Este lunes se promulgaron las leyes para el Fortalecimiento y Transparencia de la Democracia y la que Fortalece el Carácter Público y Democrático de los Partidos Políticos y Facilita su Modernización. Según lo expresado por la Presidenta Michelle Bachelet, en la ceremonia de su promulgación, en adelante "las reglas del juego cambiaron, serán más exigentes, transparentes y con prohibiciones claras".
En general, estas nuevas normativas incluidas en la Agenda de Probidad y Transparencia impulsada por el Gobierno y surgidas al alero de las recomendaciones de la Comisión -Engel, cambia el modo de financiamiento de los partidos políticos. Ahora será el Estado el garante de su funcionamiento, y ya no las empresas o particulares, a través de una asignación de $6 mil millones por año a aquellas colectividades legalmente constituidas y que cumplan con las condiciones de refichaje de sus militantes y transparencia.
La principal crítica en este aspecto ha surgido de los partidos que no forman parte de la Nueva Mayoría o la Alianza, debido a que el 80% de los aportes se repartirán según la representación parlamentaria o votos que hayan conseguido en los últimos comicios.
Entre los principales avances, se destaca el hecho de que un parlamentario podrá perder su escaño si se comprueba que cometió infracciones graves a la legislación sobre el control y gasto electoral. Del mismo modo, quienes obtengan aportes para candidaturas o partidos políticos se arriesgarán a penas de presidio y multas, así como también será penada la entrega información falsa al Servel. Así, la nueva ley busca hacerse cargo de las irregularidades detectadas en la última elección parlamentaria, con los aportes que entregaron empresas como SQM y Penta. El límite del gasto electoral fue rebajado en un 50%, con excepción de las elecciones municipales, los partidos podrán recibir más recursos del Estado al inicio de las campañas.
La norma regula también el modo en que se realizará la propaganda electoral, con mayores atribuciones de fiscalización y sanción por parte del Servicio Electoral.
Finalmente, la ley no eliminó como se esperaba los aportes reservados, sino que simplemente disminuyó de 60 UF a 40 UF, poco más de un millón de pesos, los aportes electorales, ahora llamados "aportes menores sin publicidad", los cuales no podrán superar el 25% del gasto electoral permitido. De esta manera, se da un primer gran paso a mejorar la calidad de la política a través de un financiamiento más regulado y mejor fiscalizado.