En Chile aún viven más de 2 millones de personas bajo la línea de pobreza. Ellas cuentan con aproximadamente tres mil pesos al día para cubrir sus necesidades básicas. Adicionalmente, si consideramos carencias en dimensiones como vivienda, salud y educación, la pobreza multidimensional alcanza a 800 mil hogares, que componen 3,5 millones de chilenos.
En la provincia del Ñuble la realidad no es muy distinta. Si a nivel nacional la tasa de pobreza medida por ingresos es de 14,4% en la provincia del Ñuble es de 19%, y si igualmente se consideran las dimensiones de vivienda, salud y educación, la pobreza multidimensional a nivel nacional es de 20,4% en Ñuble es de 22,74%.
Esta dura realidad contrasta con la expectativa que nos hemos formado de ser un país desarrollado. Pertenecer al club de los países que ya alcanzaron un nivel de crecimiento sostenible, la OCDE, y ser permanentemente destacado entre nuestros pares como modelo ejemplar, han llevado a que nuestra Sociedad, y en consecuencia las políticas públicas que responden a sus expectativas, haya perdido de vista las urgencias sociales y se hayan instalado otros temas en la agenda nacional y regional.
Aún tenemos una enorme tarea por delante y en este camino el sector empresarial tiene un importante rol que cumplir. El crecimiento económico es condición necesaria para el progreso de Chile y sus regiones.
Mientras esperamos los resultados de la CASEN 2015, no podemos esconder nuestra preocupación. En los últimos años el crecimiento económico ha dejado de ser una prioridad y, en su reemplazo, se han instalado la tramitación de importantes reformas a la legislación tributaria, laboral y constitucional, generando una incertidumbre que no ha sido positiva para las inversiones y el crecimiento. Lo anterior se ha sumado a factores externos, como la caída del cobre, y a un clima interno de áspero debate en torno al rol del sector privado, donde los errores de unos pocos, han sido la excusa para intentar instalar una agenda donde el Estado reemplace el rol insustituible de las Empresas en la Sociedad.
Los resultados económicos de los últimos años en el Ñuble no han sido los esperados y no se muestran los niveles esperados de inversión productiva. A nivel nacional se estima un 2,1% de crecimiento para 2015 y, de acuerdo a la encuesta de expectativas económicas del Banco Central, se proyecta 1,9% para 2016 y 2,5% en 2017. De no retomar la senda del crecimiento, no estaremos atendiendo las necesidades de esos millones de chilenos que hoy están en pobreza. Es por esto que hacemos un llamado a poner en el centro de la política económica el crecimiento y la productividad, como verdadero motor del bienestar social de nuestro país y sus regiones.
Hermann Von Mühlenbrock Presidente de Sofofa.