"Ñublense tiene una historia y ahora tiene que hacerla el dueño del club"
Mario Avendaño Contreras es el alma mater de Ñublense, es una biblia viviente de la génesis de los Diablos Rojos, ya que gracias a este hombre de 94 años, el club llegó al fútbol profesional en 1959.
La fundación de los Rojos tiene como fecha el 20 de agosto de 1916 gracias a un grupo de amigos de Liceo de Hombres, día desde el cual se coronó en innumerables veces como el campeón de Chillán, sin embargo, esa suerte de participación entre cuatro paredes no le pareció atractiva a Avendaño, quien tras ofrecérsele la presidencia del club en 1957, dijo que el Rojo debía pensar en grande.
Desde aquel año a la fecha hay mucho que contar por parte de otros dirigentes.
- ¿Cómo llegó a Ñublense?
- Estuve en Chillán en 1944, después me fui a Arica y cuando regresé como oficial del Regimiento RI 9, me vinculé nuevamente con la gente de la ciudad a través del deporte, específicamente por el básquetbol, yo era basquetbolista, dicen que era bueno, jugué por la Selección de Chillán. Pero también me gustaba el fútbol y es por eso que también iba al estadio, le faltaba harto y por eso le decía a los dirigentes que por qué no lo arreglaban ya que Chillán era una ciudad grande. Yo soy de Linares y le decía que allá había un equipo en Segunda División que era Lister Rossel y acá que era más grande no había nada y siempre daban solamente excusas. La gente miraba partidos solo del campeonato local y nadie se atrevía a hacer algo más, el partido más importante era el clásico con Unión.
- ¿Qué hizo para que de las intenciones de ser profesional se pasara a los hechos?
- Un día tuvimos una reunión con los hermanos Ainardi y con Eduardo Cortázar padre en el Club Comercial y me dijeron, oye pela'o, queremos elegirte presidente de Ñublense y les dije que le íbamos a hacer empeño. Les dije que si yo era presidente íbamos a jugar al Campeonato Regional de Concepción. Postulamos, nos aceptaron en 1958. Pero ese torneo estaba muriendo y es por eso que a la gente del Regional les decía que había que independizarse y formar una asociación profesional de Talca al sur y me dijeron que era un loco. Les informé que si no se hacía eso yo me iba para el otro lado y para eso ya tenía algunas conversaciones avanzadas con la gente del norte. Después de todo postulamos al profesionalismo junto con Coquimbo y la Universidad Técnica, eran tres vacantes, eso fue en 1959, el resto es historia.
- ¿Fueron muy complicados los primeros años?
- sí, porque en ese tiempo nadie te daba dinero, al contrario, faltaba, no es como ahora que sobra el dinero, antes había que trabajar mucho para conseguir plata para los sueldos, los buses para el traslado y muchas cosas más. Además, sufrimos un castigo y jugamos ocho partidos de visita, nos faltaba plata para pagar el estadio y se nos ocurrió traer a Castillo que era un cantante de tango e hicimos un baile en el mercado, hicimos un cocimiento y bailoteo. Logramos juntar plata para pagar dos meses de planilla. También había mucha gente del mercado que nos ayudaba pagando cuotas de socio.
- ¿Cómo ve a Ñublense en esta época de la Sociedad Anónima?
- Difiero mucho de la situación que se dio con la Sociedad Anónima. No estoy de acuerdo con lo que hizo Sergio Zarzar, creo que se equivocó al vender el club. Quien habla junto a otros dirigentes, sacamos a un club, lo llevamos al Regional, luego al fútbol profesional y todo eso fue en base a trabajo y recurriendo a la gente de acá, antes era Ñublense de Chillán. Ahora se buscó el camino más fácil que fue vender el club. Quienes lo compraron no lo hicieron porque eran ñublensinos, sino que porque era un negocio y los felicito porque hicieron un buen negocio. Se vendió y chao pesca'o".
Antes la gente reclamaba porque al equipo no le iba bien o porque traían jugadores que no le gustaban, ahora todo lo maneja el que tiene el billete.
- ¿Hace cuánto que no va al estadio?
- Estoy pendiente de Ñublense y a veces me da rabia al ver tonteras que se cometen, como por ejemplo el directorio que está en Chillán que es un directorio sin fuerza. Es por eso que hace ocho años que no voy al estadio, los últimos partidos fue cuando subió.
- ¿El mejor jugador que ha visto en Ñublense?
- Para mí fue Eduardo Cortázar porque comenzó como delantero y luego lo pusieron en el mediocampo. Tenía liderazgo, sabía llegar a los compañeros.
- ¿El mejor dirigente que lo acompañó?
- Es difícil elegir a los mejores o los peores, pero entre los que siempre me acompañaron en el Regional y el profesionalismo fueron los hermanos Jorge y René Ainardi.
- ¿El mejor técnico?
- Caupolicán Peña, no alcanzó a estar un año en Ñublense y se lo llevaron a Temuco.
- ¿El triunfo de Ñublense que más lo marcó?
- Fue en 1978 cuando le ganamos a Colo Colo y ese mismo día murió Nelson Oyarzún. Colo Colo quería postergar ese partido, pero no lo hicimos. Nelson me pidió horas antes que había que jugarlo sí o sí. Ganamos 2 a 1.
- ¿Tuvo que poner plata por Ñublense?
- Si, muchas veces, pero uno sabía que no la iba a recuperar. Siempre faltaba, pero ahora sobra, lo que pasa es que es mal administrada.
- ¿Qué significa Ñublense en su vida?
- Yo era basquetbolista, pero Ñublense me dio pasión por el fútbol, lo llevo en el corazón, fui presidente, gerente, lo llevamos al Regional y al profesionalismo. Ñublense tiene una historia y ahora tiene que hacerla el dueño del club. Ahora observo y chao pesca'o.
"Si tuviera 70 o 80 años lucharía por hacer algo por Ñublense, pero ahora quién me acompaña". "Hicimos un bailoteo y tuvimos plata para pagar hasta dos meses de planilla. Antes se trabajaba mucho con los contactos que uno tenía".
1959 Ñublense
Llegó al profesionalismo gracias a la gestión que Mario Avendaño realizó ante la Asociación Nacional de Fútbol. 1957
Nacional Avendaño organizó una justa nacional de básquetbol, lo cual fue un ejemplo de capacidad de gestión que luego plasmó en Ñublense.