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Atletismo del Padre Hurtado marcó diferencias en el comunal

JUEGOS ESCOLARES. Más de 350 deportistas desafiaron la lluvia y las diferentes pruebas.
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La lluvia de la mañana de ayer no fue obstáculo para que más de 350 atletas de Chillán dijeran presente en la etapa comunal de los Juegos Deportivos Escolares del Instituto Nacional del Deporte que se realizaron en el estadio Atlético Quilamapu.

Los exponentes que participaron corresponden a las categorías Sub 14 que tienen una final nacional y con ello proyección a nivel sudamericano, mientras que también compitieron los de la Segunda Categoría que van desde los 14 a los 18 años y que rematan con una final regional.

A pesar de la alta cantidad de participantes, fueron los del Colegio Padre Hurtado los que mandaron en el podio, tal como lo hacen a nivel nacional.

Un ejemplo de ello es el primer lugar de Valentina Clavería en el lanzamiento de la bala y el martillo, mientras que Catalina Irribarra fue la ganadora en jabalina.

En pruebas de pista se suma el triunfo del también hurtadiano Juan Ovalle, quien ganó en los 80 metros.

Si bien la competencia aglutinó solo a los deportistas de Chillán "destacó la asistencia de competidores de San Fabián, Bulnes, Ninhue, San Carlos, Quillón y San Nicolás que fueron invitados y dentro de ellos ganó en los 100 metros planos Valentina Gutiérrez de Bulnes", expresó Samuel Caroca, entrenador del Padre Hurtado, establecimiento que organizó la competencia.

Durante la tarde también participaron las ya consagradas Catalina Bravo en el lanzamiento del disco y Carolina García, las cuales no tuvieron problemas para optar al provincial y su aspiración es ganar el regional, ya que al estar en cuarto medio no pueden optar al nacional.

Tras todo el día de competencia clasificaron al provincial los cuatro primeros lugares en las pruebas de salto, lanzamiento y pista, cita que se realizará el 30 de junio, nuevamente en el estadio Atlético Quilamapu.

La caldera diabla también se prende en San Ignacio

FILIAL. Escuela de fútbol de Ñublense tiene por objeto enviar formar jugadores para cadetes.
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Sebastián Baeza de ocho años es un naciente futbolista de San Ignacio. Él y otros 160 niños entre tres y 14 años forman parte de la Escuela de Fútbol San Ignacio Filial Ñublense que desde hace cinco años funciona en la comuna y cuyo objetivo es formar deportistas que gracias a su talento se integren a loa cadetes de los Diablos Rojos.

"Los partidos y los entrenamientos son divertidos. Me gustaría jugar en Colo Colo, pero primero en Ñublense", deja en claro Sebastián, quien entrena los martes y sábados bajo la dirección de antiguos jugadores de Ñublense.

Quienes encabezan la iniciativa son los ex Diablos Rojos Héctor "Tito" Poblete, Mario "Gol" Lagos y el hijo del también jugador, Ernesto Ponce, quien entrega los parámetros físicos de la labor formativa.

"Tenemos muchos jóvenes que están aprendiendo del fútbol, pero también valores que es lo más importante en la formación y también le damos énfasis a la disciplina. Hay harto talento, hay que pulirlos, pero hay varios con muchas condiciones y la idea de nosotros es mandarlos lo mejor posible a cadetes de Ñublense", dijo Lagos, quien está a cargo de la serie Sub 12 y Sub 13.

Ponce es el responsable de los jugadores entres 8 y 11 años y como tal deja en claro que su función es la antesala al trabajo con el balón. "Tenemos una materia que se llama sicomotricidad aplicada al fútbol y entendemos que a los niños pequeños lo que más les gusta es jugar a la pelota y para ello primero analizamos las habilidades motrices básicas que tienes y luego las vamos incrementando a través del método científico por medio del juego. Ver la alegría de los niños te motiva".

Poblete explicó que "el objetivo principal era traer la filial a Chillán y se dieron las cosas y con esto le damos la posibilidad a los niños de la ciudad de acercarse a Ñublense que es nuestro equipo y como rostro visible del club el alcalde optó por mi persona y a medida que nos fuimos organizando se fue formando la filial, pasan los años y cada día crece más".

La filial de Ñublense en San Ignacio no es solo una oportunidad de formación deportiva, sino que también una alternativa de unión familia, razón por la cual los apoderados se organizan para reunir fondos para acompañar a sus hijos en las giras a otras ciudades, según explicó el presidente de los apoderados, Patricio Verdugo. "Tratamos de apoyar en lo más que se pueda, no nos cobran nada y todo sale del municipio y para nosotros eso es muy positivo porque a los niños les entregan conocimientos futbolísticos por los que en otro lado tendríamos que pagar. Cuando tenemos que acompañar a los niños a las giras hacemos beneficios y ponemos una cuota".

Si bien los apoderados reúnen fondos, es la municipalidad la que financia la filial para que los apoderados solo se concentren en apoyar a sus hijos, dijo el alcalde Wilson Olivares. "La escuela se creó por idea nuestra en el 2010 y se generó primero pensando en una escuela deportiva y a los seis meses se dio un nexo con Ñublense club del cual soy hincha y fanático y por de inmediato me gustó la idea de generar este vínculo. Esta es una instancia gratuita para los niños y financiada por nosotros, Ñublense nos ayuda con implementación".

La escuela no se queda solo en las aspiraciones, ya hay niños que forman parte de los cadetes de Ñublense. "Para mi es un orgullo estar aquí, los profesores nos enseñan táctica y disciplina. En el curso me dicen que soy bueno, estoy orgulloso porque el primer paso lo di acá y ahora estoy en cadetes. Mi sueño es ser futbolista y debutar en Ñublense", dijo Cristopher Sánchez, delantero de 12 años delantero.

Quien quiere seguir sus pasos es José Gutiérrez de 15 años. "Estoy desde los 13 años y he aprendido técnica con balón, al principio era malo, pero he mejorado".

La escuela se proyecta en el tiempo y en junio cumple seis años de vida institucional en San Ignacio.