Cinco mil quintales de arroz es la producción anual que durante los últimos años ha conseguido la Cooperativa Santa Estela, organización gremial de la comuna de Ñiquén -en la provincia de Ñuble- que se caracteriza por ser la más austral del país en este rubro.
Pero no sólo eso distingue a esta entidad que fue fundada en 1992 con 24 socios, de los cuales hoy se mantienen 17. Además, se trata de una cooperativa que ha dado un gran salto en su productividad -que prácticamente se ha duplicado en las últimas dos décadas- y se apresta a uno de los principales hitos de su historia: la compra de las primeras 100 hectáreas del terreno que actualmente arriendan al Ministerio de Bienes Nacionales.
El éxito en materia productiva se explica principalmente por la incorporación de tecnología a las faenas agrícolas, que implicó un significativo avance en relación a la producción por hectárea. Esta pasó de entre 42 a 45 quintales por hectárea, cuando no se contaba con asesoría ni elementos tecnológicos, a entre 80 y 82 quintales en la actualidad.
"Postulamos a la incorporación de maquinaria a nuestras faenas y por intermedio de Indap compramos los elementos que nos permitieron trabajar mucho mejor. Así, los rendimientos fueron otros y aumentaron cada año", explica Exequías Cerda, presidente de la Cooperativa Santa Estela.
En la actualidad, el principal desafío de la organización es poder concretar la compra de las primeras 100 hectáreas de los terrenos que pasaron a manos del Estado tras el fallecimiento de los propietarios originales.
Una gestión que han anhelado prácticamente desde su creación como organismo, pero que podría concretarse este año, gracias a la buena temporada del rubro y los ahorros que ha conseguido la cooperativa.
"Hoy pagamos mensualmente al gobierno un monto determinado, que corresponde al arriendo. Pero ser propietario es otra cosa. Hay que considerar también que como dirigencia también nos vamos envejeciendo y lo que buscamos es no dejar endeudadas a las nuevas generaciones. Por eso, el objetivo es comprar el terreno al billete, y a eso se debe que se hará en etapas", precisa Cerda.
Ventaja de cooperativa
En relación a la importancia de ser una cooperativa agrícola, Exequías Cerda explicó que claramente se logran ventajas tanto a la hora de comprar los insumos, como de comercializar su producción.
"Todo es más difícil para la gente que no se encuentra en una organización. Hoy los que tienen prioridad y los que pueden alzar la voz son las organizaciones. En nuestro caso, sembramos unas 70 hectáreas de arroz y cuando vamos a vender esa producción son entre 4 mil y 5 mil quintales. Entonces, estamos hablando de otra atención por parte de los compradores", ejemplifica.
Lo mismo ocurre en el caso de los insumos, donde pueden acceder a mejores ofertas, por tratarse de compras en grandes volúmenes.
Comercialización
-¿Se ha dado un recambio generacional en la organización?
-Poco, porque la juventud en general se va a las ciudades y nos van dejando a los viejos solos. Por eso anhelamos tener maquinaria. Porque puedo tener 80 años y estar sentado viendo las maquinarias que hacen la pega. Pero a esa edad, e incluso antes, como yo que tengo 60, es más difícil para meterse en el arroz, porque hay que meterse en medio del barro. Pero la maquinaria hace la pega.
-¿Cómo es la comercialización del arroz en la actualidad?
-Se entrega todo el arroz a Tucapel. La Cooperativa hace de cabeza y nos desentendemos de ese tema. Los socios me tienen un poder; durante 17 años entregamos la producción a otra empresa. Pero el último año que entregamos, nos jugaron chueco y nos quedaron debiendo $45 millones, que luego se perdieron porque ese molino quebró y luego desapareció.
-¿Cómo los impactó eso en lo cotidiano?
-Bueno, fue difícil, porque quedamos debiendo el arriendo a Bienes Nacionales. Gracias a Dios, nos condonaron esos montos -alrededor de 120 millones- y yo estaba demandado al Consejo de Defensa del Estado. Pero pudimos apelar a Santiago por los intereses y las multas que me las estaban cobrando muy caras y al final los bajamos a 56 millones, que tuvimos que pagar sí o sí, porque estaba demandado.
-¿Cómo se ha comportado el nivel de precios en los últimos años?
-En estos últimos años ha cambiado poco. No ha estado malo el precio y se ha defendido bastante. Claro que siempre los agricultores queremos más. Aunque reconocemos el apoyo de instituciones como Indap, que significan un aporte importante para continuar en el rubro.
5 mil quintales
es la producción anual de la organización de la comuna de Ñiquén.