"Hay que pensar cuántos clubes han desaparecido y Ñublense sigue vivo"
Hablar de la historia de Ñublense nos remite a momentos imborrables y llenos de nostalgia, penas y alegrías.
También nos lleva a pensar en aquellas personas que son parte del equipo de la provincia y uno de ellos es Honorio José Honorio Vera, quien a sus 76 años ostenta con orgullo el hecho de ser el primer guarda útil de Ñublense, responsabilidad que actualmente se conoce simplemente como utilero.
Honorio llegó a Ñublense cuando el elenco de los Diablos Rojos jugaba en el llamado Campeonato Regional y hasta el día de hoy desempeñó varias funciones.
Los hinchas fieles de Ñublense saben de sus diabluras como recaudador de socios, función que cumplió durante más de dos décadas y en la cual su cuaderno escrito a mano y su bicicleta mini eran sus fieles compañeros de ruta.
"¿Cómo está jefe?", era y es su habitual jefe, la misma que no solo usó como recaudador, sino que también en una segunda tarea y que era organizar viajes de hinchas a diferentes puntos del país, cada uno de ellos en buses no tan cómodos, pero en los cuales las bromas y los gritos de triunfo y el silencio amargo de la derrota eran parte habitual del paisaje.
Honorio sabe de la historia de Ñublense, sabe de la cancha de arena del estadio y del recinto de madera de Pedro Aguirre Cerda que luego mutó a la modernidad que hoy posee. También sabe de tener a jugadores viviendo en su casa, de pobreza Franciscana en la tienda diabla y de jornadas gloriosas.
Ahora está un poco más alejado de las canchas y en el último tiempo solo se le ve realizando la casi extinta labor de perifonear los partidos de Ñublense, al mando de un furgón blanco adornado por una insignia del club de sus amores y una gastada y añosa bandera roja de los años ochenta.
Ñublense no es solo una institución, no es solo una sede o un equipo de fútbol. Es su gente, son los ñublensinos de esfuerzo y valor.
- ¿De cuándo que está ligado a Ñublense?
- Yo comencé a trabajar en Ñublense en 1949. La historia es la siguiente, antes vivía en los Pabellones Estadio y como estaba cerca del estadio, pasaba a la cancha a ver los entrenamientos. Un día el papá del ex entrenador Eduardo Cortázar me dijo que fuera, que me acercara más a Ñublense y de inmediato me pusieron a trabajar como guarda útil.
- ¿Cómo fue la experiencia de ser guarda útil?
- Fue algo muy bonito, fue una experiencia muy buena, hice muchas cosas por el equipo. Entre todo lo que corresponde a la función, también me encargaban ponerle grasa de carne a los hilos de la pelota para que no se mejoran tanto. Una vez también me agrandé y arreglé los chuteadores de Claudio González, pero como no sabían bien en el primer tiempo ya se le estaban saliendo las pepas.
-¿Qué significa Ñublense en su vida?
- Mucho, harto. Los entrenadores y jugadores me enseñaron a andar en bicicleta, sino hubiese perdido desde joven mi condición física. Me costó harto aprender porque me enseñaron en la cancha de arena y era súper pesado y complicado para pedalear, me caí en varias oportunidades.
- ¿Qué otras funciones a cumplido en el club?
- Después empecé a trabajar en la locomoción colectiva y con do Exequiel del Pino comencé a salir con Ñublense a diferentes ciudades. En 1983 me jubilé y hasta el 2009 me dediqué a ser recaudador de socios, más el perifoneo.
- ¿Alguna anécdota?
- Una vez viajamos hasta Iberia para jugar por el Campeonato Regional y el partido estaba muy complicado, finalmente perdimos, pero antes se formó una tremenda mocha. El Chincol Garrido dijo en el camarín que había que salir a dar y recibir, le hicieron una falta y se formó la pelea. Francisco Monrroy me pasó la pelota y me dijo que la guardara, yo la desinflé y la guardé en el equipaje, los de Iberia pedían la pelota y no se la pasamos. No nos dejaban salir del camarín, fue hasta Carabineros, pero a la salida de Los Ángeles nos rompieron algunos vidrios.
- ¿El gol que más ha gritado?
- Fue contra Gente de Mar de Lota en el campeonato regional. Al jugador Paredes lo habían fracturado, quedaban muy pocos minutos y el Chico Araya hizo un gol de chilena y ganamos. Fue uno de los goles más emotivo que he vivido.
- ¿Para usted cuál es la victoria más importante?
- Contra San Luis en Quillota en 1992 cuando fuimos campeones de Tercera División. Y en Linares en el 2004 cuando fuimos campeones contra Curicó.
- ¿La peor derrota?
- Contra Temuco perdimos por 6 a 1. No me acuerdo el año, pero sí que fue un viaje para el olvido.
- ¿El mejor jugador que ha pasado por Ñublense?
- Claudio González. Era de esos que no aceptaba perder, era central, pero cuando Ñublense iba perdiendo era un delantero más, hacía muchos goles de cabeza. Y es eso lo que ahora echo de menos, no veo jugadores comprometidos de esa manera.
- ¿El peor jugador que ha visto?
- Muchos han venido solo a pasear. Hubo una vez uno que vino de Colo Colo que hasta las camisetas me las estaba robando.
- ¿El mejor dirigente?
- John Andrade, porque fue uno de los más sacrificados, perdió hasta un bus y no se compraba ni ropa por Ñublense.
- ¿El peor dirigente?
- Hubo varios. Querían sobresalir solamente. La lista es larga, pero no quiero nombrar a nadie porque la verdad es que son muchos.
-¿El viaje más lindo con los hinchas?
- A La Serena y Coquimbo.
- ¿El peor?
- A Los Andes, fue muy complejo y largo.
- ¿La principal diferencia entre el Ñublense de antaño y el de la Sociedad Anónima?
- Lo diferente es que ahora hay pagos al día, los jugadores viajan en buenos buses y no pueden caminar más de dos cuadras. Ante era distinto, me acuerdo de algunos viajes del plantel en el cual viajaban en el mismo bus algunos hinchas y periodistas que nos ayudaban a costear el viaje y con lo que ellos pagaban se les daba almuerzo a los jugadores.
-¿Por qué a Ñublense le costó tanto encontrar una estabilidad en 100 años de historia?
- No había plata, solo buenas intenciones y muchas ganas, pero hay que pensar cuántos clubes han desaparecido y Ñublense sigue vivo.
"Nelson Oyarzún fue un gran técnico, pero también hubo gente que le decía groserías cuando perdía". "Ser el primer guarda útil fue algo muy lindo. Para mi Ñublense significa mucho".
1949 Año
En el cual Honorio Gómez comenzó a trabajar en Ñublense. Fue el primer guarda útil de los Diablos. 1300
Socios Llegó a captar, cifra que alcanzó en 1992. En el 2009 le entregó 483 a la Sociedad Anónima.