Por casi dos horas, y ante la expectación de alrededor de unas 70 personas, se realizó la reconstitución de escena del macabro crimen que remeció a Rucapequén y a todo el país el pasado 6 de enero, cuando un carabinero dio muerte a otro uniformado, presuntamente por un lío amoroso.
Se trata de una de las tantas diligencias que tiene pendiente a realizar la fiscalía local de Chillán, que lleva adelante la investigación formalizada contra Sebastián Fuentealba, ex funcionario de grado carabinero que desempeñaba funciones en el retén de Quinchamalí.
Para ello, cuentan con un plazo de 5 meses, a contar del 9 de enero, fecha en que se le imputó el homicidio calificado del cabo segundo Daniel Aravena, quien cumplía funciones en la tenencia de Las Trancas.
La diligencia
Tres carros de la Policía de Investigaciones, el auto del fiscal Pablo Fritz y otro carro de Gendarmería, con siete funcionarios en su interior cubriendo a Fuentealba, además del resguardo de carabineros, se hicieron presentes en la calle principal del pueblo donde ocurrió el hecho.
Según comentaron testigos, la reconstitución de escena ya había sido pactada por la fiscalía, la PDI y la familia afectada hace semanas. De hecho, ayer, cerca de las 10.30 horas, se le confirmó a los padres de la víctima que realizarían la diligencia y que, por tanto, requerían de su trascendental colaboración. Y así fue.
Al llegar los uniformados, peritos fotográficos y planimétricos de la PDI, pidieron a los padres de Daniel, y a la tía que los acompañaba, que fijaran el lugar donde ocurrió el hecho, a pocos metros de donde está ubicado, precisamente, un retén de Carabineros.
Ya a las 22.41 horas, Gendarmería dio paso al operativo de seguridad cuando del carro de custodia bajó Sebastián Fuentealba, vestido con un peto amarillo que decía con letras negras 'imputado', acercándose al fiscal Pablo Fritz, quien le comunicó las características del procedimiento y lo que se esperaba de él, que era básicamente esclarecer la dinámica de los hechos.
Según comentaron los testigos, Fuentealba estuvo acompañado por su abogado, Gumercindo Quezada, cabizbajo y colaborando con el procedimiento; sin embargo, al momento de describir el lugar donde se ubicó al momento de percutir los nueve disparos de su pistola particular, entre sollozos, no estableció el mismo lugar. Doce minutos después de colaborar con la diligencia, fiscalía prescindió de él como fuente de información, por lo que -ante la mirada expectante y silenciosa de los habitantes de Rucapequén- Fuentealba fue subido nuevamente al carro de Gendarmería.
"La diligencia fue exitosa en términos de que pudo ilustrar las declaraciones de los principales testigos", dijo el fiscal Fritz, añadiendo que "se realizó en absoluta normalidad, a una hora similar a la del día de los hechos, con las mismas condiciones climáticas". Asimismo, señaló que la reconstitución de escena resultó esclarecedora, por lo que no considera por ahora la posibilidad de realizar una segunda diligencia de igual característica, y sobre todo si es que nadie más la solicita. Posteriormente, a las 23 horas, los equipos policiales se retiraron y los vecinos volvieron a su hogar.
Padres de víctima declararán en marzo
Dentro de los 5 meses de investigación que fijó el tribunal de Garantía de Chillán, cuando se formalizó en enero la investigación, la fiscalía dispuso de una serie de diligencias, entre las que se contempla la reconstitución de escena realizada la noche del miércoles. Sumado a ello, familiares afirmaron que los padres de la víctima fatal -y testigos directos- prestarán declaración ante la fiscal Patricia Suazo, titular de la causa. Mientras tanto, Sebastián Fuentealba continúa en prisión preventiva en la cárcel de Bulnes, donde ha sido visitado por sus familiares y la madre de su único hijo.