"Chile tiene argumentos jurídicos e históricos que demuestran que no existe obligación de negociar con Bolivia"
Jorge Sabag, miembro de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara.
"Los cambios estructurales que ha tenido el país nos ha dañado en parte nuestra labor"
Ariel Larenas, Presidente saliente,
Casi una semana lleva funcionando el nuevo Hotel Alto Nevados, cuya capacidad alcanza para un poco más de 150 pasajeros. Cabe precisar que esta sólo se trató de una apertura dada en una primera etapa, pues aún existen áreas pendientes por finalizar. Las obras llevan un 80 por ciento de avance y la inversión alcanzó a $3.500 millones.
Un trágico accidente automovilístico ocurrió en las cercanías de Las Trancas, donde Mauricio Figueroa, de 37 años murió tras colisionar frontalmente con un jeep. El accidente ocurrió en el kilómetro 68, cuando el conductor -dedicado a la carpintería y construcción de cabañas- se dirigía en dirección poniente.
El ex Secretario de Estado, Jaime Mañalich, fue crítico con la situación por la que pasa el proyecto de construcción del nuevo hospital para Chillán, tras los dichos de la actual ministra, Carmen Castillo, quien afirmó que algunos hospitales que están en proceso de licitación, tendrían un trámite de ejecución más lento.
Datos para preocuparse pero también esperanzadores arrojó la Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deportes 2015, encargada por el Ministerio del Deporte a la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Concepción, y que si bien detectó un estancamiento del sedentarismo en los últimos tres años, la práctica de actividad física y deportes aumentó en un 2,9% en el mismo periodo.
La encuesta midió el nivel de práctica deportiva en personas mayores de 18 años en la Región del Bío Bío y comenzó a aplicarse desde el año 2006; desde entonces se ha venido repitiendo cada tres años. De esta manera, este instrumento estadístico permite ir direccionando las políticas públicas en base a antecedentes cuantitativos concretos.
En cuanto a la medición del sedentarismo, es decir personas que realizan menos de 30 minutos de ejercicio físico de moderada intensidad, mínimo tres veces por semana, el porcentaje de población sedentaria en la región se cuantificó en un 88% en el año 2006, se redujo a un 83,6% en 2012 y volvió a retraerse levemente a un 83% en el año 2015. Aún así, prácticamente 8 de cada 10 jóvenes y adultos de la región no dedica el mínimo de tiempo necesario a la actividad física, incrementando con ello el riesgo de sufrir problemas de salud. Lo esperanzador es que a un 47,5% de los encuestados en el Biobío le interesa la actividad física, pero sin embargo no la realiza, en su mayoría por aducir falta de tiempo.
Por el contrario, quienes practican con mayor regularidad actividad física aumentaron de 26,5% en la medición de 2012 a un 29,1% en el 2015, en la mayoría con el objetivo de "mejorar la salud" (37,2%), seguido por la opción "por gusto" (23,6%).
Frente a estos resultados, cabe resaltar que algún impacto puede tener las mejoras en la infraestructura deportiva y la mayor cantidad de eventos como corridas, maratones o cicletadas que se organizan desde los municipios, pero es aún un porcentaje incipiente de personas las que están en condiciones de sumarse a una mejor calidad de vida mediante el ejercicio y que no lo hacen, por ejemplo por una mala distribución del tiempo libre o en familia. En este sentido, está demostrado que practicar deporte en familia genera no sólo un contagio positivo en el grupo familiar, sino que además ayuda a potenciar la cohesión y mejora los hábitos de los hijos, considerando que según un estudio de la Universidad Católica de Chile sólo el 33,9% de los niños de quinto y sexto básico realiza alguna actividad física regular y que un 30% de los niños en edad escolar es obeso o tiene sobrepeso.
El 85% de los chilenos sostiene que leer en Chile es caro. El 88% reconoce que la población lee poco. Un 95% cree que una de las razones es el IVA al libro, el cual se debería eliminar. Todo esto, según un estudio del centro de investigación In Situ. Las afirmaciones son parcialmente ciertas. Es cierto que los libros en el país son caros. Pero también es efectivo que existen numerosas obras y librerías donde se pueden encontrar a bajo precio. Todo esto, sin mencionar las obras de segunda mano, en ocasiones en tan buen estado como las nuevas. Y también sin tomar en cuenta la intensa creación de bibliotecas municipales y de otras organizaciones, que todavía registran subdemanda en relación a su oferta.
El chileno lee cada vez menos. Apenas el 28% de la población dedica entre dos y cinco horas a la semana a esta actividad. Un 34%, menos de dos horas. El 14% sencillamente no lee. Para disculparse, recurren al precio. No faltan los que dicen que no tienen tiempo. Y por ahí también están los que señalan que, al leer, le quitan tiempo a su familia, lo que es doblemente falso, porque también se puede compartir lectura a nivel parental. ¿Y qué hay del tiempo que dedican a tomar un trago en un bar?
Lo que pocos reconocen en público es que se "aburren" leyendo. Se niegan a reconocer que los libros obligan a pensar, que demandan actividad cerebral. Tampoco reconocen que consideran mucho más "atractivo" ver tres o cuatro horas de televisión y dedicar igual tiempo a "chatear", "twitear", "whatsapear" o "instangramear", "selfear", además de otros neologismos que dan cuenta de la banalidad de los tiempos que vivimos. Conclusión: no es tema "con IVA" ni "sin IVA". La TV tiene una fuerte responsabilidad en el tema. Los programas culturales, en su mayoría, son aburridos o de pobre calidad. Además, abusan del término. Cada fin de semana, por ejemplo, los televidentes deben presenciar "espacios culturales" en que los conductores y sus equipos se dedican a visitar "picadas", y a devorar cuanta comida gratis puedan consumir a cambio de la respectiva aparición en pantalla, dirección incluida.
El sistema escolar no lo hace mal. Para no agotar ni tensionar a los niños, dejó de lado el casi el 100% de los buenos autores. La lectura obligatoria y con nota desapareció, a fin de no provocarles "estrés". Fue reemplazada por obras mediocres, de dudosa utilidad y pobre aporte cultural. Y aún así, sólo se leen "para la nota". ¿Y por qué los niños de antes no se estresaba? ¡Es que cambiaron los tiempos!, dirán algunos con cara de sabios. . Claro, cambiaron para mal. Nos quejamos de nuestra pobre comprensión lectora, mala redacción, pésima ortografía o pobrísima expresión oral. No es tema de precio ni de falta de opciones. Buena parte de la población joven y adulta perdió el hábito de leer un buen libro. Lo reemplazó por programas de farándula o por el smartphone, juegos incluidos. El problema no está en el IVA, sino en el modelo de vida.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.