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Los contrastes entre ofertas del comercio local y las grandes cadenas de retail

CHILLÁN. Menores costos administrativos, trabajo en familia, y mucho trabajo, son parte de la estrategia que utilizan supermercados y distribuidoras para vender barato.
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Andrés Mass Olate

En tiempos donde la economía vive un estancamiento, lo que se traduce entre otros puntos en un bajo crecimiento e inestabilidad, el ahorro es clave, sobre todo en ítems tan sensibles como la alimentación, sin duda, uno de los aspectos del presupuesto familiar que se lleva uno de los mayores porcentajes.

No obstante, las grandes cadenas supermercadistas, se empecinan en bombardearnos a diario con publicidad sobre sus ofertas, pero es el comercio local el que realmente entrega una real alternativa para los miles de chillanejos que diariamente visitan este tipo de locales en busca de surtir con el mayor número de productos, y a menor precio su despensa.

Pero cómo se puede explicar dicho fenómeno tomando en consideración la asimetría en todo ámbito entre el comercio de Chillán y los establecimientos con presencia nacional que operan en la capital de Ñuble. A juicio del académico de la Universidad del Bío Bío (UBB), Adrián Yévenes, los supermercados, pequeños y medianos comercios locales "han debido paulatinamente ir modificando su estrategia de operación desde negocios centrados en una oferta especializada para un espacio territorial acotado, hacia negocios más extendidos con oferta más variada y apuntando a un público mayor en un territorio más amplio", detalló.

Disminución de costos

Según Yévenes, ello se puede atribuir a la necesidad de aprovechar las economías de escala y de ese modo alcanzar precios más bajos "que les permitan competir o al menos sostenerse frente a la inmensa competencia que implican las grandes cadenas nacionales que paulatinamente se han ido extendiendo y copando el mercado", puntualizó.

"En ese contexto, muchos comercios locales han logrado implementar ofertas interesantes de precios más bajos, focalizando su accionar en lo que disminución de costos de distribución se refiere y explorando marcas alternativas, dejando en un plano más bien secundario lo que dice relación con aspectos relacionados a la diferenciación, salvo casos puntuales", agregó.

Tal es el caso de la tradicional distribuidora "La Escoba", presente en el mercado desde hace 37 años, para quienes la llegada de las grandes cadenas del retail no ha sido impedimento para situarse como uno de los actores importantes de la venta mayorista y en menor medida de productos para el consumo familiar, llegando a cerca del 30% de sus ventas. En ese sentido, si bien Sebastián González, subgerente del local, reconoce que su formato está orientado a comerciantes y pequeñas distribuidoras, "también ofrecemos muy buenos precios en productos para fiestas y eventos, por ejemplo, todo lo que es alcohol donde puedes encontrar diferencias en una botella de pisco de $ 1.000", remarcó.

Respecto a los abarrotes, el mix del que dispone La Escoba es genérico, es decir, aceite, arroz, azúcar, pero no artículos especiales como la azúcar light. A la hora de explicar las razones del por qué el negocio ha podido perdurar en el tiempo, González es claro "como tenemos márgenes pequeños de ganancia, el abaratar costos es fundamental, solo vendemos al contado y no con tarjeta, ya que significaría recargar los precios. Lo anterior, sumado al servicio personalizado y comprar a gran escala, han sido factores claves para continuar vigentes", sentenció.

Importantes diferencias

Tras casi dos décadas vendiendo abarrotes en diferentes ferias libres, Raúl Oyarce instaló el supermercado La Torre, que a seis años de su partida lo tiene posicionado como uno de los supermercados más baratos y surtidos (vende toda clase de productos, salvo carne), lo que le ha significado que clientes de ciudades como Santiago y Puerto Montt quieran aprovechar sus bondades.

Y los números hablan por sí solos a la hora de comparar los valores que manejan las grandes cadenas en relación a algunos de los diferentes artículos que consumen a diario las familias.

Por ejemplo, el tarro de atún San José al aceite se puede encontrar por $ 850, mientras que en un supermercado con presencia nacional, por el mismo producto se puede llegar a pagar $1.190; en el caso de un paquete de leche Nido Buen Día, de 900 gramos, en La Torre vale $ 3.290, en tanto, que en una de las grandes cadenas tiene un precio de $ 3.890.

En el caso del puré de papas Maggi de 250 gramos, el ahorro si prefiere el local chillanejo también es notorio: $ 990 versus los $1.349 en uno del retail.

El pack de 10 yoghurt Yoguito tampoco escapa a la tendencia: $ 1.290 contra los $ 189 que cuesta la unidad en uno de los grandes supermercados.

El rubro de la limpieza también registró importantes variaciones. La recarga de 1.5 litros de Quix se puede comprar en La Torre por $ 2.150, mientras que en los locales más grandes ésta puede llegar a los $$ 2.890.

Junto con destacar la ardua labor que personalmente realiza, y el reducido personal, Raúl Oyarce atribuye además a los volúmenes de venta la clave para su exitosa experiencia. "Yo me dedico a comprar y manejar totalmente el negocio, en cambio en las cadenas más grandes hay gerentes, guardias, bodegas, y otros ítems que encarecen el costo final de los distintos artículos. Por otro lado, nuestro porcentaje de ganancia es súper bajo, por lo que apostamos a vender grandes volúmenes de productos, los que compramos directo de las fábricas", remarcó.

No obstante, el auspicioso panorama que enfrenta, Oyarce sabe que aparte del su empuje y el apoyo de su familia, reconoce la importancia de las personas. "Me gusta tratar con la gente, que finalmente nos agradece con su preferencia el acceso a un precio conveniente de productos que de otra manera les sería muy difícil acceder. Eso sin duda, nos insta a seguir trabajando con más ganas", expresó.

Excelente alternativa

Si bien, Nayareth Briones siempre había buscado la alternativa más económica para surtir su despensa, el dato de un conocido le permitió llegar a La Torre, y desde un año que sagradamente, mes a mes regresa al local ubicado en Diagonal Las Termas. "Pese a que en un principio no venía con mucha fe, con el paso del tiempo he comprobado la importante diferencia en los precios en relación a los otros supermercados en los que si voy con $60 mil que gasto generalmente en mercadería, y llevo casi la mitad de lo que compró acá", explicó satisfecha.

En una línea similar se manifestó Ana Palma, quien prefiere La Torre pues a su juicio "me favorece como cliente por el descuento que tiene en cada compra si se compara con los otros actores del rubro. Habitualmente mi pedido es de alrededor de $ 100 mil, y si fuese a otro supermercado tendría que disponer de al menos 160 mil pesos", precisó.

Cabe destacar que durante la elaboración de este trabajo periodístico y como una forma de dar una mayor transparencia, diario Crónica Chillán intentó conversar con Abarrotes San Carlos, supermercado El Campesino y distribuidora El Santiaguino, pero éstos prefirieron no referirse al tema.

"Como tenemos márgenes pequeños de ganancia, el abaratar costos es fundamental, solo vendemos al contado, y no con tarjeta, ya que significaría recargar los precios".

Sebastián González

Subgerente de La Escoba

Importancia de cotizar

Para Ariel Yévenes resulta clave que las familias puedan disponer de un tiempo un tanto mayor para cotizar efectivamente estas ofertas, "toda vez que es posible acceder a precios bastante más bajos que en cadenas tradicionales, obteniendo con ello importantes ventajas en sus ajustados presupuestos". Lo anterior, precisó, ya que parte importante de los ingresos familiares promedio, "Prácticamente más de la mitad se suele destinar a la compra de bienes de consumos básicos a los cuales es posible acceder a través de pequeños comercios, con marcas alternativas", remarcó el académico de la Universidad del Bío Bío.