Se juntan y de inmediato se nota que hay complicidad entre ellas, se ríen, bromean y rememoran con entusiasmo la gesta que las instaló en el Mundial de Rusia que se jugará del 3 al 17 de julio.
Por primera vez en la historia del balonmano chileno, una selección femenina junior logra clasificar a un mundial, tras obtener el tercer lugar en el Panamericano de Foz de Iguazú en Brasil, donde tres ñublensinas fueron protagonistas derrochando sacrificio, pasión y garra.
Las chilenas se hacen llamar las "Lobitas" y entre la manada nacional destacaron las chillanejas Paula Quezada, quien se desempeña como lateral, la portera Jael Warschawsky y la también guardameta sancarlina, Rocío Bravo.
La relación de estas jóvenes con el balonmano no es nueva. Jael y Paula se conocen desde que estaban en el Colegio Concepción, establecimiento con el cual alcanzaron el tercer lugar nacional en los Juegos Deportivos Escolares el 2009 y 2010 en categoría infantil y cadete.
"Empecé a jugar cuando estaba en sexto, tenía once años, estuve hasta primero medio y lo dejé por los estudios, pero lo retomé ahora en la universidad, de hecho en el primer semestre de la U no jugué, pero la Jael me convenció para que me integrara al equipo y todo fue muy rápido, jugamos un Nacional Universitario y fue ahí donde me vio el técnico de la Selección y me dijo que fuera a entrenar con ellos", dijo Paula, quien estudia medicina en la Universidad de Concepción.
Jael agregó que "partí en el colegio en octavo y me gustó mucho este deporte. Nos fue bien, ganamos un provincial, el regional y pasamos al nacional y desde ahí hasta que salí del colegio no paré", relató la estudiante de kinesiología de la UdeC.
En el caso de Rocío ya acumula un Panamericano y un Sudamericano, aparte de los dos mundiales de clubes en Suecia y Dinamarca. "Empecé en el 2011 jugando por el Club Balonmano San Carlos, aunque antes también había jugado por el colegio en algunos provinciales. Siempre me han gustado los deportes", dijo el orgullo de San Carlos y actual estudiante de educación física de la Universidad Pedro de Valdivia.
Orgullo y satisfacción
En el Panamericano la Selección Chilena cayó ante Argentina y Brasil y ganó a Uruguay, Paraguay y Canadá, duelo que le significó los pasajes a Rusia; sin embargo, Rocío siente que hubo otro partido que fue clave. "Yo creo que fue el que ganamos a Paraguay. Ya que después si Paraguay le ganaba a Argentina por más de siete goles no clasificábamos al Mundial. Contra Paraguay fue donde reflejamos el sacrificio de todas".
Los tres triunfos catapultaron a las "Lobitas" de Ñuble al Mundial, hito que sienten que es un premio a su carrera en el balonmano.
"Para mí es una alegría enorme, es emocionante, es un premio por haber trabajado hace ya cuatro años en la Selección. También es un premio al esfuerzo de mi familia y a cada una de nosotras por el esfuerzo para llegar a esta instancia", dijo Rocío, quien junto a Jael comparten las claves para brillar bajo el pórtico.
Sobre la trascendencia del triunfo al Mundial, Jael expresó que "es algo increíble, el esfuerzo de la familia es algo fundamental, y el hecho de poder viajar a los entrenamientos y hacerse un tiempo, por todo eso llegar al Mundial es un premio. Es otro nivel, me siento orgullosa y chochísima".
Paula concluyó con entusiasmo que "para mí, ir al Mundial representa el sueño que uno tiene desde que es chica, desde que una empieza a jugar y ve los partidos por internet, por la tele no porque no los dan. Además, es un incentivo tremendo para poder seguir jugando. Estoy tan contenta que es lo único que quiero hacer en este momento. Cuando dejé de jugar fue por estudios, ahora voy a sacrificar los estudios para poder jugar".
Hoy las ñublensinas regresan a los entrenamientos a Santiago, aunque Paula y Rocío deberán sumarse en unos días por los estudios.