Constantemente las páginas de los medios locales se nutren de información alusiva al tenis de mesa. Y esto no es gratuito, ya que a diferencia de otros deportes, la disciplina del saque y el remache luce por méritos propios producto de triunfos y lugares en el podio.
Solo por citar algunos ejemplos actuales hay que destacar que de las tierras de Ñuble nacen las paletas que ocupan los primeros lugares del ranking de la Federación Chilena de Tenis de Mesa: en mini peneca Martina Montecino es la tercera del país. En preinfantil las gemelas Natasha y Mariam Ruiz son la tercera y cuarta respectivamente. Pasando al lado de los varones, en mini peneca Javier López es tercero, al igual que Raúl Rojas en Preinfantil. En Infantil Joaquín San Martín es el primero de Chile, en la misma categoría Raúl Carrasco es y Tomás Minder quinto. En Master, el segundo del país es el local Rodrigo Moraga.
Estos logros no son nuevos, ya que desde las década de los 80' comenzó con fuerza el desarrollo del tenis de mesa producto de personas que en el garaje de sus casas instalaron mesa, comenzaron a entrenar a nacientes exponentes y con ello comenzó la cosecha de triunfos.
Uno de ellos es Alejandro Rodríguez, quien ostenta como principal mérito ser el único chillanejo en decir presente en una Olimpiada, específicamente en Atenas 2004.
De esta camada que comenzó a brillar en los 80' está el nombre de Marcelo Ortega, quien ganó campeonatos regionales y nacionales en las categorías infantiles y juveniles, mientras que ya más adulto se coronó como campeón nacional Master y vicecampeón Latinoamericano.
"Ñuble históricamente ha tenido buenos tenimesistas, sobre todo en las series más pequeñas y eso pasa porque hay varios técnicos que son reconocidos por la Federación Internacional y eso hace que tengamos muchos polos de desarrollo en la ciudad, a lo cual se suma la masividad de este deporte lo cual nos ayuda a tener buenos tenimesistas", explicó sobre el positivo fenómeno.
Marcelo Ortega, técnico que cuenta con el respaldo y los estudios de la Federación Internacional de Tenis de Mesa y que lleva más de 30 años traspasando su conocimiento, destacó que el aporte de la llamada "Familia Rodríguez", principalmente de Óscar y Ricardo, fue clave para el actual momento.
"Una de las cosas que más nos ayuda es que hay muchos que fueron jugadores y ahora son técnicos y eso es bueno para el desarrollo de este deporte. Cuando yo entrenaba estaban los Rodríguez y nadie más. En los 80 nuestra gran muralla era Concepción y ni pensar en Santiago, ahora nos medimos de igual a igual con ellos", remató Ortega.
Quien también reconoce el aporte de "Los Rodríguez" es Juan Rohr, actual presidente de la Asociación de Chillán Viejo. El también abogado destaca, además, el aporte de su padre Alcides, quien fue inspector general del Colegio Chillán que se transformó en un verdadero laboratorio.
"Comparto la afirmación de que Ñuble es cuna de tenimesistas. Mi conocimiento parte de cuando era niño y mi padre era presidente de la Asociación de Tenis de Mesa de Chillán, en mi caso soy compañero de generación con Marcelo Ortega, mientras que Alejandro Rodríguez era un poco más pequeño y toda esa camada importante nace en la década de los 80. Todo era posible gracias al aporte de los privados, ayuda pública no había nada, Digeder se veía como algo muy lejano. Todo se hacía gracias al bolsillo de los dirigentes", rememoró Rohr quien participará en el Mundial Master de mayo en España.
Profesionalización de los técnicos
Los referentes locales de este deporte señalan que con el paso del tiempo se logró una profesionalización de los técnicos, lo cual va en beneficio de las nuevas generaciones. "Esa profesionalización tiene como punto de referencia a Óscar Rodríguez, quien tenía conocimiento técnico y fue uno de los primeros que aplicó todos los conceptos que vienen de China. Además, luego Chile deporte comenzó a inyectar recursos que fueron en beneficio de los técnicos", adujo Juan Rohr.
Esteban Carrasco, entrenador de la Universidad del Bío Bío agregó que "el fenómeno se explica porque hay un relevo de dirigentes, técnicos y jugadores, nunca hemos tenido una generación perdida. Siempre hemos tenido conocimiento nuevo, pero también hay técnicos que nos hemos dedicado a estudiar, a hacer cursos y que estamos acreditados por la Federación Internacional. No trabajamos solo desde la práctica, sino que también desde el conocimiento".
Actualmente los tenimesistas entrenan en los talleres de verano del estadio con miras a las competencias del 2016.
El gimnasio de Los Zapata
Otro claro ejemplo del desarrollo del tenis de mesa en la zona es lo que hacen los hermanos Marcelo y Claudio Zapata que gracias al aporte de su padre lograron levantar un gimnasio completamente equipado y en el cual no solo desarrollaron su talento, sino que también fue un centro de entrenamiento para aquellos jóvenes que deseaba aprender de este deporte. Además, el lugar sirvió como escenario de las primeras fechas de la naciente Liga de Tenis de Mesa Ñuble que reúne en forma mensual a los deportistas en diferentes categorías y que es una perfecta instancia de entrenamiento para las competencias regionales y nacionales.