Investigadora argentina: "es un descubrimiento que saldrá en los libros"
La vocera del proyecto LIGO, la argentina Gabriela González, manifestó que la detección de las ondas gravitacionales es un descubrimiento "que saldrá en los libros" como la respuesta, que llegó cien años después, a la última pregunta sobre la Teoría de la Relatividad de Einstein.
"Por eso es tan emocionante para todos, ahora conocemos el universo un poco más, sabemos que existen agujeros negros que colisionan y forman otros más grandes", explicó la investigadora en una entrevista con EFE, tras participar en el gran anuncio de la detección de las ondas en el National Press Club de Washington.
"Y lo más increíble es que producen contracciones del espacio-tiempo alrededor nuestro, en la Tierra, acá donde vivimos. Esas ondas han viajado por millones de años desde donde nacieron hasta nosotros", subrayó.
La investigadora, como todos los que han trabajado en este ambicioso proyecto, habló de "las nuevas ventanas" al Cosmos que acaban de abrirse. Tal es el orgullo, que hasta lleva puesto un pañuelo en el cuello con un dibujo de ondas, diseñado expresamente para conmemorar el hito.
"Este conocimiento de la teoría de Einstein de que el espacio-tiempo es dinámico es algo que yo creo que a todo el mundo le va a generar curiosidad por entender lo que pasa alrededor nuestro", sostuvo González, académica de física y astronomía en la Universidad de Louisiana.
El anuncio aguantó cinco meses desde que las ondas fueron reconocidas el pasado 14 de septiembre por los dos detectores de LIGO, uno localizado en Livingston (Louisiana) y otro en Hanford (Washington), a miles de kilómetros de distancia.
"Teníamos que estar seguros, ha habido fiascos en el pasado. Teníamos que asegurarnos de que no había pasado nada especial en uno de los detectores que indicara que no se trataba de una fuente astrofísica. Eso toma mucho tiempo", explicó.
2002 el año en que los detectores láser de LIGO empezaron a buscar ondas gravitacionales. En 2015 operó un detector avanzado.
1.000 investigadores de 15 países forman parte de la Colaboración Científica LIGO, además del apoyo de Caltech y el MIT.