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"El primer año (en Ñublense) fue complicado, no cobrábamos nunca"

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La historia profesional de Ñublense nace en 1959, mismo año en el cual llegó a Chillán Luis Venzano, quien fue el primer arquero de Ñublense en el llamado fútbol rentado, aunque de aquello tenía bien poco, según señalan sus propios protagonistas.

El guardametas que en ese tiempo no usaba guantes, arribó a la ciudad proveniente desde la Universidad de Chile cuando tenía 20 años y tras la petición del técnico Martín García.

Como los Diablos Rojos daban sus pretéritos pasos, todo se desarrollaba bajo un manto de amateurismo que costaba dejar en el pasado, razón que tuvo a Venzano y compañía jugando por bolitas de dulce. Sin embargo, el ex portero nunca quiso dejar de Chillán, ya que su esposa Iris Cuño lo retuvo en esta ciudad en la cual ahora es uno de los comentaristas radiales más reconocidos. Actualmente es panelista estable del programa Ñuble Deportivo, en la Radio Ñuble.

-¿Cómo fue la negociación para llegar a Ñublense?

Estaba de reserva en la Universidad de Chile cuando estaba Manuel Astorga como titular, jugador que incluso llegó a la Selección Chilena. Según dicen, el que debía venir a Ñublense era él, pero por detalles me mandaron a mí, lo cual agradezco. Llegué en febrero a Ñublense y me vine en el Rápido que salía a las 8.00 y llegaba a las 18.00 horas.

-¿Cómo vio el plantel cuando llegó a Chillán?

Había buenos jugadores, en mi caso fui el primer arquero profesional, ya que incluso ese año no había otro arquero que no fuera yo durante gran parte del campeonato. A mediados de año se fichó a otro arquero que venía los domingos a estar en la banca por cualquier cosa. Afortunadamente no tuve problemas y terminé el año sin lesiones. Al año siguiente Ñublense contrató a Luis Pérez.

-¿Qué recuerda de ese primer año en Ñublense?

Primero comencé a vivir en la casa de un dirigente que se llamaba René Ainardi. Ese primer año fue bastante especial, en 1959 pasaron muchas cosas, huelgas, el incidente en el Estadio Seminario cuando le pegaron a un árbitro, le partieron la cabeza a Humberto "Chita" Cruz de un piedrazo que vino de la barra nuestra. A raíz de eso se castigó el estadio y tuvimos que jugar casi todo el año afuera de Chillán.

También me acuerdo que una vez jugamos contra Green Gross, que era uno de los grandes equipos de la época. Fuimos al Santa Laura en Santiago, pero como había una huelga y no había dirigentes, tuvimos que llegar cada uno en movilización propia, algunos en bus, otros en un camión que estaba en la carretera. Empatamos a dos.

El primer año fue complicado, no cobrábamos nunca, la gente del mercado nos daba fruta para que lleváramos a la pensión.

-¿En esos momentos no se vio arrepentido de haber aceptado venir a Chillán?

No, porque a poco correr el tiempo conocí a la que hoy es mi esposa, tenía un ancla muy grande que me mantenía en Chillán. Fui formando buenas relaciones con la gente.

-¿Y si casi no les pagaban, cómo vivía?

Al poco tiempo de llegar a la ciudad se me dio la posibilidad de entrar a trabajar al Banco Chillán, uno de los directores de Ñublense trabajaba en el banco, por lo tanto, me daban permiso para ir a entrenar. Poco a poco me fui acercando más al trabajo, hasta que en 1964 Orlando Villamán me metió a trabajar en la Radio. Hacías las tres cosas, jugaba por Ñublense y trabajaba en el banco y en la radio. Eran muchas cosas y el fútbol lo tuve que dejar de lado, ya no tenía la misma vocación de antes.

-¿Cómo fue ese último año en Ñublense?

Me acuerdo que mi último partido por Ñublense lo terminé jugando como puntero derecho. Eran tantos los problemas que había en ese entonces que una vez fuimos a jugar con Municipal en Santiago y en medio del partido se lesionó Lucho Pérez, en ese tiempo no se permitía el cambio de arquero, así que en el arco se puso otro jugador y Lucho jugó más arriba y empatamos a dos y uno de los goles los hizo Pérez. Ahí quedó un antecedente de lo que podía pasar después.

Luego vinieron las huelgas y un día me fui a despedir de los jugadores al camarín para decirles que ya no iba a jugar más, pero cuando entro a la concentración el entrenador me dijo que yo era la solución. Habían 10 jugadores y me pusieron de puntero derecho, jugamos contra Calera y empatamos a dos. Hice lo que pude.

Esto lo cuento para que la gente sepa cómo era la situación de Ñublense en ese tiempo. A veces salíamos del estadio y la gente nos esperaba afuera para invitarnos a tomar once, la gente nos tenía miedo porque cuando nos invitaban a almorzar nos comíamos hasta el mantel. Fue una época muy difícil, pero la viviría de nuevo, lo pasábamos muy bien.

- ¿Y qué opina de los años posteriores de Ñublense desde una perspectiva de comentarista radial?

Hablo con cierta nostalgia, no digo que los jugadores de antes eran más buenos o más malos, todos los futbolistas siempre quieren la camiseta, pero ahora uno ve cosas y da rabia.

-¿Le duele criticar a Ñublense?

Si, uno es hincha y cuesta sacarse eso, pero lo que más me indigna es que después de escuchar al técnico, debiésemos estar a dos puntos de Temuco, no sé qué partido está viendo. Yo me pregunto a qué juega Ñublense.

-¿El mejor técnico que ha tenido Ñublense?

Nelson Oyarzún, por el impacto emocional que tuvo en Chillán.

- ¿El peor técnico?

Daniel Montilla me da la impresión que no tuvo peso específico.

-¿El mejor compañero en el fútbol?

Lucho Pérez, porque en el fútbol siempre hay envidia, pero nunca nos criticamos, fuimos bien amigos.

"Una vez tuvimos que viajar a Coquimbo y lo hicimos en una micro en la cual incluso hubo que poner bancas. Así se viajaba antes" "Ahora como hincha celebro todos los goles, pero me acuerdo del que anotó Viveros para clasificar a la Copa Sudamericana"

52 AÑOS

Trabajando en radio lleva el ex portero de los Diablos Rojos. También trabajó en un banco mientras jugaba por los chillanejos.