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"Cuando yo era cadete, entrenábamos con cuatro balones y tres estaban malos"

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Fuerza, garra y entrega total. Esas eran las características que como jugador evidenciaba en cancha Marcos Sepúlveda San Juan, uno de los últimos canteranos de Ñublense que dejó su marca en el fútbol.

Llegó a las inferiores de los Diablos en 1992 con 13 años, trepó al primer equipo y luego de vivir los típicos problemas económicos de los 90' en el Rojo jugó en equipos como Linares, Gimnasia y Esgrima de La Plata de Argentina, Santiago Morning, Fernández Vial, Arema de Indonesia, Osorno y Curicó Unido.

El delantero tuvo ofertas de Colo Colo, se vistió de héroe en Copa Chile, casi manda a Ñublense a Tercera División, comió serpientes en Indonesia y dejó el fútbol por convicción.

Ahora es técnico de las divisiones inferiores de los chillanejos y asegura que está listo para asumir la conducción del primer equipo cuando se lo propongan.

- ¿Cómo llegaste a Ñublense?

- Estaba en el Club Deportivo Zaragoza del fútbol amateur y mis amigos me decían que me fuera a probar a Ñublense. A mí no me gustaba mucho el tema de cadetes, pero me convencieron. Estaba como técnico el profe Rodolfo Venegas, me dejó, jugué en la Segunda Infantil un año y luego pasé a Primera infantil. Jugué dos años en cadete, luego tuve una operación de tobillo, tenía un tumor.

- ¿Cuándo debutaste en Ñublense?

- Fue en 1994 contra Santa Cruz y perdimos 5 a 3. Estaba el profe Eduardo de La Barra, me hizo jugar 30 minutos y me sacó, el mundo se me vino encima. De todas maneras sentí que lo hice mal y el cambio se justificó, me dediqué solo a correr.

- ¿Cómo recuerdas ese gol contra Colo Colo en el Estadio Monumental en 1995 por Copa Chile, cuando eliminaron a los albos?

- Tenía 17 años. Ese año ya había comenzado a jugar un poco más con el profe Esaú Bravo, y creo que en ese momento no le tomé la importancia que corresponde al gol. Cuando entré a la cancha del Monumental sentí el ruido del bombo demasiado cerca y prácticamente al mismo ritmo del corazón. Era jugar contra jugadores que uno prácticamente veía solo en la tele.

- ¿El mejor gol que hiciste por Ñublense?

- Fue uno que le hice a Nelson Tapia desde la mitad de la cancha en un partido amistoso contra la Universidad Católica. El otro fue contra Naval, hice una tijera tras centro de Humberto Suazo.

- Le hiciste un gol a Ñublense jugando por Linares que casi lo mandó a Tercera División en 1997. ¿Qué sentiste cuando marcaste ese gol al club que te formó?

- Ese partido era especial, nosotros sabíamos que si le ganábamos a Ñublense lo mandábamos a Tercera, habíamos varios en Linares con paso por Ñublense y teníamos sentimientos encontrados, pero yo tenía la obligación de ser el mejor de la cancha sino la gente me iba a cuestionar y no quería eso. Hice un buen partido, hice un gol. Tuve el segundo, pude haber hecho ese gol, pero la mande para arriba sin asco. Me acuerdo que le pegué un cabezazo a la pelota y la mandé arriba a propósito, tenía todo el segundo palo libre, pero no lo hice. Ellos estaban con el alma en un hilo y los jugadores de Ñublense me dijeron que ya había cumplido y yo les respondía que se quedaran tranquilos, no iba a pasar nada más. Ya estaba conversado el tema dentro del camarín.

- ¿Cómo era vivir sin que te pagaran el sueldo?

- Era complicado pasar dos meses sin sueldo, sobre todo para los compañeros que eran de afuera y no tenían familia, eso provocaba problemas dentro del camarín. Como yo era de Chillán no tenía tantos problemas. Hubo una huelga de hambre que hizo Milton Flores afuera de la sede.

- ¿Por qué a Ñublense le ha costado sacar tanto jugadores desde cadetes. Será un mal trabajo, escaso talento o falta de oportunidades de los técnicos del primer equipo?

- Creo que tiene de las tres cosas. Por ejemplo, cuando yo era cadete, entrenábamos con cuatro balones y tres estaban malos, también entrenábamos en cancha de tierra, pero había muchos jugadores con talento. También ha pasado mucho tiempo en el cual los técnicos no se atreven a poner en cancha gente joven con talento, no hay una oportunidad real para la gente de casa. Afortunadamente a mí no me costó mucho, porque el profe Esaú vio talento en mí, jugara bien o mal, siempre me ponía un tiempo, hubo un proceso conmigo. El jugador tiene que tener talento, pero también ser perseverante.

- ¿Por qué te retiraste del fútbol a los 32 años?

- Me llenó el tema del ambiente del fútbol, ya no estaba cómodo. Habían arreglos, conversaciones con representantes y el técnico para que hiciera jugar a algunos jugadores, las cortadas de cola (pago que el jugador le hace al técnico para ser titular), eso existe, que no lo digan es otra cosa.

- Se habló que eras un jugador indisciplinado, ¿qué hay de cierto de todo eso, te pasó la cuenta?

- Creo que cuando me llamaban indisciplinado era por lo temperamental, no por el tema de las fiestas, obviamente salía a fiestas como todo joven, pero lo hacía cuando se podía. Si me veían un lunes o martes en un pub es porque andaba compartiendo. Pero nadie podía decirme que no corría o que no hacía goles.

- ¿Cuál es tu sello como técnico?

- Me gusta el despliegue, que mi equipo sea de mucha vértigo, buscar el arco contrario.

- ¿Te proyectas como técnico del primer equipo de Ñublense?

- En este momento me encuentro preparado, he hecho cursos y me he ido especializando. Fui el segundo mejor promedio de mi camada en el INAF. No sé con lo que me encuentre en el camino, pero me siento capacitado.

"Con la Sociedad Anónima el club está más ordenado. En la parte futbolística me gustaría que hubiera más jugadores identificados con la camiseta". "Para mi Ñublense es todo, he dejado cosas de lado por Ñublense, como por ejemplo el dinero".

17 Años

Tenía cuando le marcó un gol a Colo Colo en el Monumental. Sepúlveda es uno de los últimos canteranos exitosos.