dar una caminata por los tejados. Mas las mariposas nocturnas se le paraban en los mostachos. Aunque después se iban, él se sentía molesto. Por eso volvió a casa y se acostó a orilla del rescoldo. A su espalda quedaban unos cacharros y uno que otro rollo de alambre de púa.

Parte tercera y última

El gato iba por un camino. Se hizo enemigo de unas chicharras. Cuando se quedaba dormido venían a parársele en los mostachos. Sabían que eso le desagradaba.

Al otro lado de la colina vivía un muchacho que se llamaba Rimbo-Mimbo. Andaba con las carteras repletas de porquerías. Siempre iba con la cara sucia con tierra y otras mugres. Sus hermanos lo maltrataban. Por las tardes de sol llevaba membrillos a la escuela. Rimbo-Mimbo andaba con pantalones cortos aún. Era la mar de aficionado a andar con ropa nueva. Rimbo-Mimbo era porfiado pero muy alegre. Cuando iba de visita se extraviaba por seguir a las liebres y lagartijas, ese día fue a unos caminos que no había visto antes. Allí tropezó con el gato. Lo cogió por las piernas y se lo llevó a un gran amigo que tenía en la montaña.

A la vuelta compró membrillos y por la tarde estuvo jugando al volantín. Al otro día por la mañana se le cortó un botón del chaleco.

Tres meses después llegó el dueño del gato. Venía agitado. Abrió la puerta y preguntó:

-¿Trajo aquí Rimbo-Mimbo algún gato?

- Sí -respondió el montañés desde el lagar-. Debajo del parrón está amarrado. Lléveselo.

El dueño almorzó con el montañés. Después envolvió cuidadosamente el gato y partió.

- Aquí lo tienes -le dijo a su mujer-. Te lo regalo.

Los mellizos se lo pasaban haciendo toda clase de jugarretas con el gato. Les gustaba mucho peinarlo. A medida que crecían se iban poniendo serios. Daba gusto verlos. Por la noche el gato dormía en una batea cerca del rescoldo. De vez en cuando lo pisaban. A su espalda quedaban unos cacharros. Los rollos de alambre de púa los habían llevado al corredor.

Un día de granizo el gato se perdió. Pasó por Nicaragua. La señora se había cambiado. En Francia las tías se habían muerto. Rimbo-Mimbo ya se había alargado el pantalón cuando tropezó con el gato en pleno camino. Pensó para sí: Parece que lo conociera. Pero el gato se estaba poniendo viejo.

-Me gustaría dejarlo para mi hijo -murmuró Rimbo-Mimbo.

Mas su mujer lo increpó.

-¿No vas a devolverlo, mal marido?

Por eso Rimbo-Mimbo se fue derechito a la casa del dueño.

-Gracias -respondió éste.

Por ese tiempo los mellizos estaban bien crecidos. A la semana el gato desapareció. Iba por un camino. En los recodos brillaban trompos revueltos con cucharitas de té. De los montones de piedras embarradas asomaban cogollos de trébol. Los mosquitos eran amigos del gato.

Por Nicanor Parra

MAURICIO PALMA,

"El partido cree que tengo las capacidades de poder liderar este proceso"

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Son 19 meses los que Camilo Benavente lleva en el cargo de director regional del Instituto Nacional del Deportes (IND) de la región del Bío Bío y hace un mes que su nombre fue escogido en el Partido Por la Democracia, donde actualmente milita, para ser la carta que llevará a las primarias de la Nueva Mayoría por la alcaldía de Chillán.

Asegura que la experiencia que ha ganado en sus trabajos en las reparticiones públicas, es la que estará a disposición, en caso de llegar a la alcaldía de Chillán.

"Entrar a trabajar en una repartición, que involucra muchos recursos, con una región tan importante como la octava en la que hay que cumplir metas, con indicadores, con procedimientos, con una cantidad de funcionarios, era un desafío bastante alto y tenía experiencia en el ámbito público, en las municipalidades, pero entrar a una dirección regional es un gran desafío", sostuvo Benavente.

Se cataloga como un trabajólico, "me interesa poder conocer y empaparme desde la cercanía con las necesidades de la gente".

-¿Cómo nace esta candidatura?

-Siempre hemos tenido intenciones de estar liderando procesos políticos, en lo personal creo que tenemos mucha potencia para poder desarrollar, liderar equipos y apoyar o construir una ciudad, que es mi ciudad, por la cual me apasiono y a la cual conozco muy bien. La transversalidad que tengo me permite conocer realidades de diversos mundos. Desde el empresariado hasta gente que tiene complicaciones y es muy vulnerable. Llevo ligado al ámbito público y por lo tanto conozco cuáles son las inquietudes o frustraciones del pueblo de Chillán.

-¿Usted presenta su nombre para precandidato o el partido lo nomina?

-El partido cree que tengo las capacidades técnicas, profesionales y electorales de poder liderar este proceso. Mi nombre aparece dentro de un partido en que hay un nuevo referente, que es un senador como Felipe Harboe, con el cual podemos construir un equipo de trabajo de personas jóvenes, con mucha gestión y con trabajo. En definitiva con capacidades de emprender desafíos, de lo cual me siento muy satisfecho. Creen que puede liderar un proyecto importante en conjunto y hay una construcción no solo individual.

-Sale del Partido Socialista, donde fue candidato a concejal, e ingresa al PPD y lo nombran candidato a alcalde. ¿Cómo se toma esta nominación?

-Me siento honrado, porque cuando uno trabaja desde el corazón, sin pensar fríamente en lo que se viene, sino que en poner el mayor esfuerzo a lo que se hace, no pensando en operaciones políticas que tengan otro norte que no sea el trabajo, la gestión y poder apoyar eso. Los compañeros y la comunidad nota cuando uno pone su visceralidad en esto, entonces eso se reconoce, ven a una persona transparente que ha actuado de frente sin trabajar a los codazos y por eso me siento gratificado, contento y optimista

-En esta precandidatura, ¿cómo visualiza al resto de los candidatos de la Nueva Mayoría que podrían ir en una primaria?

-Hay un proyecto común, que es una coalición política que es la Nueva Mayoría, que tiene condiciones valóricas, que tiene que ver con la tolerancia, la fraternidad, la igualdad y la justicia social, pero además se incorpora un nuevo concepto que es gestión, trabajo y transparencia, y esa es la nueva camada que veo.

-¿Pero en su individualidad?

-Los candidatos que están dentro de esta coalición para postular a la municipalidad, tienen sus cualidades. Lo importante es que tienen un norte común, que es tratar de igualar la cancha. Creo que la comunidad y en general el país, está muy frustrado con estas diferencias sociales tan marcadas y todo lo que podamos hacer para mejorar eso, como coalición política, con los que hoy están liderando los partidos políticos y que son los candidatos. Creo que todos tenemos posibilidades y condiciones que son muy importantes, pero siempre con el nuevo elemento de la gestión de trabajo y la transparencia.

-En caso de ser el próximo alcalde, ¿hacia dónde enfocará su norte?

-En el caso de Chillán son cosas fundamentales que tienen que ver con la salud, ya que es una unidad que necesita con mucha rapidez. También está el tema de los emprendedores de la comuna, los que necesitan respuestas y tenemos el tema vial, que es importantísimo tomar en cuenta. Todos estos son elementos que son necesarios para igualar estos procesos. Hay ideas de trabajo que podemos ahondar, pero fundamentalmente la educación y salud, son fundamentales y se deberían absorber con mucha fuerza.

-¿Cuál será su sello en caso que fuera el candidato de la Nueva Mayoría?

-Diría que mucha gestión y trabajo, la gente me reconoce como una persona que siempre está disponible, para apoya y acoger las inquietudes para sacar adelante estas necesidades. Lo que a mí me motiva es el trabajo con la comunidad, ya que las respuestas que ella te entrega son siempre muy ricas en sentimientos y hay emociones y uno vive de emociones. Soy un hombre apasionado con el trabajo y cuando a esto se le suman vínculos personales con comunidad, de cualquier ámbito social, uno se motiva mucho más a trabajar.

-Es el precandidato más joven, ¿cree que esto le puede ayudar?

-Sí. Creo que tiene que ver con lo que hemos demostrado, con la capacidad de trabajo en equipo, de personas que creen que están convencidas de que hay cosas que se pueden mejorar y con la capacidad de gestionar en cada uno de los ámbitos. Hay cosas con las que sueñas y a medio camino se ve que son posibles de lograr y basta con creerse el cuento para ir para adelante, con fuerza y construir en conjunto esto. No es ser personalista, ya que la intención de nuestro equipo de trabajo es hacerlo en conjunto y poder ir auscultando las soluciones en otras áreas, que nos permitan llegar a buen puerto.

entrevista. camilo benavente, precandidato a alcalde por el Partido Por la Democracia: