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83 años de la Policía de Investigaciones

Hoy 19 de junio se conmemora su nacimiento como institución autónoma de la República, asumiendo el rol de la investigación criminal.
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La Policía de Investigaciones de Chile -PDI- cumple hoy en día un rol preponderante en la seguridad ciudadana de la población. Gracias a su función profesional, perfeccionada en 83 años de vida, la institución que obtuvo su autonomía gracias a la Ley Nº 5.180, del 19 de junio de 1933, es parte vital del trabajo antidelincuencial y para hacer cumplir las leyes de la República. Esta policía investigativa, científica y civil, entrega su servicio del país aplicando las tecnologías más modernas para resolver con efectividad los delitos violentos o más especializados y aportar de esta manera al trabajo de los fiscales del Ministerio Público, encargados por la Carta Magna para perseguir penalmente a sus responsables ante los tribunales de justicia.

Si bien los orígenes de la PDI se remontan inclusive a las primeras policías secretas municipales, de la cual existen vestigios desde 1864 en Valparaíso, no fue sino hasta el 26 de diciembre de 1932 que se separó del Cuerpo de Carabineros de Chile e inició su reorganización. Le siguieron en 1933 la creación de su Escuela Técnica, en 1935 se crea el Departamento Criminológico -actual Laboratorio de Criminalística-, en 1942 separa sus funciones con el nuevo Registro Civil e Identificación, y en 1950 pasa a ser un miembro activo de la Interpol. Todos estos hitos, como también la dictación en 1979 del Decreto Ley N°2460 que estableció la Ley Orgánica de la Policía de Investigaciones, se han ido sumando al crecimiento de esta institución gravitante en la sociedad.

En su última cuenta pública 2015, el Director General de la PDI, Marcos Vásquez Meza, destacó entre los logros más importantes iniciativas como los Grupos Especializados en Bienes Robados -GEBRO-, el Plan Comunal Antidrogas, Microtráfico Cero, la creación del Centro Nacional de Análisis Criminal y el surgimiento de brigadas y equipos especializados para combatir los delitos emergentes, que han ido consolidando y aportando a su rol de investigación criminal con mejores resultados.

También en Ñuble, la PDI ha ido creciendo en medios, recurso humano e infraestructura para potenciar su labor policial. Esta semana, sin ir más lejos, la institución inauguró nuevas dependencias en calle Arauco de Chillán que albergarán a la Brigada de Investigación Criminal y la Brigada Investigadora de Delitos Económicos, mientras que en el Valle del Itata existen esfuerzos por lograr que la avanzada que cada verano apoya la prevención ante el aumento de la población flotante se convierta en un cuartel con presencia permanente. Un signo de los tiempos que, en 83 años, ha madurado junto a la nación con la meta de proteger a sus ciudadanos y brindarles la tan apreciada seguridad.

Nuestro archivo

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Hace 3 años | 19 de Junio de 2013

Carabineros recibió 13 mil "pitanzas" telefónicas

Tras la detención del joven de 21 años identificado como C.H.V.I. en Quirihue, tras reconocer múltiples pitanzas telefónicas a los números de emergencias de Carabineros y Bomberos, ambas instituciones reiteraron el llamado a realizar un buen uso de este servicio. Hasta el mes de mayo recibieron 13 mil pitanzas telefónicas.

Hace 2 años | 19 de Junio de 2014

Gobierno ratifica inicio de construcción del Hospital

La Presidenta de la República, Michelle Bachelet anunció que bajo su administración se comenzará a construir el nuevo hospital de Chillán, y se respetarán los plazos. Esto, en el marco de la presentación del Plan de Inversiones Hospitalarias 2014-2018, que significará una inversión total que llega a los $396.427 millones.

Hace 1 año | 19 de Junio de 2015

Adulto mayor muere en su vivienda tras incendio

Pasadas las 14.30 horas de la tarde de ayer, las sirenas del cuerpo de Bomberos de Chillán alertaron de un incendio que a esa hora se registró en una vivienda, ubicada en la calle Yerbas Buenas, número 80, en pleno centro de la ciudad. En el lugar falleció una mujer de 65 años, identificada como Teresa Vallejos Mardones.

Ese secreto llamado Rodolfo Walsh

"Rodolfo Walsh. Periodista, escritor y revolucionario. 1927-1977", del irlandés Michael McCaughan, es la primera biografía total del periodista y escritor argentino. Acá, McCaughan habla de su intento por perfilar a Walsh como un personaje de carne y hueso, "imperfecto, valiente y sin fin".
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Rodolfo Walsh, en la foto, aún no es reconocido como pieza central del "nuevo periodismo", dice su biógrafo michael mccaughan.

"Hay un fusilado que vive", le dijeron a Rodolfo Walsh. De inmediato, algo hizo cortocircuito en él. Esa frase, dicha por un parroquiano de un bar que frecuentaba en La Plata, se convirtió en el germen de "Operación masacre" (1957), el libro que se adelantó ocho años a la publicación de "A sangre fría" (1965) de Truman Capote e inauguró el llamado "Nuevo periodismo".

La historia era increíble: el 9 y 10 de junio de 1956 nueve civiles fueron detenidos y fusilados en un basural. Habían sido acusados injustamente de estar implicados en la rebelión militar del general Juan José Valle contra la dictadura del general Pedro Eugenio Aramburu. Cinco de ellos murieron. Walsh olfateó que esa noticia cambiaría su vida y su carrera periodística. "Esta es la historia que escribo en caliente y de un tirón, para que no me ganen de mano", escribió en el prólogo de la primera edición.

La extensa obra del escritor y periodista -desde sus cuentos y sus textos de dramaturgia hasta sus trabajos periodísticos y políticos-, se ganó un espacio central en la literatura latinoamericana y excedió con creces la sombra de "Operación masacre". Su corpus literario es tan convulso como los tiempos que le tocó vivir. Contradictorio y sin fin. Aunque también injustamente desconocida fuera de Argentina. En esa dirección, "Rodolfo Walsh. Periodista, escritor y revolucionario. 1927-1977" (2015), del periodista y escritor irlandés Michael McCaughan, traducida y publicada recientemente por LOM, es la primera biografía integral del escritor argentino y podría leerse como una ceremonia de iniciación para quienes no conocen la figura del autor del cuento "Esa mujer".

La investigación de McCaughan logra tener las voces de casi todas las personas que rodearon a Walsh en los momentos más decisivos, desde sus hermanos y su hija Patricia, pasando por su última compañera Lilia Ferreyra, hasta amigos en la literatura y compañeros de militancia. Así, la biografía recorre sin desvíos, intercalando fragmentos de sus libros de ficción, no ficción y declaraciones políticas y periodísticas, los hitos que han formado el mito de Walsh: su infancia en la ciudad argentina Choele Choel, los colegios irlandeses, sus inicios en Buenos Aires como traductor y corrector de pruebas, los cuentos policiales, sus mujeres, la no ficción como armamento periodístico y político, su paso por Cuba en Prensa Latina y su militancia, la bisagra en donde su vida literaria se ve relegada para dar paso a su compromiso.

Es quizás en este punto del libro, cuando la vida de Walsh se comienza a proyectar épicamente, en que el relato se vuelve más monótono y desiste en su afán por escarbar en su leyenda hasta desmontarla. Aún así, la biografía relata con la misma minuciosidad de los capítulos anteriores su paso por el diario "Noticias", la CGT de los argentinos, la agencia ANCLA, su tránsito -y diferencias- en Montoneros, la clandestinidad, la muerte de su hija Victoria y la emboscada de un grupo de tareas de la Armada Argentina que lo asesinó y luego hizo desaparecer su cuerpo.

"Es difícil mantener una sana distancia con una figura tan comprometida y melancólica como la de Walsh. Su vida fue un gran delirio y tienes que entrar al espíritu de ese delirio para hacerle justicia. Traté de mantener a Walsh fuera de pedestales y tronos. Quería un personaje de carne y hueso, imperfecto, valiente, intrigante y sin fin", dice McCaughan.

-¿Cuánto tiempo estudiaste la figura de Rodolfo Walsh antes de ponerte a escribir su biografía?

-Las dos cosas pasaron casi simultáneamente. Leí "Operación masacre", me encantó, y decidí traducir su trabajo y presentar una antología entrecruzando todos los géneros que él exploró. Iba a escribir una introducción sobre la vida de Rodolfo. Tan pronto como comencé a escarbar en ella, sentí que ésta era su mejor obra, la de mayor importancia.

-¿Buscaste referencias en biografías de escritores para escribir "Rodolfo Walsh. Periodista, escritor y revolucionario 1927-1977"? ¿Usaste alguna? ¿Cuáles fueron tus favoritas?

-Leí todo lo que pude tener en mi manos. Obviamente el trabajo de Enrique Arrosagaray, Eduardo Jozami, Eleonora Bertranou, Ana María Amar Sánchez, Natalia Vinelli y muchos más. Luego, pasó el tiempo y los detalles seguían apareciendo. Lo sentí como un trabajo de detective o trabajo forense. Aprendí mucho sobre la época a partir de los tres tomos de "La Voluntad. Una historia de la militancia revolucionaria en la Argentina" (1997), aunque las entrevistas que yo hice son la pieza fundacional de mi libro.

-¿Cómo hiciste para ordenar la enorme cantidad de material con la que trabajaste?

-Fue muy difícil. Había planeado dividir el libro en periodos de diez años: 1927, 1937 y 1947. Luego caí en la idea de escribir un inicio con una reconstrucción ficcionada del asesinato de Walsh (evitando totalmente la narrativa lineal) para luego volver al principio en Choele Choel.

-¿Hay alguna clave que hayas encontrado a la hora de seleccionar lo que es citable y lo que no?

-Es un proceso muy subjetivo. Traté de habitar a Walsh lo mejor que pude. Rastrear sus pasos, conocer su círculo de amigos, ir a los lugares a los que él fue y esperar que las frases se seleccionaran por sí mismas.

-¿Por qué Rodolfo Walsh todavía se mantiene como una especie de secreto fuera de Argentina?

-Sospecho que es una mezcla de lo siguiente: Walsh escribía en español, no en inglés, y no gastó mucho tiempo en construirse una carrera literaria. No lo traducían en esa época, ni tampoco él gastaba mucho tiempo mezclándose con otros escritores, fuera de un par de visitas a Cuba y su propio círculo en Buenos Aires.

-¿Crees que Walsh ha recibido el reconocimiento suficiente como pieza central del "Nuevo periodismo"?

-Él aún no es reconocido, ni siquiera en América Latina. Pero, ¿qué sería la "cantidad correcta"? ¿Estatus? ¿Premios? Es genial que "Operación masacre" se haya publicado en inglés finalmente: fue el libro de la semana en la BBC Radio 4, leído en directo. Se nombró un premio en su honor en Gijón, España. Aunque pareciera que todo el reconocimiento está en Argentina. Creo que Walsh no estaría muy preocupado por eso.

-La izquierda revolucionaria latinoamericana denotaba cierto antiintelectualismo. "La revolución no se escribe, se hace", dijo alguna vez el Che Guevara. El mismo Walsh comentaba que más que escribir los hechos de esos días, había que producirlos. Aún así, siempre se quejaba por no tener tiempo para leer o escribir ficción. ¿Cómo crees que llevaba Walsh esta fricción entre la militancia revolucionaria y su vida como escritor?

-Pienso que esa frase sobre "hacer, no escribir", se refiere a la coyuntura de finales de los sesenta e inicios de los setenta: un escritor, un plomero, un campesino, podrían estar mejor dejando de lado sus metas creativas y dedicándose ellos mismos a hacer la revolución. Walsh sufrió terriblemente este dilema, prácticamente todos los días, constantemente dividido entre la silenciosa confianza de que él tenía a los libros en su interior, esperando ser escritor, pero sabiendo que la gente luchaba todos los días a su alrededor y él también sabía que tenía algo especial que ofrecer a esa lucha.

-¿Hubo algún momento en el que Rodolfo Walsh vivió realmente tranquilo, solamente escribiendo?

-Brevemente, en la ciudad de Tigre, en 1964 o 1965. Quizás, incluso, un poco antes y un poco después de eso, cuando recibía mensualmente dinero del editor de Ediciones de la Flor, Jorge Álvarez, por la novela que nunca terminó.

-La dirigencia de Montoneros apelaba a una mística abstracta en torno a la lucha armada, a ratos muy alejada de la realidad y con decisiones más voluntaristas que apegadas a cierto rigor científico o teórico. A pesar de disentir con muchas órdenes, Walsh decía que sus críticas eran parte de un "diálogo interno". ¿Por qué crees que nunca rompió con Montoneros?

-Porque su vida, y la vida de sus más cercanos, especialmente la de su hija Victoria, estaba muy ligada a las ideas de la época. Para ellos eso significaba la vida, así que siempre fue reacio a una ruptura. Cuando, por ejemplo, Montoneros casi logra asesinar a la Junta de Gobierno completa, probablemente Walsh estaba pensando en que iba a darse una reorganización mayor, un golpe de suerte, cualquier cosa que lograra romper la parálisis del terror y la terrible posibilidad de darse cuenta de que todo había sido en vano.

-¿Por qué se hace tan difícil separar al mártir del escritor vivo?

-Porque nos gusta la idea de un mártir noble y desinteresado, que no termine como "todos los otros". En un momento histórico complicado algunos se unieron a partidos, buscaron elecciones, empezaron un negocio o permanecieron autónomos y críticos. Es sabio morir joven, por el legado.

-El periodista Daniel Titinger -que escribió "Un hombre flaco" (2014), un retrato del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro- ha dicho que escribir un libro es ponerle punto final a una obsesión sin fin. ¿Qué te pasa a ti con Walsh?

-Exactamente eso es. No quería que el viaje hacia Rodolfo terminara, lo disfruté mucho. Pero la obsesión no termina: se vuelve menos intensa pero sigue ahí.

-¿Cuál será tu relación personal con Rodolfo Walsh ahora, después de tanto tiempo consagrado a su persona y a su literatura?

-Para mí, Walsh es como el hermano mayor sabio que te cuida. Un punto de referencia. Me suelo preguntar constantemente: ¿qué haría Rodolfo en este caso? Desearía que hubiese tenido más tiempo para desarrollar todas las posibilidades personales y políticas que existían. Pero él es también, como dirían los zapatistas, "puro viento", así que las semillas fueron repartidas por todos lados y su presencia permanece.

Por Javier Correa

gentileza diario clarín

Atención hasta el último minuto

Esta policía investigativa, científica y civil, entrega su servicio del país aplicando las tecnologías más modernas para resolver con efectividad los diversos delitos. El cansancio y la frustración, nos hace relativizar los grandes propósitos, los ideales y los proyectos de nuestra vida.
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En una de las conversaciones que he tenido en mi comunidad, tuve la oportunidad de expresar sinceramente el cansancio que siento por las múltiples responsabilidades que he asumido. En un gesto de solidaridad inmenso, uno de mis compañeros, el Padre Raúl, junto con escuchar y validar mi cansancio, me regaló algunas reflexiones que me estimulan a abordar de mejor manera este fin de semestre. Me hizo poner la mirada en algo que me apasiona enormemente, el fútbol, y me ayudó a darme cuenta, a través de la experiencia de la Copa América Centenario, cómo han habido partidos claves que se han definido en el "último minuto" precisamente por algún error de los jugadores: un descuido, una falla de atención o el no haberse sabido jugar hasta el último momento.

Me hizo descubrir y comprender en esto una lección para la vida: los ideales, los propósitos, los compromisos serios, los proyectos importantes, requieren una vigilancia permanente, una dedicación sin descanso, en todos los momentos, hasta el último minuto. Esto me hace recordar una regla de discernimiento propuesta por San Ignacio de Loyola: "Nunca cambiar los propósitos o decisiones fundamentales en tiempo de desolación" ("no hacer mudanzas", señala). Con esta regla invita a hacernos conscientes de la tentación que tenemos de cambiar las decisiones o flexibilizar los propósitos que teníamos tomados, pensando falsamente que no vale la pena realizar tal o cual cosa. El cansancio y la frustración, nos hace relativizar los grandes propósitos, los ideales y los proyectos de nuestra vida en sentido negativo haciéndoles perder, aparentemente, su valor o su sentido.

Está concluyendo para muchos estudiantes el primer semestre de este año. Hay cansancio, sin duda, y existe la tentación de bajar los brazos y reducirse al mínimo esfuerzo. Se piensa tal vez en las vacaciones de invierno y surgen las distracciones y el descuido en el cumplimiento de las tareas habituales. Hay que recobrar el ánimo y redoblar los esfuerzos. El futuro se está jugando en todo momento.

Hay que luchar hasta el último minuto sin desmayar, sin perder la vigilancia necesaria. La vida está hecha de momentos. Cuidemos cada uno de ellos. Evitaremos así las frustraciones y los lamentos de última hora. Esto, que es tan obvio, lo digo no sólo para ustedes queridos amigos lectores, lo digo también para mí.

P. José Gustavo Segura Alarcón , Magíster en Acompañamiento Psico-espiritual. Obispado de Chillán.