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"Ñublense marcó un antes y un después en mi carrera futbolística"

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Tres años le bastaron a Manuel Villalobos para quedar en la historia del centenario de Ñublense.

El nativo de Iquique arribó a Chillán en el 2005 cuando los Diablos Rojos habían logrado el año anterior el retorno a la Primera B. El hombre de voz gastada y pelo ensortijado conformó un plantel que por disposiciones reglamentarias solo podía luchar en la Segunda División, pero sin derecho al ascenso. A pesar de lo anterior el equipo logró un más que digno cuarto lugar.

Con el hambre propia de querer hacer historia, Ñublense armó un equipo con pretensiones para el 2006 y así fue ya que tras un torneo eterno y un partido de infarto contra San Felipe los chillanejos logran el ascenso a Primera División tras casi medio siglo de deambular entre los potreros de Segunda y los impresentables escenarios de Tercera.

Villalobos, "Villagol", fue pieza clave en el ascenso, siendo uno de los referentes del plantel y de paso ser uno de los artilleros más letales de la categoría. Por si fuera poco, en cien años de endemoniada historia en Ñublense, Manuel Villalobos es el máximo artillero del club con 44 conversiones, registro que está en los libros del fútbol nacional, hito que también ostenta en Iquique, su actual equipo.

- ¿Cómo se gesta la llegada a Ñublense?

- Me acuerdo que recibí un llamado de René Rubio (ex coordinador de Ñublense) y me dijo que había interés de la gente de Chillán, comenzaron las negociaciones y terminé jugando el 2005 en Ñublense. Luego el 2006 subimos y el 2007 jugamos en Primera.

- ¿Cuáles sientes que fueron las claves del ascenso del 2006?

- Ese ascenso comenzó el año anterior cuando se formó un plantel en el cual muchos firmamos sabiendo que ese año no se podía subir por un tema reglamentario, ese año solo fuimos invitados. Pero lo bueno fue que se armó un buen plantel, se armaron lazos muy importantes entre el cuerpo técnico con los jugadores, nos conocimos mucho y eso fue clave para el ascenso del año siguiente. Fue un equipo conformado con jugadores jóvenes y con mucha hambre, mientras que otros veníamos de clubes de donde no te pagaban a tiempo y en Chillán nos encontramos con una dirigencia que se portó súper bien y nos respondió a cabalidad. En rigor se formó un bonito grupo de trabajo que nos llevó a conseguir ese recordado ascenso.

- Ese año el comienzo no fue positivo, pero ¿cuál crees que fue el punto de inflexión?

- Hubo partidos importantes de local en los cuales enredamos puntos como contra Curicó y San Luis que eran equipos que eran complicados. En ese momento incluso se pensó en la salida del técnico, lo cual no ocurrió afortunadamente, el profe Luis Marcoleta siguió trabajando con nosotros y logramos resultados muy importantes y que nos llevaron al ascenso. Hubo encuentros claves como el triunfo que tuvimos ante La Calera en Chillán y en el cual ganamos por 1 a 0 en los minutos finales, ahí nos dimos cuenta que teníamos a la mano poder lograr un objetivo que podíamos alcanzar.

- ¿ Cómo era el plantel en cuando a calidad humana?

- Fue un grupo muy unido, había muchos jugadores cristianos, algunos compartían más que otros, pero creo que se formó un muy buen grupo, con gente muy sana de adentro, habían objetivos claros y todos tenían disposición al trabajo. Todo eso nos permitió lograr el ascenso.

- ¿Cómo recuerdas todo el entorno de ese partido contra San Felipe?

- Fue una semana de mucho nerviosismo, en lo personal estaba muy ansioso de que llegara luego el partido quería luego estar en Primera. Ese día del partido cuando nos fuimos del hotel al estadio la gente en la calle nos apoyaba, el estadio estaba lleno dos horas antes. Y para que el partido fuera más dramático comenzamos perdiendo por 2 a 0, no estábamos jugando bien y eso lo supo aprovechar San Felipe. En el segundo tiempo con más empuje y coraje pudimos darlo vuelta y cerrar esa campaña con el ascenso.

- ¿Qué significa Ñublense en tu vida?

- A mí la ciudad me marcó mucho, la gente era muy cariñosa y me trató muy bien. La gente te hacía notar su cariño en cada partido, en la calle, en el mercado , en el colectivo, en la micro. Ñublense marcó un antes y un después en mí carrera futbolística. El profe Marcoleta confió en mi y siento que no le defraudé en ningún momento, siempre me entregué al cien sabiendo que muchas veces las cosas no salían como uno quería. Además, de Ñublense salté a un equipo grande como la Universidad de Chile y soy el goleador histórico del club, entonces para mi Ñublense es algo muy importante en mi carrera.

- ¿Qué significa para ti ser el goleador histórico de Ñublense en los cien años del club?

- Como persona me pone muy contento y orgulloso. En lo futbolístico a cualquier jugador le gusta pasar por un equipo y dejar una huella y siento que lo hice. Pero las marcas son para batirlas y si más adelante llegan otros jugadores y me pasan en goles convertidos será algo bueno para el club, pero hasta el momento soy yo.

- ¿Cuáles fueron tus mejores compañeros en Ñublense?

- Tenía mucha afinidad con Néstor Zanatta, también tenía mucha onda con Luis Flores, con Francisco Viveros compartíamos mucho. De todos guardo muy bonitos recuerdos, quedarme solo con uno sería injusto.

- ¿El gol más bonito que convertiste por Ñublense?

- No sé si será el más bonito, pero el que más repercusión tuvo fue uno que le hice a Lota y que la prensa en general comparó con Pelé que fue el 2007 en Primera División. También hubo otros importantes como el que le marqué a Calera en el último minuto.