La gratuidad universal de la educación superior fue la promesa electoral mas imporante de la campaña de la Presidenta Bachelet; y la razón que dio su Gobierno para la reforma tributaria de 2014. La Presidenta prometió hace un año que para el 2016 serían beneficiados con gratuidad 264 mil jóvenes, más del doble de los jóvenes que, finalmente, recibieron el beneficio.
Recién en las próximas semanas enviará al Congreso un proyecto de Financiamiento de la Educación Superior, con lo cual, por segundo año consecutivo, la gratuidad se hará a través de una glosa presupuestaria A la mitad del período presidencial, el Gobierno admite que no cumplirá con la gratuidad y que, además, el proyecto de Financiamiento de la Educación superior que estudia Mineduc, mantiene el sistema de ayudas, becas y créditos.
Al mismo tiempo, el Gobierno reconoce que lo recaudado por la reforma tributaria es insuficiente, mientras Chile enfrenta una crisis económica, generada en parte por esa y otras reformas que, en su conjunto, han instalado un clima de incertidumbre y de cierta hostilidad a la inversión privada y la justa retribución (lucro). En materia de cobertura de ayudas para alumnos de educación superior, el Gobierno está volviendo al punto en el que estaba avanzándose a marzo de 2014, cuando la cobertura de becas y créditos está superando el 60% de la matrícula, tal como ha recomendado a Chile la OCDE.
Es probable que, de haberse continuado con el sistema de créditos y becas que se estaban implementando hasta marzo de 2014, la mayor recaudación de la reforma tributaria hubiera permitido multiplicar la cobertura y estaría alcanzándose hoy, probablemente, un apoyo financiero para casi el 100% de los alumnos más vulnerables. En concreto, el Gobierno está muy lejos de cumplir con la gratuidad universal y tampoco está superando el 60% de cobertura para los alumnos más vulnerables.
Es comprensible por lo tanto la frustración ciudadana y el rechazo a esta y otras reformas que crearon una expectativa que no se ha cumplido, es por esto que el Gobierno no logra repuntar la aprobación presidencial que esta semana alcanzo un 21% y el rechazo 68%, lo que representa una caída del respaldo ciudadano de 7 puntos en un mes y es el segundo peor resultado desde que asumió este mandato.
Frank Sauerbaum Presidente regional de Renovación Nacional en el Bío Bío.