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Rumbo al centenario: Ñublense y su historia de pasión y sentimiento

FÚTBOL. Luego de muchos sinsabores, el Rojo avanza en lo institucional, con la construcción del Complejo Paso Alejo, y en lo deportivo, espera concretar el retorno a la primera división.
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Ser hincha de Ñublense es ser hincha de un sentimiento que va más allá de los triunfos. Quien asiste a las gradas religiosamente sabe que la victoria no es una certeza y es por ello que un gol se grita con el alma. Ser hincha de Ñublense es ser un apasionado por el rigor, por la ira, el amor, es simplemente ser fiel a algo que es propio de Chillán.

Este 2016 los Diablos Rojos cumplirán cien años de vida y aquellos que sienten suyo los colores de la camiseta del elenco de la ciudad esperan que el 20 de agosto el cuadro dirigido actualmente por Fernando Díaz esté de regreso en la Primera División del Fútbol.

La historia señala que el club vio la luz en 1916 al amparo de un puñado de amigos encabezados por Manuel Lara Gutiérrez, quien era profesor del otrora Liceo de Hombres. Sin embargo, fue en 1959 cuando se produjo el salto cualitativo del amateurismo al profesionalismo. Desde esa época el club conoce de alegrías, derrotas, un verdadero carrusel de emociones en el que dirigentes, jugadores, trabajadores e hinchas son los protagonistas de cada historia.

Rápidamente Ñublense dejó de lado aquella época romántica en la cual la asistencia al estadio Municipal tenía como objetivo alentar al equipo, perdonar las derrotas o simplemente emitir algunas bromas hacia la cancha desde las antiguas tribunas de madera.

Se llegó a 1976 y tras una campaña brillante Ñublense logra su primer ascenso a la Primera División. Dos años después el cuadro escribe una de sus historias más tristes cuando el ahora legendario Nelson Oyarzún fallece producto de un cáncer, no sin antes entregar las indicaciones a sus jugadores en la previa del partido contra Colo Colo, el que ganaron por 2 a 1. Fue este entrenador de metodología europea el que heredó su nombre al estadio que antiguamente se caracterizaba por las elevadas torres de iluminación y los eucaliptus por calle Pedro Aguirre Cerda.

En 1979 Ñublense baja a la extinta Segunda División y con ello comenzó un calvario que se vivió al rojo vivo. En 1980 vuelve a subir, vuelve a bajar, nuevamente al hoyo, los casi ascensos y los descensos a Tercera División, el verdadero fútbol de los potreros marcaron la senda de los Diablos hasta el 2000, realmente fueron años endemoniados.

Jugadores en huelga de hambre, colectas públicas, dirigentes que promocionaron circos para juntar dinero para pagar el sueldo del plantel, amenazas de bajar la cortina por fuera para nunca más abrirla, presentación a encuentros con juveniles y todo cuanto se pueda imaginar formó parte de la historia amarga de Ñublense. Incluso el equipo tuvo que pasar a llamarse Ñuble Unido para evitar la debacle. Un dato extra, en el 2001 el elenco estuvo a 30 segundos de caer a Cuarta División, pero la victoria contra General Velázquez evitó la humillación.

Fue en estos años cuando se forjaron los verdaderos hinchas de Ñublense, aquellos a los cuales poco y nada les importaba que sus compañeros de colegio o de trabajo les enrostraran el hecho de ser hincha de un equipo chico. Para ellos era simplemente el más grande.

Poco importaba que el rival fuera Unión Veterana, Lozapenco, Soinca o Trasandino, acudir al estadio con la bandera con el asta de palo de escoba era algo impagable, que te miraran como bicho raro por usar la camiseta no hacía ni cosquilla.

En esa época no existían Los Rediablos o Los de Siempre, simplemente la llamada "barra del mercado" que trasladaba sus inigualables y originales gritos desgarradores desde la tradicional zona de Chillán al estadio.

Pero no hay mal que dure cien años y cuando todo parecía extraviado, cuando parecía que el abismo era más profundo, un grupo de dirigentes encabezados por Sergio Zarzar deciden darle forma a un proyecto deportivo que nace en el 2004 cuando Ñublense militaba en Tercera.

La época dorada

El 2004 comenzó con el título de la zona sur de la Tercera División tras vencer por penales a Iberia, simbólica victoria que luego se replicaría con el retorno a la Segunda División, merced a la victoria contra Curicó en una final de infarto.

Y fue en este año cuando comenzó la época dorada de Ñublense. El primer hito fue la masiva asistencia en las tribunas, el elenco jugaba a estadio lleno y la marea roja se hacía sentir en cada recinto donde se jugaba la Tercera División. Desde la renovada tribuna norte de cemento caían los papeles picados y un grupo de amigos se cobijó bajo un lienzo de rezaba los K-Laña, piño que posteriormente derivó en Los Rediablos.

La fiesta del fútbol se respiraba en Chillán y todo ello se extendió y tuvo una de sus gestas más gloriosas cuando en el 2006 -y gracias al penal mágico de Nestor Zanatta- Ñublense le gana a San Felipe por 3 a 2 en un dramático partido y en el cual los chillanejos regresan a la Primera División tras 25 años de ausencia. Aquella tarde del 29 de octubre nadie se quería mover del estadio, nadie podía creer lo que pasaba en el campo de juego, los padres se abrazaban con los hijos, el llanto emocionado se hizo presente. Todos se sentían más diablos que nunca y las burlas por ser un equipo de Segunda quedaban en el pasado, los Rojos salían del infierno y ser de Ñublense era un orgullo.

La jornada ante los del Valle del Aconcagua no estuvo marcada por un gran fútbol, pero en el campo de juego había una oncena que mojaba la camiseta, que jugaba con convicción y eso se mantuvo por un lustro, sin importar el técnico y los intérpretes.

Ñublense era noticia nacional, su hinchada no fallaba y de ser llamados despectivamente como huasos, a los de Chillán se les apodaba "Ñublenchester", "La Longaniza Mecánica" o "El Gigante del Sur".

Los Rojos se enfrentaban de igual a igual a los principales clubes del fútbol chileno y en casa se hacía respetar. Llegó la época de la Sociedad Anónima y con ello la estabilización administrativa, la que suma el complejo Paso Alejo en el kilómetro 12 camino a Coihueco.

Pero faltaba la guinda de la torra, algo que para aquellos que casi ven desaparecer al club parecía un imposible.

Jugando todo el Apertura del 2008 los Rojos hacen su mejor diablura, terminan como líderes del campeonato y clasifican por primera, y hasta el momento única vez, a un torneo internacional, la Copa Sudamericana.

El sueño fue breve, fue eliminado en la primera fase ante el Sport Ancash de Perú, pero nadie le quitó a los hinchas el orgullo de representar a Chile a nivel continental.

Detrás de cada una de estas historias hay actores, protagonistas de carne y hueso que fueron parte de cada letra de este cuento cuyo final aún es incierto.

Desde esa época a la fecha el equipo suma ascensos y descensos, este año lucha por retornar a Primera y de seguro que queda mucho por contar, escribir, relatar, soñar; simplemente, vivir.

1916 Ñublense toma vida gracias a la gestión de un grupo de alumnos del Liceo de Hombres que forma el Liceo Club de Fútbol.

1 participación en un torneo internacional suman los Diablos Rojos. Fue en el 2008 cuando dijo presente en la Copa Sudamericana.

1959 salta del amateur

al fútbol profesional, tras ser reconocido oficialmente por la Asociación de Fútbol Nacional. 2006

Ñublense regresa a la Primera División tras 25 años. El ascenso se logró al derrotar a San Felipe 3 a 2 con gol de Nestor Zanatta.