El testimonio político mayoritario, con ocasión de la muerte del Presidente Patricio Aylwin, han sido las claves que le permitieron concluir con éxito los primeros cuatro años de la transición, una de las etapas más complejas de la historia de Chile: El valor que dio siempre a los acuerdos, como objetivo esencial de la democracia.
La posibilidad de avanzar en progreso, con justicia social, combinando políticas de crecimiento económico y sociales. Esa decisión fue clave para los siguientes 25 años, periodo en el que la pobreza se redujo desde casi un 40% a comienzos de los 90 hasta un mínimo del 7,8% durante el gobierno del Presidente Piñera.
Por otro lado su compromiso con la unidad nacional y mirar a Chile con perspectiva histórica evaluando las circunstancias en torno a las que se tomaron decisiones en las últimas décadas. Los sellos del Gobierno de Patricio Aylwin adquieren especial importancia cuando se evalúa a la actual administración, marcada por el rechazo constante a los acuerdos, pese a impulsar reformas estructurales que requieren, más que mayorías legislativas, amplios consensos políticos y sociales. Junto con la transparencia y la probidad, el componente clave de la buena política, es la voluntad del entendimiento, en torno a decisiones que trascienden gobiernos y dan origen a cambios que generan progreso de largo plazo.
Como sostuvo el Presidente Piñera hace unos días: "Normalmente las transiciones desde gobiernos militares hacia gobiernos democráticos se hacen en medio de crisis políticas, caos económico y violencia social".
Gracias al aporte de muchos chilenos, de múltiples sectores, y con el liderazgo del Presidente Aylwin, la transición chilena se mantuvo al margen de crisis, caos y violencia y fue una transición pacífica e inteligente, reconocida universalmente como ejemplar.
Fueron los tiempos de la Democracia de los Acuerdos, cuando más allá de nuestras legítimas diferencias, supimos anteponer nuestra responsabilidad y amor por Chile y recorrer los caminos del diálogo, los acuerdos y la amistad cívica, que tanto necesitaba la sociedad chilena, interpretando fielmente los más profundos anhelos de los chilenos, ojalá pronto vuelva ese espíritu de colaboración que el Chile de hoy también demanda.
Frank Sauerbaum,
Presidente Regional de Renovación Nacional en el Bio Bío.