Considerando el rendimiento exhibido durante el Apertura, y el calendario que Ñublense debía enfrentar en el Clausura, a cuatro fechas del final del certamen, todo hacía presagiar que los Diablos Rojos tendría asegurada en un gran porcentaje su participación en la liguilla, de la que saldrá el elenco que disputará con Everton la posibilidad de ser uno de los cuadros que acompañe a quien sume más unidades tras el fin de los dos torneos, para retornar a la máxima categoría del fútbol nacional.

No obstante, las dos derrotas en el Nelson Oyarzún ante Concepción y el último fin de semana ante el colista Coquimbo Unido, modificaron drásticamente el panorama. Con 12 puntos, los dirigidos de Fernando Díaz se encuentran en la duodécima posición junto a La Serena y Magallanes, a cinco puntos de San Felipe (último cuadro que entraría a la postemporada de concluir el torneo), por lo que no solo está obligado a ganar a Iberia sino que también en los tres restantes, y esperar que Curicó (24) Concepción (19), Puerto Montt (19); Rangers (17), Iberia (16), Copiapó (15), y Cobreloa (14) unidades respectivamente puedan sumar en los próximos pleitos.

Si bien, aunque todavía existe la esperanza cimentada desde el punto de vista matemático, lamentablemente dentro del campo de juego, lo mostrado por los dirigidos de Fernando Díaz, salvo un renacimiento futbolístico de última hora, no se ve por dónde se pueda evitar el fracaso. Lo anterior, cabe recordar, pues una vez producido el descenso a la Primera B, la directiva se impuso como meta el regreso de la institución al fútbol grande, y que a la luz de los hechos, se ve cada vez más complicado.

Factores

Pero cómo se puede explicar la paupérrima campaña de los chillanejos en el Clausura. A parte de expulsiones y lesiones, inherentes a la práctica de una disciplina de roce como lo es el fútbol, el elenco de la futura región del Ñuble ha debido lidiar con bajas individuales que al final han repercutido en el funcionamiento del equipo, sobre todo en sectores tan sensibles como lo son el mediocampo (donde Díaz ha probado con diversos elementos) y la zona de ofensiva, donde la ausencia del goleador y referente Sebastián Varas, desafortunadamente ha coincidido con la debacle, principalmente jugando como local, ya que Emilio Rentería ni Alex Silva han podido transformarse en reales opciones para reemplazar al hombre formado en Everton de Viña del Mar.

Junto con reconocer el pésimo nivel mostrado en el Clausura, el plantel todavía mantiene la fe. "Vamos a seguir luchando, pero la verdad es que somos un desastre y eso se vio en la cancha", dijo el defensor Sebastián Toro, durante la semana.

En una línea similar, se mostró el histórico Luis Flores Abarca (uno de los elementos más regulares del equipo). "Mientras haya esperanza en la tabla de posiciones vamos a pelearla hasta el final", dijo Luis Flores Abarca.

Modificaciones

Para el trascendental juego ante la escuadra de Los Ángeles, el adiestrador Fernando Díaz recupera al volante de corte Octavio Pozo, quien será de la partida en la zona media junto al juvenil Zobarzo, saliendo del equipo Washington Torres.

La segunda variante pasará por el retorno del capitán y goleador, Sebastián Varas, quien pese a aún presentar molestias en su cuádriceps izquierdo, jugará bajo su responsabilidad y vendado. De esta manera, el "Tatán" ingresará en reemplazo del lesionado Pablo Parra (operado de una fractura en su brazo).

Con este movimiento, será Luis Flores quien jugará un tanto más retrasado, en la posición de enganche, para dejar a Varas y Rentería en ofensiva. Eso sí, a ratos si el juego así lo permite, podrían formar un tridente en el ataque de los Diablos Rojos esta tarde.

12 unidades

tiene en la tabla del Clausura, por lo que está obligado a ganar, si quiere seguir seguir con opciones de liguilla. 2-2

fue el resultado del duelo jugado por el Apertura entre ambos rivales, en el estadio municipal de Los Ángeles.