Las dudas que hacen crecer el enigma del paradero de Irma Solís
POLICIAL. A una semana de que se cumpla un año de su desaparición, la familia espera respuestas de la fiscalía.
La primera semana de mayo se cumplirá un año desde que la familia de Irma Solís Cruces, de 32 años, concurrió al cuartel de la Policía de Investigaciones de Chillán, ubicado en calle Vega de Saldías, en el centro de la capital ñublensina, para presentar una denuncia por la presunta desgracia de Irma Solís Cruces, de profesión pedagoga en historia, quien en ese entonces se encontraba viviendo en Punta Arenas.
Comentarios viralizados en redes sociales y varias publicaciones en medios locales, tanto de Chillán como Punta Arenas, e incluso un seguimiento de un canal televisivo sólo han aportado las dudas del comportamiento de Irma Solís hasta antes de su desaparición.
Karina Cerda, quien actualmente vive en Quilpué, la conoció en la Universidad Adventista, donde fueron compañeras de pedagogía en historia. "Mantuve contacto virtual con ella hasta junio de 2014, cuando ya decía que estaba en Punta Arenas. Hablábamos por mensaje internos de facebook, pero lo extraño es que usualmente me contaba que tenía problemas económicos; de hecho, me dijo que había tenido una caída y necesitaba $30 mil para operarse el brazo", contó Karina Cerda.
En su caso, también tuvo que declarar ante la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, de quien tiene cierta reticencia, dado que denunció que dos semanas después de haberle tomado declaración, intentaron hablar con su hija. "Ella tiene 12 años, y los detectives llegaron a su colegio para tratar de tomarle declaración, pero sin mi autorización", contó Karina Cerda, quien está aún más sorprendida porque en facebook le escribió en los días posteriores a su desaparición, no obstante, estos figuran vistos, sin saber quién entró a la cuenta de Irma. Su susto tiene que ver con lo sospechoso que le ha resultado no tener mayores antecedentes de parte de quien fuera pareja de Irma Solís, un suboficial de la Armada.
De hecho, la mamá de Irma Solís, Ernestina Cruces, comentó hace unos días que "a la persona que deben apretar es a la pareja de ella, para que entregue antecedentes. Tampoco se sabe qué ropa usaba cuando desapareció. Nunca dijo que ella se fue de la casa. No existe un documento, ni en la Armada ni en Carabineros, que acredite que ella se fue del hogar. Ni que él la echó o que ella se fue por su propia voluntad".
Víctor Carilaf, en tanto, aún se encuentra confundido. Fue compañero de facultad hasta 2005 de Irma Solís. "Ella fue a Chillán en el verano de 2015 y en enero me junté con ella, después de varios años. Estuvimos toda una tarde, ella me contó sus problemas, pero seguía siendo una chica tranquila, de apariencia ingenua incluso", relató.
Otro aspecto que no entiende Víctor Carilaf es por qué la profesora chillaneja le pidió dinero. "Ella me dijo que a su hija la iban a operar y no tenía dinero. De a poco comencé a prestarle, sumando en total cerca de $3 millones, pero nunca me los pagó. Nunca se los pedí", contó el profesional, quien habló con ella hasta el 31 de abril vía skype. Esa vez le escuchó la voz. Le dijo que viajaría a Chillán, al cumpleaños de su hija de 13 años, pero eso no pasó. Ha prestado ya dos declaraciones ante la PDI.
Fiscalía espera resultado de diligencias
El fiscal Eugenio Campos, de Punta Arenas, es quien encabeza las diligencias para dar con el paradero de Irma Solís. Hasta ahora, trabaja en conjunto con la PDI en la línea investigativa de la ubicación, más allá de dar con algún responsable, ya que hasta ahora ninguna pista ha hecho presumir que la hicieron desaparecer. Desde la policía civil, informaron que interrogatorios y análisis del tráfico de llamadas son las pesquisas a concluir. Desde la familia sólo esperan no tener que viajar a Punta Arenas en vano, sin saber una prueba concreta.