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"Humanamente hablando, en Ñublense fui más feliz que nunca"

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Corría el 2006 y Ñublense armaba un equipo para tratar de buscar el ascenso a una esquiva Primera División. El plantel comandado por Luis Marcoleta conjugó jugadores con hambre de triunfo y en esa serie de futbolistas llegó un rubio norteamericano que al poco tiempo se ganó el cariño de la hinchada en base a pasión y una entrega incondicional por la camiseta.

Chase Michael Hilgenbrinck McDonald, el futbolista que se transformó en sacerdote, dejó su huella como lateral por izquierda y es por eso y otros factores que es catalogado como uno de los históricos de Ñublense, entidad con la cual ascendió a Primera tras 25 años de ausencia.

- ¿Que te inspiro para dejar el fútbol y transformarte en sacerdote?

- Después de subir con Ñublense a Primera División cumplimos la meta de todo un año, me acuerdo que después de los festejos y todas las fiestas que tuvimos por toda la ciudad para celebrar ese hito, me di cuenta que había logrado la meta de mi vida como futbolista, creo que humanamente hablando en Ñublense fue más feliz que nunca, pero al mismo tiempo algo faltaba en mi corazón y eso era la paz. Sabía que el Señor me estaba llamado para otra cosa y fu ahí cuando supe que mi felicidad no estaba en el fútbol, de todas maneras siempre me gustó el fútbol, le doy gracias a Dios por la bendición de poder jugar, pero al mismo tiempo me di cuenta que no estaba hecho para el deporte. Sentí la llamada del señor y supe que iba a dedicar mi vida a él que me pidió dedicar mi vida al sacerdocio.

-¿Cuál es el mayor cambio en tu vida personal?

- La vida cambia todos los días para cada uno de nosotros, lo importante es que cuando nos comprometemos a algo importante en la vida todo va a cambiar. Cuando uno se casa la vida cambia. El cambio no es malo, es algo natural, sino estamos comprometidos, la vida no tiene ritmo y no tiene sacrificio. Todo lo que aprendí en el deporte como el sacrificio de entrenar duro, la solidaridad, el trabajo en grupo, son cosas que también tengo que hacer en la vida cristiana, Lo que viví en el fútbol me sirvió mucho para tener todas las virtudes para llevar una buena vida como cristiano.

-¿Qué te pareció la asistencia de fieles a la iglesia, el cariño que la gente te expresó y la reacción de los medios nacionales?

-Me parece muy bien, me alegro mucho por la comunidad de Chillán que antes me había apoyado y que se sienten parte de mi experiencia futbolística y también ahora que soy sacerdote, me gusta compartir esto con la comunidad y por eso me siento muy bien la gente que llegó a la iglesia. Ojalá que esto a nivel nacional sea una linda historia para la historia de la iglesia y de Dios. Yo no vine para hacer noticia, pero le doy las gracias a los periodistas que le gusta la historia que Dios ha creado en mi vida. No me importa la atención que me den, me interesan las personas que fueron a la misa y los que pueden ver esta entrevista para que sientan la palabra de Dios en sus corazones.

-Tu opinión del centenario de Ñublense

- Siento un gran orgullo por haber jugado en Ñublense, después de 100 años es importante celebrar los logros de la vida y es por eso que yo también quiero celebrar con la misma que hicimos. Le doy gracias a Dios por la gente que nos ayudó que estuvieron aquí para apoyar, pero también por el club y por todos los que pasaron por Ñublense, porque sin ellos no podría haber jugado aquí.

-¿Recuerdos de la hinchada?

- Le doy las gracias, gracias a Dios ese año anduvimos bien, nos apoyaron. A nivel personal siempre sentí que me apoyaban dentro de la cancha, llegó al país para sentir pasión por el fútbol que acá siempre se siente. Estoy feliz porque los hinchas que llegaron a la iglesia no lo hicieron porque soy cura, sino por lo que soy como persona

- ¿Leían la biblia en el camarín?

- Eso fue algo muy importante, siempre cuando estamos buscando la grandeza en la vida, estamos buscando algo más profundo y en ese momento estaba buscando algo más profundo en mi corazón y eso era que Dios me guiara para alcanzar las metas. Recuerdo con José Yates, Carlos Cáceres, Mauricio Villanueva, compartíamos mucho la palabra, gracias a Dios que los puso en mi camino para compartir como hermanos cristianos. No me puedo olvidar del técnico Luis Marcoleta que siempre compartía la palabra con el equipo.

-¿Algún recuerdo especial del 2006?

- Aquel año tuvimos muchas ayudas de arriba, del Señor, como por ejemplo contra San Felipe, no teníamos por donde ganar ese partido, perdíamos 2 a 0, pero siempre tuvimos presente que podíamos ganar. No se de dónde salió el penal que convirtió Zanatta. Yo siempre veía las cosas de diferente manera, la gente decía que bueno que es Cáceres o Zanatta, pero y decía "gracias Dios, tú hiciste esto, porque tú eres grande. Creo que la gente me recuerda porque era sacrificado, no tenía las mismas condiciones técnicas que tenían los latinos, yo era el gringo robot como ustedes (la prensa) me decían y por eso tenía que entrenar más para ganar el ganar el respeto del técnico y mis compañeros, pero también mi puesto en la cancha.

-¿Cómo recuerdas los dos goles que le marcaste a Curicó de cabeza en la liguilla por el ascenso?

- De ese partido no me puedo olvidar, nunca hacía goles. Marcoleta siempre me pedía subir en los tiros de esquina porque sabía que saltaba bien. Al hacer los dos goles sentí un gran orgullo y mucha alegría por la hinchada de Ñublense más que por mí, para mí era un partido más, no sabía mucho del clásico, pero me alegré por la gente. Hacer esos dos goles fue algo importante en mi carrera.

"Fue muy importante para mi jugar en Primera División antes de terminar mi carrera, gracias a Dios se dio con Ñublense, por eso fue importante subir el 2006, para luego estar en el 2007". "El diablo se convirtió en sacerdote".

2006 Chase

Llegó a Ñublense, ascendió con el club a Primera División y vistió la camiseta de los Diablos hasta el 2007.