Desde su primera jornada, el Festival de Viña del Mar confirmó un hecho cierto: los chilenos hemos perdido buena parte del sentido del humor. Más bien, del sentido de lo cómico, que se inicia con la capacidad de reírnos de buena parte de lo que sucede en la vida nacional, nos afecte o no. Por fortuna, lo perdimos sólo parcialmente. Lo demostró el público que consagró a los humoristas que se dedicaron a reírse de los políticos y de los principales hechos que afectan a su quehacer. En particular, de los relacionados con la probidad. Abundaron las bromas y carcajadas sobre sobornos, coimas, incentivos. En fin, sobre corrupción. También se cuestionó la inteligencia de algunos.
¿Por qué afirmar que tenemos mucho menos humor que antes? Porque la "clase política", como les gusta que los llamen, reaccionó con indisimulado malestar y "condenó", término que les gusta mucho, a las figuras artísticas que incursionaron en sus actividades non sanctas. ¡Llegaron a decir que los chistes debilitaban la democracia! ¡Ese sí que es un chiste!
El tema no tiene nada que ver con la democracia, sino con los que se han aprovechado o se aprovechan de ella. Nadie se ríe de la política, que es algo muy serio, sino de muchos políticos que convirtieron su actividad en chacota y desvergüenza. ¡Al que la venga el sayo, que se lo ponga! El humor está directamente vinculado con el acontecer social. Si la gente se está riendo de ellos es por sus actuaciones. Si irrumpe en carcajadas es por una especie de catarsis, de desahogo, cansada de los excesos, perpetrados gracias al mandato que les otorgaron.
Dirigí "Topaze", semanario de humor político, durante seis años. Nos reímos a costa de todas las figuras de esos años. Los únicos que se enojaron por sus caricaturas y bromas fueron Carlos Bombal e Iván Moreira. En cambio, figuras tan respetables como Gabriel Valdés, Ricardo Lagos y Eduardo Frei Ruiz Tagle, y muchas otras, celebraron el ingenio y jamás expresaron molestia ni preocupación.
En definitiva, hoy el escenario se transformó. Una encuesta de Canal 13 reveló que el 74% de los televidentes aprobó que los humoristas se rían de los políticos. ¡Por algo será! Se trata de la misma gente de la cual se han reído tanto ellos, con promesas incumplidas, con anuncios que jamás concretaron, con palabras que se llevó el viento. Son muchos los dirigentes y parlamentarios que han afirmado que en política hay que tener cuero de chancho. Es hora de que sean consecuentes y asuman el dicho. Epidermis de cerdo ante el humor. No teman. El Festival de Viña dura una semana. Ellos permanecerán en sus cargos. Y, lo más importante, seguirán disfrutando de sus dietas y múltiples privilegios.
Raúl Rojas,
Periodista y Académico.